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Las 10 ciudades coloniales más bonitas de América

De Cartagena de Indias a Quito, huellas del pasado español y portugués en América

La localidad mexicana de San Miguel de Allende fue fundada en 1542 por el monje franciscano Fray Juan de San Miguel y es patrimonio mundial de la Unesco desde 2008. La imagen más característica de la localidad es parroquia de San Miguel Arcángel (en la imagen), edificada en 1709 pero con una fachada neogótica de 1890. La iglesia ocupa un lateral de la plaza Principal, un cuadrilátero empedrado, rodeado de viviendas y palacios de estilo colonial y presidida por el jardín Allende, con sus característicos árboles de copas cilíndricas.iStock
El visitante que atraviesa el característico arco amarillo bajo la torre del Reloj (en la imagen) de Cartagena de Indias se ve transportado a una ciudad amurallada que se mantiene, en esencia, como hace cuatro siglos. Lo más característico de la ciudad colombiana son sus plazas: la de los Coches, con sus soportales; la de Fernández Madrid, con su vegetación exuberante, y la de la Aduana, donde una estatua recuerda al madrileño Pedro de Heredia, que fundó la localidad en 1533.Gary C Tognoni/iStock
La historia de Cartagena se escribió a fuerza de saqueos: el entonces puerto español era el blanco preferido de los piratas del Caribe. La huella de estos tiempos puede verse en la muralla que rodea el casco antiguo –puede recorrerse a pie-, en el Castillo San Felipe de Barajas y en el Museo Naval del Caribe, que recrea batallas históricas en defensa del emplazamiento. Tanto la ciudad como el castillo son patrimonio mundial de la Unesco desde 1984.iStock
Los españoles fundaron Santiago de los Caballeros de Guatemala en 1541 y establecieron allí la sede de su administración regional. En 1776 varios terremotos destruyeron la ciudad, por lo que la capital se trasladó a Ciudad de Guatemala. La urbe arrasada se conoció entonces con varios nombres, como “antigua ciudad” y “arruinada Guatemala”, aunque finalmente se optó por Antigua Guatemala. Es patrimonio mundial de la Unesco desde 1979.Sergio J. Pitamitz (Corbis)
El casco histórico de Antigua (Guatemala) muestra preciosas calles empedradas y edificios coloniales mezclados con otros edificios derruidos por los fuertes terremotos. El entorno en que se encuadra la ciudad es otro de sus atractivos: laderas cubiertas de cafetales y gigantescas cumbres volcánicas, que se ven al fondo en la imagen.Hvalur (iStock)
Cuzco -Qosqo, en quechua- fue la capital del Imperio inca y una de las ciudades más importantes del Virreinato del Perú. De ambos hechos enfrentados bebe su historia, que mezcla preciosos edificios de la época de dominio español con impresionantes restos de la civilización precolombina, como los sillares de Sacsayhuaman. Es, además, la puerta de entrada al imponente Machu Picchu, la joya inca.Radius Images/Corbis
La altitud de la ciudad peruana de Cuzco -3.300 metros- produce una sensación extraña en el visitante que acrecienta el hechizo de sus calles. Su belleza refulge en la céntrica plaza de Armas (en la imagen) y en iglesias como las de la Merced o la Compañía. La ciudad es patrimonio mundial desde 1983 y hay quien la llama la Roma de América por la cantidad de monumentos que atesora.Meinzahn (iStock)
La Unesco elaboró su primera lista del patrimonio mundial en 1978, que incluía tesoros como el templo de Abu Mena, en Egipto, y Monte Saint-Michel francés. El organismo cultural de la ONU también escogió la capital ecuatoriana como una de las maravillas del mundo a proteger. Quito fue así la primera ciudad del mundo en obtener ese reconocimiento, compartido con Cracovia (en Polonia).Tibor Bognár (Age)
Construido en la falda del volcán Pichincha, Quito muestra orgulloso su pasado colonial, que se muestra en un centro histórico con calles repletas de iglesias, monasterios, mansiones y todo tipo de monumentos. Destacan la majestuosidad de la plaza de la Independencia –o plaza Grande-, donde se ubican varios palacios y la catedral, así como la belleza sobria de la plaza de San Francisco (en la imagen), presidida por la imponente iglesia del mismo nombre.John Coletti (Getty Images)
La ciudad boliviana de Potosí vivió un pasado esplendoroso durante la época colonial y dio nombre a una moneda, el potosí. La huella de este periodo puede verse en la Casa de la Moneda (en la imagen), que muestra la historia de una tierra de la que se extrajeron toneladas de plata para financiar al Imperio Español. En la actualidad casi todas las minas son improductivas, pero su viejo auge se recuerda todavía en el lenguaje popular con la frase “vale un Potosí”.Juergen Ritterbach (Getty Images)
Potosí (Bolivia) atesora varios récords: se considera la ciudad más alta del mundo (3.900 metros) de más de 100.000 habitantes, y está en las faldas del Cerro Rico, donde durante un siglo y medio se situó la mina de plata más grande del mundo (hasta mediados del XVII). Sus calles ofrecen vestigios únicos de su opulento pasado como la catedral, la iglesia de San Lorenzo, el Arco de Cobija, la Torre de la Compañía o el convento de Santa Teresa.Jane Sweeney (Corbis)
Nos trasladamos a Brasil para descubrir el pasado colonial portugués en Ouro Preto, pequeña ciudad (68.000 habitantes) del Estado de Minas Gerais con una gran herencia arquitectónica del siglo XVIII. Su nombre (en castellano, Oro Negro) procede de las minas de oro que explotó Portugal durante ese siglo. Agotadas las reservas áureas, hoy la ciudad vive del turismo. Es patrimonio mundial desde 1980.Eduardo Andreassi (Getty Images)
Granada es la ciudad más antigua de Nicaragua, ya que fue fundada por el andaluz Francisco Hernández de Córdoba en 1524. Quienes la visitan, ávidos de contemplar sus numerosas muestras de arquitectura colonial y neoclásica, suelen llamarla La Gran Sultana, por su apariencia morisca que la asemeja a la Granada española.Dan Herrick (Getty Images)
El hechizo de Granada (Nicaragua) se encuentra en sus calles empedradas, sus casas de colores y sus iglesias coloniales. No hay que perderse el convento de San Francisco, con su fachada que parece una doble balaustrada colosal, ni su catedral (en la imagen, al fondo) de vistosos colores amarillo, rojo y blanco. Se puede subir al campanario y apreciar una vista maravillosa de la ciudad.Jane Sweeney (Getty Images)
Trinidad es una de las ciudades coloniales mejor conservadas de toda América, lo que le valió ser considerada patrimonio mundial de la Unesco en 1988. Fue fundada en 1514 por Diego Velázquez de Cuéllar en el centro de la isla de Cuba, una zona donde siglos después (en el XIX) prosperaría la industria azucarera. Los terratenientes que se enriquecieron con este cultivo levantaron lujosas mansiones que permanecen intactas, como detenidas en el tiempo.Walter Bibikow (Getty Images)
Lo más interesante de la ciudad cubana de Trinidad es pasear sus calles empedradas, por las que apenas transitan vehículos, y contemplar pausadamente sus viviendas de colores y sus edificios señoriales. Merece la pena alojarse en una casa particular y desayunar un zumo de fruta tropical contemplando la calma de sus plazas. De noche, las escaleras que llevan a la Casa de la Música invitan a sentarse mientras los camareros de distintos bares ofrecen mojitos a los turistas.Frank Lukasseck (Corbis)
Situada en la orilla este del Río de la Plata, la uruguaya Colonia del Sacramento está mucho más cerca de Buenos Aires que de Montevideo, por lo que la influencia argentina se deja notar por sus calles. La ciudad fue fundada en 1680 por el portugués Manuel Lobo, lo que explica que el plano de su casco urbano sea de origen portugués.Serge Kruppa
El barrio histórico de Colonia del Sacramento (Uruguay) muestra calles empedradas, angostas y de piedra, y viviendas y edificios que mezclan los estilos portugués, español y post-colonial. Se recomienda pasear por su muralla del siglo XVIII o recorrer sus avenidas en un automóvil antiguo. Por la noche, en la hora bruja, el empedrado de las calles se ilumina sutilmente con farolas, mientras aparecen grupos de música en vivo y gente bailando entre los coches que permiten se transportado a otra época.Ben Pipe (Getty Images)