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Diez paraísos de piedra

Recorrido por los geoparques españoles, lugares que destacan por su riqueza geológica

La red cuenta desde el mes de marzo con un nuevo miembro en España: el geoparque de Molina de Aragón y el Alto Tajo (Guadalajara), con una superficie de 4.000 metros cuadrados y parajes como la hoz del río Gallo, el bosque fósil de la sierra de Aragoncillo o la sima de Alcorón. El símbolo del parque es el aragonito, una variedad de calcita que cristaliza en forma de prismas hexagonales que se describió por primera vez a partir de ejemplares encontrados en Molina de Aragón. En la imagen, el barranco de la hoz de Molina. / www.geoparquemolina.es
Formados hace 10 millones de años, los perfiles africanos de Cabo de Gata, en la costa almeriense, constituyen uno de los mayores macizos montañosos de origen magmático en Europa. Antiguos flujos de lava, domos volcánicos, calderas y playas fosilizadas pintan un paisaje marcado por los extremos que, pese a su estampa desértica, alberga una variada gama de ecosistemas, con más de mil especies de plantas endémicas y algunas de las playas más bonitas de España. / www.degata.comAlfredo Arias
Sus dominios abarcan desde la mina del Cerro del Hierro hasta los berrocales de El Pedroso y Real de la Jara, pasando por la cueva de los Covachos, las cascadas del río Huéznar, y el yacimiento de medusas fósiles de Peña Escrita por más de 170.000 hectáreas de dehesas de alcornoques, encinas y olivares. / www.juntadeandalucia.es/medioambienteJosé Lucas (Age Fotostock)
Hace 36 millones de años, las comarcas del interior de Cataluña estaban cubiertas por un mar interior que desapareció con el gran plegamiento alpino que dio origen a los Pirineos. Resultado de aquel proceso geológico son las cuevas del Toll y de Salnitre, la montaña de Montserrat (en la foto) y la cuenca potásica catalana. / www.geoparc.cat/esFrancesc Muntada
En las Subbéticas, como se conoce al conjunto de macizos calizos que se extiende al sureste de la provincia de Córdoba, en las lindes con Jaén y Granada, la acción del agua sobre la piedra caliza ha creado un paisaje caótico de agujeros y desplomes, con formaciones kársticas como el lapiaz de los Lanchares, cerca de Cabra, o el cañón del río Bailón y la cueva de los Murciélagos, ambos en las vecindades de Zuheros. Por estos parajes discurre la también ruta de los ammonites, cefalópodos fósiles que dominaron los mares del Jurásico y del Cretácico. En la foto, olivares en Priego de Córdoba. / www.andalucia.org
Los fósiles atrapados desde hace más de 50 millones de años en el hojaldre de areniscas y calizas -flysch- de la costa occidental de Guipúzcoa, un tramo de 13 kilómetros entre Mutriku, Zumaia y Deba, le han valido su inclusión en la red de Geoparques. Como en un libro de piedra, en cada estrato del flysch está escrito un capítulo de 60 millones de años de la historia de la Tierra, desde el Cretácico Superior (hace unos 100 millones de años) al Eoceno (hace 40 millones de años). / www.geoparkea.comDosfotos (Corbis)
Extremadura esconde paisajes inesperados, como los del geoparque Villuercas-Ibores-Jara (Cáceres), que combina los bosques caducifolios con las dehesas de olivos y alcornoques y los campos de jaras. Un paisaje agreste con montañas rematadas por crestas rocosas que surgen de entre los bosques de castaños y rebollos como espinazos de dinosaurios. Bajo tierra, sorprende el mundo kárstico de la cueva de Castañar de Ibor, declarada monumento natural en 1997, con sus agujas y estalactitas excéntricas de calcita, sus formaciones arborescentes y sus delicadas flores de aragonito. / www.geoparquevilluercas.es
La erupción de un volcán submarino en 2011 es el último episodio de una epopeya geológica que comenzó hace 100 millones de años, cuando el fondo del océano se abrió para dar salida al magma que formó la isla de El Hierro, la más pequeña y agreste de Canarias. Por sus 278 kilómetros cuadrados se reparten más de 500 conos volcánicos y cerca de 70 tubos de lava, como la cueva de Don Justo, con más de seis kilómetros de galerías. / http://geoparqueelhierro.esNik Wheeler
Desde las alturas de Gúdar hasta el límite con el Bajo Aragón, el río Guadalope articula un paisaje de montañas, crestas y cañones donde una vez estuvo el mar de Tethys y vivieron monstruos como el Elasmosaurus. Sus huellas, y las de otros dinosaurios del Jurásico y el Cretácico, se pueden seguir por los cerca de 70 yacimientos paleontológicos catalogados en el geoparque del Maestrazgo. / www.geoparquemaestrazgo.comCalle Montes (Corbis)