Guía para elegir (bien) entre 10 estaciones de esquí en los Alpes

En esta cadena de montañas en Europa Central hay más de 600 instalaciones. Este es un decálogo para todos los gustos (y bolsillos), con propuestas caras y baratas, gigantescas y recoletas, y exigentes e ideales para ir con niños

Varios esquiadores en la estación de Kitzbühel, en el Tirol (Austria).Bergwelt Hahnenkamm - Reuttener (Bergwelt Hahnenkamm - Reuttener Seilbahnen GmbH & Co. KG)

En los Alpes, incluidos los Alpes Julianos que alcanzan hasta Eslovenia, hay más de 600 estaciones de esquí. La mayor parte en Italia, Francia, Austria y Suiza y, entre ellas, se encuentran algunas de las mejores y más grandes instalaciones del mundo. Así que puestos a escoger una para pasar unas vacaciones de invierno la tarea se presenta difícil porque, además, no todas ofrecen lo mismo.

Las 10 que aquí se presentan pretenden facilitar la elección según gustos y necesidades. Las hay caras y baratas. Gigantescas, con enormes extensiones para el esquí, o recoletas y llenas de encanto alpino. Deportivas y exigentes o ideales para viajar con niños. Incluso hay propuestas compatibles con dedicar tiempo a hacer turismo clásico. Ni siquiera su elemento más común, la nieve, es igual en todas. Pensándolo bien, no va a ser tan fácil decidirse.

Con mucho encanto: Alpbach (Austria)

En el Tirol, Alpbach ostenta el título de pueblo más bonito de Austria por su arquitectura alpina, uniforme y tradicional, basada en la madera. Más de un centenar de granjas, la mayoría en el estado original en el que fueron construidas, se mantienen en funcionamiento y 20 de ellas exhiben el noble título Erbhof, que acredita que la misma familia la ha heredado durante 200 años.

Esquiadores en la estación de Alpbach (Austria).Bernhard Berger (Ski Juwel Alpbachtal Wildschöna)

Hasta que en 1926 se construyó la carretera que la comunica con el valle del río Inn, Alpbach fue una aldea de difícil acceso. Gracias a eso conserva su aspecto primigenio y sus antiguas costumbres. En varias de esas granjas, adaptadas al turismo, se pueden probar platos tradicionales: carne y verduras en gelatina, kiachl (masa frita) o el delicioso löffelmilch, a base de leche, azúcar, ron y vino. Y a todo ello se suma su estación de esquí con 113 kilómetros de pistas (forfait de día adulto: 66 euros). La mayor parte de los descensos están sobre el pueblo, cubiertos al 85% con cañones de nieve. En todo el dominio Ski Juwel Alpbachtal Wildschönau hay 45 remontes —de ellos, nueve telecabinas—. Un telesilla llega hasta el punto más alto, el pico Wiedersberger Horn, a 2.127 metros.

Sorprendente: Saas-Fee (Suiza)

El restaurante giratorio Allalin de la estación de Saas-Fee (Francia).

Si uno decide comer en el restaurante giratorio Allalin de la estación de Saas-Fee (150 kilómetros de pistas; forfait de día adulto: 59 francos suizos, 63 euros al cambio actual), en el cantón del Valais, debe disponer de al menos una hora. Es lo que tarda el establecimiento en girar 360 grados sobre su eje con sus 200 comensales dentro. El movimiento se percibe, pero no molesta, y permite disfrutar de una vista impresionante sobre los 13 picos de más de 4.000 metros y los glaciares Fee, Hohlaub y Allalin; que bordean la estación. También hay que echar un buen rato para llegar hasta él. Desde el pueblo, a 1.800 metros, hay que tomar un teleférico a Felskinn y allí subirse al Metro Alpin, el funicular subterráneo más alto de Suiza que lleva hasta el restaurante, situado a 3.500 metros de altitud. Por si alguien quiere ir reservando, un plato de pasta cuesta 28 francos suizos (unos 30 euros, al cambio actual); unas salchichas, 29. Después (o antes) de comer se puede visitar una cueva excavada en el hielo con todo tipo de construcciones pensadas especialmente para niños.

‘Vintage’: Vogel (Eslovenia)

Las instalaciones de la estación de Vogel se encuentran en el corazón del parque nacional Triglav (Eslovenia).

Montañas escarpadas cuyas aristas se recortan en el cielo, grandes extensiones boscosas de alerces, abetos de hasta 60 metros de altura, abundante nieve natural y un telesilla de una sola plaza como solo se ven ya en las fotos en blanco y negro. Esquiar en esta estación eslovena (22 kilómetros de pistas; forfait de día adulto: 44 euros), en el corazón del parque nacional Triglav, es volver al pasado. Poca gente en pistas y poca vestimenta a la última moda. A cambio, un paisaje soberbio como el que ofrece el lago Bohinj rodeado de bosque y una naturaleza mejor conservada que en otras zonas más explotadas. Desde el monte Sija, a 1.800 metros, hasta la base hay 1.231 metros de desnivel, algo que no todas las estaciones pueden ofrecer. Con todo, Vogel se moderniza y esta temporada estrena un telecabina que sustituye a un antiguo telesilla con más de 40 años.

Deportiva: Kitzbühel (Austria)

Kitzbühel es una enorme estación con 233 kilómetros de pistas en el Tirol austriaco.Bergwelt Hahnenkamm - Reuttener (Bergwelt Hahnenkamm - Reuttener Seilbahnen GmbH & Co. KG)

Anoten esta fecha: 25 de enero de 2025. Ese día, los mejores esquiadores del mundo —y los más valientes— se enfrentarán al terrorífico descenso de la pista Streif de esta estación del Tirol austríaco: 3,3 kilómetros de longitud, más de 800 metros de desnivel y tramos que superan los 40 grados de inclinación como el temible Mausefalle. Aquí los corredores alcanzan velocidades de 150 kilómetros por hora y vuelan hasta 80 metros. Ese día, unas 50.000 personas se reunirán aquí para ver el espectáculo de la carrera Hahnenkamm, valedera para la Copa del Mundo.

Para conocer esta enorme estación con 233 kilómetros de pistas (forfait de día adulto: 76 euros) una idea práctica es apuntarse al llamado Ski Safari que permite recorrer la mayor parte de ella, desde la cima de Hahnenkamm hasta la lejana Pass Thurn, por pistas de nivel medio, largas y muy bien cuidadas. El pueblo de Kitzbühel, con su bonito casco histórico, y el de Kirchberg son las mejores opciones para alojarse con acceso directo a las instalaciones.

Lujo y ‘glamour’: Courchevel (Francia)

Dos esquiadores en la estación francesa de Courchevel.Courchevel Tourisme

El restaurante Alpage de Courchevel 1.850 (150 kilómetros de pistas; forfait de día adulto: 79 euros) ha conseguido recientemente una estrella Michelin. No es fácil destacar en una estación de esquí en la que hay nueve establecimientos distinguidos con estrellas Michelin. Por si desean ir a probar, el menú, del chef Jean-Rémi Cailon, cuesta 495 euros. Aquí hay también 12 hoteles de cinco estrellas y unas 70 boutiques y tiendas de primeras marcas: Louis Vuitton, Hermès, Valentino, Cartier, Prada… También hay pistas de esquí anchas, suaves y orientadas al Norte. Hasta 600 kilómetros conectadas en su totalidad por remontes si tenemos en cuenta que Courchevel forma parte de Les 3 Vallées en el departamento francés de Saboya. No se extrañe si en el remonte una celebrity le da conversación. Este invierno se reabre el teleférico de Saulire, el renovado hotel Alpes du Pralong de cinco estrellas y se ofrece un forfait de seis días pagando solo cinco. Algo es algo.

Muy grande: Dolomiti Superski (Italia)

Uno de los descensos en las instalaciones de Dolomiti Superski (Italia).manaz productions (manaz productions)

Es el mayor destino de esquí del mundo accesible con un único forfait. Dolomiti Superski (1.200 kilómetros de pistas; forfait de día adulto: 83 euros) es un paraíso para los aficionados a la nieve (y a la pasta de comer) en las Dolomitas, bellísimas montañas de los Alpes orientales italianos. Incluye 12 estaciones de esquí no siempre conectadas por remontes. Entre otras, las famosas Cortina d’Ampezzo, que acogerán los Juegos Olímpicos de invierno en 2026, Val di Fassa y Val Gardena. Para conocer semejante territorio hay dos rutas clásicas que se pueden completar en uno o dos días, según el estado de forma. Sella Ronda es un itinerario circular de unos 40 kilómetros que da la vuelta a las montañas del grupo Sella a través de valles y puertos empalmando pistas y remontes. Y, por último, el Tour de la Gran Guerra, 80 kilómetros en los que hay que cubrir diversos tramos en autocar, alrededor del Col di Lana, escenario de durísimas batallas en la I Guerra Mundial.

Familiar: Avoriaz (Francia)

La pista de entrenamiento para niños en la estación de Avoriaz (Francia).Pascal "SCALP" Gombert

Esta coqueta estación de la Alta Saboya (53 kilómetros de pistas; forfait de día adulto: 56 euros) presume de ser la única cien por cien peatonal, de no tener calles sino pistas de esquí nevadas y de solo ver transitar a peatones, esquiadores o, como mucho, trineos tirados por caballos. El coche se deja a la entrada. También se enorgullece de tener numerosas instalaciones para los más pequeños. Lil’Stash es un snowpark apto para ellos. La aldea infantil Annie Famose, que acoge niños y adolescentes de 3 a 16 años, lleva medio siglo enseñando a esquiar con un método exclusivo. Aurizou es una guardería disponible a partir de seis meses. Este invierno, los menores de cinco años esquiarán gratis. Avoriaz forma parte del dominio Les Portes du Soleil, que agrupa a 12 estaciones. Está conectada con la suiza Les Crosets a través de su famosa y difícil pista conocida como el Muro Suizo.

Con vistas: Aletsch Arena (Suiza)

Dos esquiadores observando el paisaje que ofrece una de las pistas de la estación suiza de Aletsch Arena.Raphael Wernli

El glaciar Aletsch, en el cantón del Valais, es la mayor corriente de hielo de los Alpes. Arranca a 4.000 metros de altura bajo los picos Jungfrau, Mönch y Eiger y desciende durante 20 kilómetros y 2.500 metros de desnivel hasta el desfiladero de Massa. Desde el mirador del Eggishorn, en la estación de esquí Aletsch Arena, a 2.869 metros (108 kilómetros de pistas; forfait de día adulto: 61 francos suizos), se puede ver en toda su extensión. Pistas abajo hay otros tres puntos para observar la impresionante masa de hielo. Uno de ellos, el Bettmerhorn, dispone de un restaurante panorámico en donde reponer fuerzas. La zona de esquí se puede alcanzar por telecabina desde los pueblos de Fiesch y Mörel Filet y la estación de tren Bettmeralp, en el valle del Ródano, por donde pasa el famosísimo tren Glacier Express. Es posible alojarse en el valle o a pie de pistas en un entorno idílico a donde no llegan los coches.

Esquí y turismo: Sestriere-Vialattea (Italia)

Un telecabina sobrevuela el pueblo de Sestriere.

Una torre roja y otra blanca sobresalen por encima de los tejados de Sestriere. A pesar de su aspecto poco agraciado son todo un símbolo de esta localidad del Piemonte del norte de Italia. Las construyó en 1930 el fundador de Fiat, Giovanni Alberto Agnelli, para solaz de sus trabajadores de la factoría en Turín. La pista en donde se celebrará una prueba de Copa del Mundo de esquí alpino el próximo mes de febrero lleva su nombre. Sestriere (400 kilómetros de pistas; forfait de día adulto: 54 euros) está en el centro de la gran área de esquí Vialattea formada por ocho estaciones (una de ella la francesa Montgenévre) conectadas por 70 remontes. Una vez allí, si el tiempo se tuerce y esquiar no es una opción, se puede aprovechar para hacer turismo y bajar a Turín. La ciudad, famosa por su industria automovilística y por custodiar el presunto sudario de Cristo, está a solo a hora y media por carretera.

Altísima: Zermatt (Suiza)

El nuevo telecabina Matterhorn Alpine Crossing, en la estación suiza de Zermatt.

Zermatt es altísima (3.889 metros en la cima del Matterhorn Glacier Paradise) y carísima, unos 107 euros el pase diario de remontes. A cambio, en la estación suiza (200 kilómetros de pistas; forfait de día adulto: 99 francos suizos. 105 euros al cambio actual) esquiaremos en una postal —no hay montaña más fotografiada en el mundo que el Matterhorn, o Cervino en italiano—. Y no hay un sistema de remontes que iguale al Matterhorn Alpine Crossing, que permite atravesar los Alpes de Zermatt en Suiza a Cervinia en Italia en telecabina. El tramo que faltaba por completar, entre el Matterhorn Glacier Paradise y la frontera italiana en Testa Grigia, a 3.480 metros, fue inaugurado el verano de 2023. Desde sus ultramodernas cabinas diseñadas por Pininfarina (algunas con suelo de cristal) se pueden observar 38 picos de más de 4.000 metros de altura y 14 glaciares. El viaje dura 90 minutos. El billete de ida vuelta cuesta 204 euros. ¡Si Anibal levantara la cabeza…!

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