Proyectos sociales de inclusión y empleo para que nadie se quede atrás
La recuperación económica no llega a todos por igual. Por esa razón, Acción contra el Hambre ha puesto en marcha distintos proyectos para que las personas en situación de vulnerabilidad puedan acceder al mercado laboral, con apoyo del Fondo Social Europeo.
2022 es el año en el que, una vez pasado lo peor de la pandemia, las miras estaban fijadas en la recuperación del empleo y en una mejora económica. Las previsiones de la Comisión Europea, que apuntan a un crecimiento del 4% en el caso de España, así lo confirman, aunque también prevé que esté acompañada de una inflación del 6,3%. Estos datos, sin embargo, no se reflejan en una mejora para todos los sectores de la población.
“Desde Acción contra el Hambre estamos observando que sí existe una reactivación del mercado laboral, pero no está llegando a todos por igual”, explica Luis González, director de ingeniería técnica y acción social de la organización en España. “No se están incorporando por igual mujeres y hombres, personas migrantes, gente sin estudios… Está siendo un proceso muy desigual”. Además de su trabajo en países en vía de desarrollo, Acción contra el Hambre ha promovido iniciativas que buscan visibilizar y reducir las situaciones de desigualdad. En España, a través de su departamento de Acción Social, está centrada en los ejes de empleabilidad y emprendimiento en el ámbito de la inclusión social.
Incorporación al mercado laboral
“Empezamos a incorporar programas de inclusión sociolaboral en España en 2013, gracias al Fondo Social Europeo”, detalla Luis González. “Hemos desarrollado un programa en 11 comunidades autónomas muy localizado en el desarrollo personal y competencial, mayoritariamente para mujeres que necesitan acercarse al mercado laboral”.
Estos programas incluyen formación y orientación para aquellas personas que no han podido acceder a los niveles educativos superiores, e incluye también ayuda para aquellos y aquellas que buscan emprender su propio negocio. “Son personas que parten de una situación de desventaja, que pueden estar en riesgo de exclusión, pero tienen potencial o experiencia para comenzar una idea de negocio”, relata González. “Nuestro enfoque de programas de emprendimiento está también basado en el desarrollo competencial. Intentamos abordar el conocimiento, fiscal o legal, necesario para emprender un negocio, pero hacemos un acompañamiento, un mentoring. No solo damos las herramientas, sino que enseñamos cómo usarlas. También, ayudamos a potenciar las competencias digitales”.
Trabajo, alimentación y salud
El acceso al mercado laboral está íntimamente ligado al poder adquisitivo y, en un momento en el que la cesta de la compra experimenta una subida de precios, con el estado de salud. “Esta variación en los precios está haciendo que para muchas personas sea cada vez más complicado acceder a alimentos”, apunta el director de ingeniería técnica y acción social de Acción contra el Hambre.
“Esto aumenta el riesgo de inseguridad alimentaria, un problema que en España está muy invisibilizado, y para el que se requieren políticas activas y actualizadas. Estamos incorporando enfoques para hacer una alimentación económica y saludable, de manera que se cree un mecanismo eficiente para que las personas puedan acceder a productos sin tener que recurrir a las llamadas colas del hambre”. Estos programas han podido ayudar ya a unas 16.000 familias desde que Acción contra el Hambre trabaja con el Fondo Social Europeo. “Esperamos poder ampliar nuestro alcance y nuestro impacto a más personas que lo necesitan”, concluye Luis González.