La escalada toca el cielo, este domingo, en ‘El País Semanal’

Reportaje sobre la escalada como nuevo deporte olímpico en Tokio 2021. Chris Sharma en La Cova de L'Ocell 17 feb. De 2021.Daniel Ochoa de Olza (EPS)

Silencio. Una brisa refresca la mañana al pie de la amenazante proa de roca que proyecta la Cova de l’Ocell, en la comarca catalana de Osona; un formidable techo calizo que discurre casi paralelo al suelo a unos 15 metros de altura. Respiración honda. Polvo blanco en suspensión cuando las manos del escalador entran y salen fugazmente de la bolsa de magnesio, atada a su espalda. Crujir de nudillos al aferrar los tacaños relieves que concede la pared. La goma negra de los pies de gato fricciona contra la piedra. Brazos tirantes, piernas flexionadas. La mirada busca el siguiente agarre y, al inst...

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Silencio. Una brisa refresca la mañana al pie de la amenazante proa de roca que proyecta la Cova de l’Ocell, en la comarca catalana de Osona; un formidable techo calizo que discurre casi paralelo al suelo a unos 15 metros de altura. Respiración honda. Polvo blanco en suspensión cuando las manos del escalador entran y salen fugazmente de la bolsa de magnesio, atada a su espalda. Crujir de nudillos al aferrar los tacaños relieves que concede la pared. La goma negra de los pies de gato fricciona contra la piedra. Brazos tirantes, piernas flexionadas. La mirada busca el siguiente agarre y, al instante, un grito desgarrador corta el sosiego reinante. Chris Sharma se lanza violentamente a por el saliente salvador, en el extremo de este muro inclinado casi a 90 grados. Los pies salen despedidos dibujando un arco hasta que la tensión corporal frena el bamboleo. Entonces, el escalador californiano, colgado de un solo brazo, mira sonriente a los presentes. El resto de la ruta es pan comido.

EPS

La escalada se estrena este año en Tokio como deporte olímpico. Aunque las competiciones se realizarán en paredes artificiales, no en roca natural como la de la barcelonesa Cova de l’Ocell, de la que aparece colgado en la imagen de portada Chris Sharma. La emoción de trepar ya no se limita a los espacios naturales: conquistó la ciudad, donde se multiplican los rocódromos y los nuevos aficionados en busca de diversión y otra manera de hacer ejercicio. Un bum al que nos asomamos en este número. Además, Zahara nos revela el trasfondo de su último disco, una catarsis personal y musical, y conversamos con Soledad Sevilla tras ganar el Premio Velázquez de Artes Plásticas.

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