Esencia y vanguardia de la cultura del vino
Bodegas Portia y Bodegas Campillo son dos ejemplos de cómo la unión de tradición, respeto por el entorno e innovación llevan a la excelencia en el mundo vitivinícola.
Roble, acero y cristal. Esos son los elementos que el visitante percibe al llegar a Bodegas Portia, los mismos que se utilizan en cada una de las fases de elaboración de sus vinos. Situada en Gumiel de Izán, Burgos, el imponente edificio creado por el estudio de arquitectura Foster & Partners se ha convertido en uno de los lugares más conocidos y visitados de toda la D. O. Ribera del Duero, a la vez que resume el espíritu de la bodega, entre la tradición del terruño y la innovación.
Esta “estrella de tres puntas”, como la describió el arquitecto Norman Foster, se integra en el paisaje de viñedos regentados por la cuarta generación de la familia Martínez Zabala para llevar la vanguardia al saber hacer tradicional. Un ejemplo de ello es la sostenibilidad, acreditada con la certificación Sustainable Wineries for Climate Protection (SWfCP) que otorga la Federación Española del Vino (FEV). Este sello acredita el compromiso de la bodega con el medio ambiente. Así, las salas de barricas y botellas se adentran en la tierra, reduciendo la masa térmica del edificio.
Esa combinación de tradición, terreno, vanguardia, sostenibilidad y arquitectura da como resultado unos vinos reconocidos en todo el mundo, así como un lugar que se ha convertido en emblema de una de las denominaciones de origen fundamentales del mundo vitivinícola español. Por ello, también se ha convertido en la bodega más visitada de Ribera del Duero, y uno de los grandes símbolos de una nueva época de vanguardia a partir de la tradición. Los visitantes pueden vivir una experiencia que recorre todas las partes del proceso de sus vinos para conocer de primera mano el cuidado y la exigencia que guía la filosofía de Bodegas Portia. La bodega cuenta también con el restaurante Triennia, que ofrece espectaculares vistas de la región y sus viñedos, para completar una experiencia inmersiva en el mundo de la elaboración de uno de los vinos más reconocidos internacionalmente de Ribera del Duero.
La esencia de la tierra
Cerca de Laguardia, en el corazón de la Rioja Alavesa, se alza un château con el telón de fondo de la sierra de Cantabria. En ese entorno singular se encuentra Bodega Campillo, el resultado del gran sueño de Julio Faustino Martínez. Allí en 1988, el empresario comenzó junto a sus hijos a materializar una bodega que celebrase su visión del mundo del vino y el respeto por la tierra que lo produce.
El lugar fue elegido por reunir unas características idóneas para el cultivo de la uva. Sus 150 hectáreas de viñedos, principalmente de uva tempranillo, graciano, garnacha y cabernet sauvingon, incluyen varias en la ladera sur de la sierra, entre 650 y 720 metros de altitud. Allí nace una tradición familiar que pasa por el cuidado y el amor a la tierra, la dedicación a los detalles y el arte de crear sin prisas buscando los mejores resultados.
El respeto por el entorno natural que produce sus uvas es otra de las apuestas de Bodegas Campillo. Para ello, la familia Martínez Zabala incorpora prácticas para el equilibrio vegetativo, como el deshojado o el uso de cubiertas vegetales para reducir el uso de herbicidas, utilizan extractos naturales de hierbas y algas para fortalecer las vides y está desarrollando un viñedo ecológico certificado. Gracias a todas estas prácticas, la bodega ha obtenido recientemente el sello Sustainable Wineries for Climate Protection, otorgado por la Federación Española del Vino (FEV) y que acredita no solo el compromiso con el medio ambiente, sino también la seguridad alimentaria de sus productos y el bienestar de empleados y proveedores.
La experiencia familiar, con un legado transmitido de padres a hijos que se remonta 160 años atrás, se muestra también en un cuidadoso proceso de selección y crianza, que dan como resultado unos vinos con personalidad, potencia y elegancia. Un lugar pensado por y para la cultura enológica que da frutos como Campillo Gran Reserva 2014, ganador de la medalla de oro como mejor tinto español en el International Wine Challenge 2023 con una puntuación de 96 puntos.