En el salvaje Cuyabeno

La aventura del actor y director Armando del Río por el parque amazónico de Ecuador

El actor y director Armando del Río.

El actor Armando del Río está de doble estreno, con la serie El nudo (Atresmedia Player) y en la película holandesa Penoza, ambas ya en pantalla. Aquí recuerda su viaje a Ecuador, en el que combinó la ciudad con el mar y la selva.

¿Comenzaron por Quito?

Sí, era nuestro campamento base. La cap...

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El actor Armando del Río está de doble estreno, con la serie El nudo (Atresmedia Player) y en la película holandesa Penoza, ambas ya en pantalla. Aquí recuerda su viaje a Ecuador, en el que combinó la ciudad con el mar y la selva.

¿Comenzaron por Quito?

Sí, era nuestro campamento base. La capital ecuatoriana está a 3.000 metros de altura y me dio un poco de soroche (mal de altura); al principio me costaba respirar, pero me aclimaté.

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¿Cuál fue el siguiente destino?

Guayaquil, en la costa. Por la carretera que sale de Quito y llega hasta allí vimos el volcán Chimborazo, con 6.268 metros, la montaña más alta del país.

Imagino que fueron al mar.

Claro, y navegamos hasta una de las islas que hay junto a Guayaquil. Hay varias, por ejemplo, Santay y Matorrillos. Allí desovan las tortugas, así que para observar, de noche, cómo depositan los huevos no hace falta ir a las Galápagos. También vimos ballenas; estuvimos allí en el mes de octubre y algunas estaban apareándose.

Y, por fin, la selva…

El parque amazónico Cuyabeno fue lo más emocionante. Para llegar dejamos el coche y tomamos una canoa. Después caminamos hasta las cabañas de madera donde nos alojábamos, en lo alto de los árboles para evitar mordiscos de serpientes y hormigas.

¿Le picaron?

Me mordió una de las hormigas que viven en un árbol cuya corteza tiene sabor a limón. El árbol es de corteza fina y nos dijeron que no nos apoyásemos, pero yo tuve la mala suerte de tocar uno. Allí estos insectos se comen, precisamente, por su sabor.

¿Comió alguna hormiga?

No, pero sí probamos la piraña a la brasa. No nos gustó: es toda espinas. Había una laguna cerca y al caer la noche se echaba carnaza para que vinieran.

¿Se topó con más animales?

Con varios caimanes. Íbamos con canoas y linternas y, a lo lejos, en la orilla, veías dos puntos rojos que desaparecían dentro del agua: era el reflejo de las linternas en los ojos del caimán.

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