Un bocado versátil para cualquier momento del día
De la mañana a la noche, los Bimbo Bagels son un comodín que se adapta a todo tipo de recetas y sabores.
Su origen se encuentra en Polonia, en el siglo XVII, pero su popularidad viene de las calles de Nueva York. El bagel es ese pan redondo con un agujero en el centro (utilizado para facilitar su transporte en grandes cantidades) que asociamos con los puestos de comida callejeros de la Gran Manzana y que llegó por primera vez a nosotros a través del cine y las series, hasta un momento actual en el que se ha convertido en un elemento cada vez más habitual en nuestra cocina, además de un alimento tremendamente instagrameable.
Este ejemplo de cómo una comida tradicional puede llegar a convertirse en internacional y cosmopolita no se debe solo al poder de la ficción, sino también a su versatilidad. Su sabor, su solidez y la facilidad para ser consumido en distintos momentos y circunstancias lo convierten en un elemento que se adapta a distintas recetas. Además, su capacidad de aguantar mejor el paso del tiempo que el pan tradicional hace que podamos recurrir a él con asiduidad. Un lienzo en blanco que podemos acompañar de elementos dulces o salados.
Desayuno: fuente de proteínas
Una de las cualidades que hacen del bagel un alimento tan adaptable es el hecho de que pueda ser consumido en frío o en caliente, tostado o incluso al horno. Así, con un par de minutos en la tostadora, podemos empezar el día con distintas opciones. Una más ligera y tradicional es sustituir el pan por un Bimbo Bagel y acompañarlo de aceite de oliva virgen extra, con el añadido de que su corteza aporta un elemento crujiente al desayuno.
Si lo que queremos es un aporte de proteínas que nos haga afrontar el día con más energía, podemos acompañarlo de huevos revueltos, tiras de bacon y, si queremos más contundencia, unas láminas de queso cheddar. Y para los que prefieren despertarse con algo dulce, siempre está la opción de acompañarlo de una crema de cacao o mantequilla de cacahuete, y trozos de frutas como el plátano.
Media mañana: un tentempié ligero
Ese momento entre el desayuno y la comida se puede hacer eterno, y muchas veces una pieza de fruta se queda en poco. Por su capacidad de aguante, el bagel puede dejarse preparado para recurrir a él en esos momentos en los que el hambre aparece y todavía tenemos unas horas por delante. Una opción es acompañarlo de queso de untar o crema agria y frutos rojos, para conseguir una combinación ligera y que nos ayude a lograr el aporte calórico que necesitamos para llegar hasta el siguiente punto del día.
Comida: complemento para el día a día
Parte de la popularidad del bagel se la debemos a ser un soporte perfecto para todo tipo de ingredientes que podemos comer en cualquier lugar, con más consistencia que un sándwich y mayor capacidad de saciar el hambre. A la hora de la comida, especialmente en días laborables, resuelven ese momento en el que no podemos alargar una sobremesa y se combinan perfectamente con una ensalada. Una opción saludable es acompañarlos de aguacate y rúcula o espinacas, pero también se pueden añadir distintos tipos de humus o, incluso, embutidos acompañados de mostaza o mayonesa.
Merienda: el momento dulce
El momento en el que el cuerpo pide glucosa es otra de esas ocasiones en las que el Bimbo Bagel nos puede solucionar una tarde. Combinarlo con mermeladas es una opción, con o sin mantequilla, pero también con yogur, muesli y frutos rojos en una versión menos contundente. Añadir algunos frutos secos machacados puede darle un punto crujiente diferente, pero las opciones son variadas y adaptables al gusto de cada uno.
Cena: el comodín de la noche
Acabar el día pensando qué preparamos de cena puede ser un quebradero de cabeza, entre opciones más elaboradas y las ganas de recurrir a algo más ligero. Combinar un Bimbo Bagel con salmón y brotes verdes es la opción ligera, que también se puede acompañar de cremas frías o calientes. Pero si el hambre nos pide algo más contundente, el bagel también puede sustituir a un pan de sándwich para hacer en una plancha o tostadora junto a un embutido como el pastrami y un queso que funda bien y que le aporte esa cualidad untuosa al conjunto.