Cuatro estaciones de esquí que desafían el cambio climático sin cañones de nieve (por ahora)

Ya sea por una ubicación privilegiada o por las actividades que ofrecen, de tirolinas a descensos nocturnos, las instalaciones de Artouste, en el Pirineo francés, y las de las españolas Tavascán, Fuentes de Invierno y Valdesquí se mantienen a expensas de lo que caiga del cielo

El trenecito de la estación de esquí de Artouste, en el Pirineo Francés.

La temporada de esquí está resultando muy difícil para la mayoría de las estaciones de la Península por la falta de precipitaciones, las altas temperaturas y las lluvias que dificultan la producción de nieve o se llevan la que ya hay. El cambio climático y la baja altitud relativa de las montañas han puesto en jaque a este deporte en los últimos años. Y, sin embargo, cuatro estaciones —una en el ...

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La temporada de esquí está resultando muy difícil para la mayoría de las estaciones de la Península por la falta de precipitaciones, las altas temperaturas y las lluvias que dificultan la producción de nieve o se llevan la que ya hay. El cambio climático y la baja altitud relativa de las montañas han puesto en jaque a este deporte en los últimos años. Y, sin embargo, cuatro estaciones —una en el Pirineo francés (Artouste) y tres en España (Tavascán, Fuentes de Invierno y Valdesquí)— renuncian, de momento, a instalar cañones y se mantienen a expensas de lo que caiga del cielo.

Artouste ha dado un paso adelante y a falta de nieve ha decidido ofrecer actividades más propias del verano para mantener su clientela, que en un 40% es española (la estación está a solo 10 kilómetros de la frontera con España, por Huesca). Abrirá sus instalaciones el próximo lunes 19 de febrero. Las otras tres esperan que cambie el tiempo y sus pistas se cubran con nieve natural, la mejor para practicar deportes de invierno y para el ciclo natural de la montaña, pero un bien cada día más escaso.

Artouste, Pirineo francés (25 kilómetros de pistas; ‘forfait’ de día: 24 euros adulto, 11 infantil)

Cada mañana, Jean Pierre es el primero en recibir los rayos del sol, si no está nublado, en el valle d’Ossau, en el Béarn. Jean Pierre no es un pastor ni un campesino ni el encargado de poner en marcha la estación de esquí. Es el apodo cariñoso que le han dado los bearneses a una de las montañas más impresionantes de todo el Pirineo, el Pic du Midi d’Ossau, antiguo volcán formado hace casi 280 millones de años, mole espectacular de paredes verticales a la que también se ha llamado Cervino de los Pirineos, visible desde la vertiente española, por el sur, y desde las llanuras de Aquitania por el norte. Sobrenombre que parece derivarse de la expresión Géant de Pierre (gigante de piedra).

El Midi es el gran símbolo del valle de Ossau y de la estación de esquí de Artouste, que abre la temporada la semana que viene a pesar de no tener nieve. A partir del lunes entra en funcionamiento el trenecito que discurre desde la estación superior del telecabina de acceso a las instalaciones hasta el lago de Artouste, a 2.000 metros. Este trenecito, que aprovecha la vía que en su momento se instaló para la construcción de la presa que retiene el agua del embalse, es el verdadero imán turístico de la zona. Los viajes comienzan habitualmente en mayo, pero la gran sorpresa ha sido su apertura con antelación para atraer a un público que, de momento, no se puede calzar los esquís. En el futuro, si hay nieve, se utilizará también en invierno como un remonte más que llevará a los esquiadores a zonas vírgenes de la montaña. La semana que viene se inaugura igualmente una tirolina gigante de 500 metros con curvas y un spa con vistas al Midi.

Con nieve, la estación está dividida en cuatro sectores: Sagette, con las pistas más fáciles; Soussouéou, con bonitos y largos descensos entre bosques de pinos y hayas; Séous, que acoge la pista negra Isards, la de mayor desnivel y pendiente de la estación; y, finalmente, el vallecito de Arracou. También es muy llamativa la posibilidad de cenar a bordo del telecabina. El servicio comienza a las ocho de la tarde, cuatro personas por cabina, entrante y plato principal se ponen abajo, al comienzo del trayecto, que dura algo más de media hora (ralentizado), y postre y queso se sirven al llegar a la estación superior. Cena colgados de un cable (precio: 49 euros todo incluido).

Tavascán, Pirineo de Lleida (5 kilómetros de pistas; ‘forfait’ de día: 22 euros adulto, 16 infantil)

Aquí, en el valle de Tavascán, en el borde del parque natural del Alt Pirineu, el más extenso de Cataluña, les gusta decir que más que una estación de esquí tienen una estación de montaña. La mitad de su clientela llega en busca de nieve y laderas vírgenes para remontar y bajar después por trazados marcados solo por su imaginación. De su carácter alpino da cuenta el refugio de montaña que hay a pie de pistas con capacidad para unas 50 personas.

Estación de esquí Tavascán, en el Pirineo de Lleida.

Aunque el cambio climático se deja notar en los últimos inviernos, como en todas partes, habitualmente han disfrutado en este rincón del Pallars Sobirà de temperaturas muy bajas que han propiciado una nieve natural abundante y de calidad. De hecho, de noviembre a enero el sol no da directamente en la estación salvo media hora en la base hacia las nueve de la mañana y otros 15 minutos en torno a las tres de la tarde. Además, no está excesivamente expuesta al viento, razones por las cuales la nieve que traen las borrascas del Atlántico debido a su orientación noroeste (como en Baqueira, por ejemplo) se mantiene en buenas condiciones.

Eso sí, el área reservada al esquí alpino es pequeña. Solo hay un telesilla desde la Pleta del Prat (1.720 metros) a la cota 2.250, una cinta para debutantes en la base y un telesquí en la estación intermedia del telesilla que permite a los debutantes regresar a la Pleta por una bajada fácil. Por el contrario, el circuito para esquí de fondo suma más kilómetros que las pistas de alpino, 12, y hay un área habilitada para practicar la búsqueda y rescate de personas atrapadas por avalanchas.

Hasta hace unos pocos años no se utilizaba ningún cañón de nieve; ahora hay dos ubicados en la parte baja de la estación y existen planes para completarlos con una línea de 15 innivadores en esa zona, la que más sufre la falta de precipitaciones. En verano, se abrirá el telesilla y se habilitará un camino hasta el Tuc de la Cima, a 2.455 metros, en donde se levantará un mirador. Con todo, los responsables de esta estación cien por cien municipal desean que eso que se suele llamar mal tiempo vuelva a sus montañas porque la nieve natural ha sido su mayor tesoro.

Fuentes de Invierno, Cordillera Cantábrica (8,7 kilómetros de pistas; ‘forfait’ de día: 27 euros adulto, 22 infantil)

Este es un caso en el que la naturaleza ha sido pródiga en nevadas algunos años atrás. No solo porque cayeran de forma abundante (la estación está emplazada de forma óptima dentro de la Cordillera Cantábrica, orientada al norte y al noreste), sino porque luego la nieve mantenía una calidad excelente durante bastantes días. Con la nueva situación climática y la falta de un sistema de producción de nieve todo se ha complicado; tanto que en el valle asturiano de Aller quienes viven del turismo invernal han levantado la voz para pedir ya la instalación de cañones.

Estación de esquí Fuentes de Invierno, en el Principado de Asturias.

Fuentes de Invierno está ubicada en la vertiente asturiana del puerto de San Isidro, entre los 1.500 y los 1.950 metros. Su pista estrella es Entresierras, fácil, de casi 1.200 metros de longitud y 220 metros de desnivel, y dispone de un área ideal para debutantes, aislada del resto y equipada con un telesquí y una cinta. Pero, en general, es una estación muy alpina con abundancia de trazados difíciles (rojos y negros), pasos estrechos en algunas zonas en las que no se quiso (o no se pudo) hacer mayores desmontes por tratarse de un espacio de especial protección medioambiental y muchas posibilidades para el esquí fuera de pista que ya se practica en las ‘palas’ de Entresierras y Llomba, en las laderas al borde del telesilla Llana El Fitu o en el área encerrada entre las pistas fáciles Llana l’Fitu y Abedules. Espacios por donde se podría ampliar la estación en un futuro.

También podría crecer, y parece que hay intención de hacerlo, con la unión a la vecina San Isidro, vertiente leonesa del mismo puerto. De hecho, desde el final del telesilla de la Llomba ya se puede entrar en las pistas del sector Riopinos de la estación leonesa, pero falta un remonte de retorno a Fuentes de Invierno. La unión entre la pista Abedules en la parte baja del complejo y el sector Salencias de San Isidro es igualmente factible. De momento, y a la espera de inversiones en cañones, aquí se sigue mirando al cielo.

Valdesquí, sierra de Guadarrama (22,3 kilómetros de pistas; ‘forfait’ de día: 43 euros adulto, 38 infantil)

Lo mejor de esta estación es su proximidad a la ciudad de Madrid, menos de 70 kilómetros. Lo peor, su proximidad a Madrid. Especialmente en fines de semana cuando hay nieve y hace buen tiempo, porque la carretera del puerto de Navacerrada se colapsa desde muy temprano por el exceso de tráfico. Las pistas, el aparcamiento, incluso la carretera de acceso, son privados; conviene, por tanto, asegurarse la plaza para aparcar antes de subir reservándola a través de la web. También se puede acceder utilizando el autocar lanzadera gratuito desde el Puerto de Cotos, pero hay que recordar que solo se puede entrar en las pistas, cuyo acceso está vallado, con forfait o pase de estación. No están permitidos los trineos.

Las bajadas ocupan las laderas norte de La Bola del Mundo y Valdemartín y están sobradamente equipadas de remontes teniendo en cuenta sus dimensiones: seis telesillas, seis telesquís, un telecuerda y una cinta para 22 kilómetros de descensos; todos confluyen en la entrada. Hay dos cafeterías, una zona de pícnic, servicio de minimotos y paseos en máquina pisapistas. Una oferta peculiar es el llamado snowled: descrito de forma rápida, esquí nocturno a la luz de lámparas frontales led que lleva el esquiador preferiblemente en el brazo. Está disponible algunos días entre las 19.30 y las 21.30 en los telesquís Peña del Águila y Noruego. El pase se adquiere a través de la web y se puede alquilar el brazalete, el frontal y el chaleco reflectante que es obligatorio (no sirve el habitual de carretera).

De momento, solo tiene algunos cañones de nieve móviles en las zonas bajas de la estación.

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