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Los pueblos españoles candidatos a Capital Rural 2021

De Aia, en Gipuzkoa, a Yeste, en Albacete, 10 villas con mucho encanto que merecen una visita

Diez pueblos españoles aspiran a convertirse, el próximo 18 de mayo, en la Capital Rural 2021, dentro de la iniciativa que por quinto año organiza la web especializada en alojamientos rurales EscapadaRural.com. A continuación, visitamos las 10 localidades finalistas.
Envuelto por un entorno natural magnífico, el parque natural de Pagoeta, con hayedos y verdes pastos, el pueblo guipuzcoano de Aia es garantía de tranquilidad y sosiego, engarzados con un interesante patrimonio cultural. En esta zona destacan la iglesia barroca de San Miguel Arcángel, en Laurgain (a tres kilómetros); la ermita Andra Maria de Aizpea, documentada en 1530 y que ocupa un abrigo natural de roca (donde, se dice, se apareció la virgen); o la ermita San Pedro, con un retablo atribuido a Andrés de Araoz. Un paseo por el casco histórico de Aia contempla numerosas muestras de arquitectura tradicional (Casa Gilisagasti, Casa Garagorrienea, Casa Ostatu-Berri) y, por si fuera poco, la maravillosa playa de Zarauz queda a 20 minutos de coche.
Más información: aia.eus
Erlantz Pérez Rodríguez (getty images)
La elección de la Capital Rural ha contado este año con 247 localidades candidatas (un 20% más que en la edición 2020, que distinguió a la cántabra Potes), entre las que se han elegido 10 finalistas atendiendo a unos requisitos mínimos: contar con menos de 10.000 habitantes, una apuesta verdadera por el turismo rural de calidad y no haber participado en ediciones anteriores de esta iniciativa.
Una de las localidades finalistas es la valenciana Chelva, donde se impone un paseo por sus barrios históricos. Benacacira, el barrio andalusí, conserva el entramado urbano de la medina que fue en los siglos XI y XII; Azoque, el barrio judío, mantiene su estructura medieval de callejones y portales de entrada; el barrio del Arrabal, donde a partir del siglo XIV se instalaron parte de los moriscos expulsados del Reino de Valencia, y las Ollerías, el barrio cristiano, así llamado por los numerosos hornos que acogieron sus calles para la producción de cerámica artesanal.
Más información: turismochelva.es
Ángel Villalba (GETTY images)
Una vez seleccionados estos 10 finalistas, la votación popular para designar a la Capital Rural 2021 permanecerá abierta (en Escapadarural.com) hasta el 14 de mayo (el año pasado participaron 94.545 personas). Cuatro días después, el 18 de mayo, se hará público el nombre del pueblo ganador.
Otra de las candidatas es Cuacos de Yuste. Más allá de su monumento principal, el cercano Monasterio de Yuste, donde vivió sus últimos días el emperador Carlos I de España, el conjunto histórico de Cuacos de Yuste (declarado Paraje Pintoresco), en la extremeña comarca de La Vera, invita a un paseo tranquilo por sus sinuosas calles, en las que admirar la bien conservada arquitectura popular de sus casas serranas, levantadas a base de mampostería, adobe y entramados de madera, y cuentan con voladizos y fachadas porticadas como las de su plaza Mayor (en la foto).
Más información: turismocaceres.org
GETTY images
Situada en la Sierra Norte de Cádiz, en una encrucijada de caminos entre las provincias de Cádiz, Málaga y Sevilla, Olvera forma parte la popular Ruta de los Pueblos Blancos. Sus casas encaladas y calles empinadas que desembocan en dos de los reclamos de los que más presume la villa: la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación (del siglo XVIII) y el castillo (construido a finales del siglo XII, formó parte del sistema defensivo del reino nazarí de Granada). Una localidad que fue declarada conjunto histórico-artístico en el año 1983.
Entre los atractivos naturales dentro del territorio olvereño se encuentra la reserva natural del Peñón de Zaframagón, que alberga la mayor colonia nidificante de buitres leonados de Andalucía Occidental y una de las mayores de la Península. Declarada zona de especial protección para las aves, aquí se dan cita otras importantes rapaces como alimoches, el águila perdicera, el halcón común y búho real. Además, por el término municipal de Olvera —rodeado de olivar de montaña y cientos de caminos rurales— trascurre la vía verde de la Sierra, la única ruta declarada de interés turístico de la comunidad y que sigue el antiguo trazado ferroviario Jerez-Almargen, que nunca fue usado.
Más información: olvera.es
Roberto Moiola / Sysaworld (GETTY images)
La impronta medieval merece un alto en el camino, en una tierra históricamente de frontera. Induce a un viaje en el tiempo atravesar la Puerta Baja, escoltada por altos torreones, pero también recorrer la antigua muralla hasta el Castillo Mayor, erigido en lo alto sobre lo que fue una alcazaba árabe (se han hallado restos de yeserías musulmanas del siglo XI), o visitando el Palacio de los Luna, residencia nobiliaria en torno al siglo XV que conserva sus techumbres de madera. También merece un alto en Daroca la Casa del Diablo, datada en el XV, llamada así porque acogió a mediados del siglo XIX a un revolucionario anticlerical apodado ‘El Diablo Royo’.
Más información: daroca.es
Iakov Filimonov (alamy)
Esta villa marinera en la costa norte gallega es uno de los municipios más coquetos de las Rías Altas. Un recorrido por sus calles debe llevar a visitar el Barrio do Ponto, en el casco antiguo; el conjunto conventual, que acoge la Casa Consistorial, el Teatro de la Beneficencia y la iglesia parroquial; el mercado de abastos, de principios del siglo XX, y a pasear por su puerto. Ortigueira es famosa entre los amantes de la música celta, pues aquí se celebra desde 1978 el Festival del Mundo Celta de Ortigueira (aunque su edición de este año también ha sido cancelada por la pandemia). Desde el año 2000 su nombre es Festival de Ortigueira, y cada segundo fin de semana de julio centenares de aficionados a música de tipo folk acampan en la playa de Morouzos para asistir a la cita.
Desde aquí parten numerosas rutas entre sus cercanas e imponentes montañas y sus playas salvajes. Una de las opciones más atractivas es descubrir los acantilados de Loiba (en la foto), a unos 10 kilómetros en coche. Hay una ruta señalizada que permite recorrerla desde la playa de Esteiro (Mañón) hasta el arenal de Ribeira do Carro (Ortigueira). Un tramo de costa en el que se encuentra el que es para muchos el mejor banco del mundo.
Más información: turismoortigueira.com
Luis Dafos (alamy)
Esta villa fundada en la Edad del Hierro de poco más de 1.000 habitantes forma parte de la asociación Los Pueblos Más Bonitos de España. Algunas de las visitas ineludibles pasan por su plaza Mayor (en la foto), su centro neurálgico y parcialmente porticada; la iglesia de El Salvador, uno de los paradigmas del románico castellano; el Museo Lope Tablada de Diego; el santuario de la Virgen de la Peña; o la Puerta del Azogue (o Arco del Ecce Homo), una de las siete puertas que tuvo la muralla de Sepúlveda. Tampoco hay que olvidarse de probar el plato estrella de su gastronomía: el lechazo asado en horno de leña.
Además, es el campo base perfecto para adentrarse en el parque natural de las Hoces del Duratón, donde el protagonista principal es el buitre leonado. Situado aguas abajo de la villa, aquí el río se ha encajado en un profundo cañón que, en algunos lugares, alcanza más de 100 metros de desnivel. A su imponente belleza paisajística se suman atractivos históricos, como la ermita románica de San Frutos (del siglo XII) y la cueva de los Siete Altares, cuyo interior resguarda un monumento religioso visigodo del siglo VII.
Más información: turismosepulveda.es
M. Ramírez (alamy)
Este municipio que se extiende por la parte baja de la conca del Rialb, a orillas del embalse homónimo, está formado por 11 pueblos (Gualter, la Serra, la Torre, Politg, Pallerols, Vilaplana, Bellfort, Palau, el Puig, Sant Cristòfol de la Donzell y Sant Martí). Eso es una herencia de las antiguas parroquias, caseríos, masías, torres y monasterios de la época medieval a la que se retrotraen sus orígenes (Baronia en un término jurisdiccional ya del siglo XIV) y que explica su maravilloso y disperso patrimonio histórico. En la imagen, el monasterio de Santa Maria de Gualter, consagrado en 1207 este conjunto monástico fue destruido durante la Guerra Civil.
Más información: baroniarialb.cat
Javier Fernández Ortega (GETTY images)
“Agua, tierra, hierro y fuego, ingenios hidráulicos, cuchillería y telar”, sintetizan sobre Taramundi en la web de turismo de Asturias. Este es un lugar ideal para aprender de oficios tradicionales que se han conservado hasta la actualidad. Se trata de una aldea pionera en el turismo rural asturiano (la antigua casa del cura o rectoral fue convertida en los años ochenta en el hotel rural La Rectoral), y siempre ha tenido fama por sus cuchillos. Una navaja de más de siete metros y 1.500 kilos da la bienvenida al Museo de la Cuchillería, en la aldea de Pardiñas, a escasos tres kilómetros de Taramundi. Un tranquilo paseo por el pueblo lleva hasta Os castros, uno de los castros más importantes de Asturias y enclave decisivo de la Edad del Bronce como lugar de paso y de comercio. Y en Mazonovo, muy cerca de la villa, espera uno de los mayores museos de molinos de España: cuenta ni más ni menos que con 19, además de con una rudimentaria central hidráulica. El museo del Telar de Taramundi, el Museo Etnográfico de Os Esquíos, o el centro de artesanía de Bres también nos transportan a ese mundo de oficios y artesanía con tanto arraigo en esta parte de la geografía asturiana.
Los susurros del agua omnipresentes (merece la pena acercarse a ver la cascada de La Salgueira, con un salto de agua de unos 50 metros), el verdor infinito de los bosques asturianos y la piedra que construye las aldeas son la esencia de este enclave donde el ritmo de vida es lento y sosegado. Pocos se marchan de aquí sin llevarse un queso, producto insignia de Taramundi.
Más información: turismoasturias.es
Raul Hernández Balbuena (GETTY images)
La silueta de su castillo, del siglo XIII y estilo gótico-renacentista, domina la panorámica de Yeste. Situado en plena serranía del Segura, dentro del conjunto urbano de este pueblo albaceteño destaca el Ayuntamiento renacentista. Y fuera de la villa merecen una visita las torres fortificadas de origen islámico y uso cristiano durante la Reconquista. El último fin de semana de octubre, todo el pueblo se vuelca en la celebración de su Feria de Tradiciones Populares, con muestras de oficios artesanos, un mercado tradicional y la celebración de una matanza tradicional.
Desde aquí, parten varias rutas de senderismo, cicloturismo y a caballo. Además, a menos de 15 kilómetros espera el pantano de la Fuensanta, donde se practican actividades deportivas como piragüismo, hay zona de baño y pesca. Y, a unos 20 kilómetros, el parque natural de Los Calares del Mundo y de la Sima.
Más información: turismocastillalamancha.es
Miguel Menarguez (GETTY images)