Hacia una mayor eficiencia energética
Banco Santander instala 20.000 placas solares en sus edificios corporativos, entre otras iniciativas, para continuar reduciendo su huella ambiental.
El consumo de energía es, desde hace tiempo, una prioridad para las compañías que buscan reducir su huella ambiental. La utilización de energías verdes, así como las medidas que contribuyen a reducir las emisiones de carbono, forman parte de los planes estratégicos de empresas como Santander. El banco, que consiguió alcanzar la neutralidad en carbono en 2020 gracias a sus medidas de reducción y compensación de emisiones, apuesta ahora a través de su plan de eficiencia energética por la instalación de 20.000 placas solares en sus centros corporativos en distintos puntos de España.
Gracias a estas placas, Santander prevé alcanzar una producción anual de 11.000 megavatios hora (MWH), el equivalente al consumo anual medio de unos 3.200 hogares en España. Cerca de mil de ellas ya se han instalado en el Centro de Formación y el Centro Deportivo de la Ciudad Financiera de la compañía, en Boadilla del Monte (Madrid), mientras que otras se han empezado a instalar en las cubiertas de edificios administrativos de la sede corporativa de Boadilla, en el resto de edificios y en los centros de procesamiento de datos. El resto de las placas, unas 8.000, se destinarán al Centro Tecnológico Solares, en Cantabria, donde Santander tiene dos centros de procesos de datos.
Otras iniciativas
Impulsar la movilidad sostenible es otra de las líneas de actuación de Santander. Para ello, el banco ha ampliado el parque de cargadores eléctricos para vehículos en su ciudad financiera, disponibles tanto para empleados como para visitantes, con los que suma casi 500 en ese recinto y 700 en todas sus instalaciones.
Otras iniciativas incluyen la reducción de consumo a través de la instalación de 12.000 luminarias LED en su ciudad financiera, sistemas de gestión energética avanzados que permiten controlar y visualizar el funcionamiento en los sistemas de climatización, ventilación e iluminación de sus edificios, rutas de transporte colectivo para empleados y la certificación residuo cero obtenida en 2019, que garantiza que al menos el 90% de sus residuos se reintroducen en la cadena de valor.