Belleza que se nutre de extractos botánicos: así es la cosmética consciente de Ulé
La firma plantea un cambio en el mundo de la belleza a través del respeto a la naturaleza, el uso de cultivos verticales para obtener sus materias primas y un exclusivo proceso de extracción sin comprometer la eficacia de sus productos.
Lindsay Azpitarte llevaba dos décadas trabajando en el sector de la belleza, como responsable de las marcas del grupo Shiseido en Europa, cuando decidió compartir con el mundo su visión de la belleza. Azpitarte se inspiró en el mundo natural, en las plantas y su capacidad para regenerarse, como un ejemplo de la resiliencia de nuestra piel. Ella se dio cuenta de que, cuando más sana está una planta, mejor es su apariencia exterior. La belleza, por tanto, es bienestar. La última clave se la dio una palabra del griego antiguo, Hylé, que significa la materia fundamental del todo. Así dio forma a Ulé, una firma de cosmética que busca la máxima eficacia a través de la sabiduría de la naturaleza y con el propósito de ser 100% sostenible.
Para dar forma a su visión, Azpitarte compartió su propuesta con el grupo Shiseido, que adoptó el proyecto y lo apoyó con sus recursos de tecnología e innovación, en un ejemplo de intraemprendimiento dentro de la propia compañía. Así, Azpitarte pudo reunir a un grupo de expertos entre los que se incluyen etnobotánicos, nutricionistas y especialistas en formulación de productos cosméticos. En esa aventura le acompaña Ainhara Viñarás como cofundadora. Directora general de Shiseido (División Prestige) en España, Viñarás se ha convertido en pieza clave para la marca, estableciendo una gran sinergia creativa junto a Azpitarte.
El poder de los cultivos verticales
Para crear productos basados en ingredientes naturales, Ulé se propuso utilizarlos de la manera más completa y pura posible. Por ello, se convirtió en la primera marca cosmética en utilizar cultivos verticales para generar sus materias primas. Esta práctica no solo permite que las plantas crezcan sanas, sino que también reduce el consumo de agua y hace posible generar distintas especies en un entorno controlado, sin tener que recurrir a cultivos en otras partes del mundo, lo que implicaría un transporte que genera una mayor huella de carbono.
En los cultivos verticales, el agua utilizada para su riego es el resultado de la propia evaporación de las plantas, que se capta y se reutiliza, lo que permite reducir su consumo en un 95%. Los extractos de plantas resultantes de estos cultivos verticales con puros y 100% trazables.
Pasos naturales para cuidar la piel
Inspirada por esa capacidad de las plantas de regenerarse, Ulé plantea un cuidado de la piel que se basa en esos mismos principios y que resume en tres pasos: proteger, regenerar y desestresar. No en vano la piel es uno de los órganos más resistentes del cuerpo humano, capaz de resistir condiciones adversas como las grandes diferencias de temperatura. Para ayudar en ese proceso, Ulé ha creado una mezcla exclusiva de extractos botánicos, Pure Botanic Blend, que se utilizan enteros y pasan por un proceso de doble extracción para conservar sus propiedades en su totalidad.
Entre estos extractos botánicos, Ulé utiliza tres fundamentales. La raíz de Coleo protege contra la oxidación y el estrés, a la vez que mejora la protección contra los rayos UV. La centella ayuda a la regeneración celular, aumenta la síntesis de colágeno y disminuye la inflamación en la piel. El tulsi, por último, tiene propiedades antioxidantes y protege de la degradación del ácido hialurónico, la elastina y la fibra de colágeno, fundamentales para que la piel recupere su esplendor. La primera extracción se realiza de manera ecológica, sin disolventes y sin generar residuos. También, cada una de las plantas sigue el proceso por separado, para mezclar los jugos activos después en partes iguales. Más tarde, se realiza una segunda extracción a través de los residuos vegetales generados en la primera, y de nuevo por separado.
Esta aproximación basada en la naturaleza de Ulé le permite crear fórmulas certificadas por el organismo Biorius, y que no contienen ninguno de los 2.700 ingredientes prohibidos por sus estándares de calidad, además de obtener el 100% de trazabilidad en sus componentes. Sus envases también están pensados para ser respetuosos con la naturaleza, y son de vidrio reciclado o estirado, lo cual reduce su peso, y sus tapas están fabricadas por componentes biológicos como virutas de madera o fibras vegetales.
Belleza que nace del interior
El enfoque de Ulé también se centra no solo en el exterior, sino en lo que sucede dentro de nuestro cuerpo. La salud y el bienestar, como sucede en el mundo vegetal, comienza en el interior y se refleja fuera. Por eso, la marca también ha incluido entre sus productos una línea de nutricosmética. Un ejemplo es Avoir It All, un aceite pensado para ser aplicado en la piel o ingerido junto a bebidas u otros alimentos, actuando como un complemento alimenticio que nutre desde dentro.