Detenido por caza furtiva un millonario que odia a los lobos

Karl Hedin, de 69 años, se enfrenta a cuatro años de cárcel por matar a lobos, linces y águilas reales

Un lobo corriendo en un bosque de Suecia.Getty Images

Un rico empresario maderero y cazador avezado de Suecia está acusado de la caza furtiva de lobos, linces y águilas reales en su país, un caso que ha avivado la guerra ancestral entre el hombre y la bestia y el debate entre los límites de la caza y los privilegios de los adinerados. Karl Hedin, de 69 años y propietario del grupo de carpintería AB Karl Hedin, y otras cuatro personas de entre 59 y 28 años que, según la prensa sueca, son sus empleados, son sospechosos de haber matado ilegalmente a nueve predadores protegidos. Los cinco arre...

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Un rico empresario maderero y cazador avezado de Suecia está acusado de la caza furtiva de lobos, linces y águilas reales en su país, un caso que ha avivado la guerra ancestral entre el hombre y la bestia y el debate entre los límites de la caza y los privilegios de los adinerados. Karl Hedin, de 69 años y propietario del grupo de carpintería AB Karl Hedin, y otras cuatro personas de entre 59 y 28 años que, según la prensa sueca, son sus empleados, son sospechosos de haber matado ilegalmente a nueve predadores protegidos. Los cinco arrestados, a los que se les han incautado armas de fuego, se enfrentan a penas de hasta cuatro años de cárcel. Según la prensa local, hay un quinto implicado, pero está en el extranjero.

Los hechos se remontan a entre enero de 2014 y octubre de 2018, según documentos judiciales consultados el viernes por la agencia AFP. Hedin, con un millar de empleados, fue detenido el viernes 30 de octubre tras ser denunciado. Además de haber dado caza a nueve ejemplares, el millonario es sospechoso, junto a sus presuntos cómplices, de haber incinerado dos cadáveres de lobos en el horno de uno de sus aserraderos en Karbenning, en el centro del país. El director de las fábricas no ha respondido a las preguntas de la agencia. La policía técnica y científica acudió al lugar y las cenizas recogidas están siendo analizadas.

El industrial, con una fortuna estimada en 200 millones de euros, niega las acusaciones a través de su abogado, Sven Severin. "Mi cliente niega los delitos que se le acusan y rechaza la afirmación de que es culpable de la caza de alguna manera. Confía en que la investigación lo demuestre", sostiene Severin. El empresario se opone desde hace tiempo a la política sueca de protección de los lobos, e incluso publicó libros sobre el tema. "El lobo toma posesión del territorio de los hombres y esto se tiene que acabar", escribió.

Leif GW Persson, conocido del millonario y autor de novelas policíacas, lo describe como un hombre que "odia a los lobos". "Es un excelente cazador y un buen hombre, pero no comparto sus opiniones sobre los lobos", ha declarado Persson, antiguo compañero de caza del ahora detenido. El asunto ha reavivado un debate en el país sobre la presencia de estos animales cerca de los centros poblados.

El lobo había desaparecido de los bosques en los años setenta del pasado siglo y actualmente hay unos 300 ejemplares, sobre todo en el centro del país, según la Agencia sueca de Protección del Medio Ambiente.

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Para impedir ataques a renos, ganado y perros, las autoridades fijan cada año una cuota de caza preventiva que desde hace una década oscila entre 20 y 40 animales, con una tendencia a la baja pese a que la población aumenta.

La federación de caza sueca estima que el número de lobos debería bajar a 150 y denuncia el abandono de las zonas rurales en contacto con estos animales. "Los lobos no constituyen una amenaza para las vidas humanas sino para el modo de vida de los locales", ha declarado Magnus Rydholm, de la Federación de cazadores.

Las organizaciones de defensa del lobo piden más diálogo entre la población, los políticos y los cazadores. Mats Forslund, experto del WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza) en Suecia, atribuye parte del problema a que las políticas públicas de gestión de la fauna silvestre en Suecia se deciden sin hablar con los interesados.

"El conjunto de las organizaciones de cazadores y de protección de la naturaleza tienen un enfoque más convergente de lo que puede parecer. Estamos en desacuerdo sobre el número de lobos que hay que proteger, pero en general pocas cosas nos separan", dijo el viernes en una entrevista a una página web cinegética. El último accidente mortal con un lobo en estado salvaje en Suecia se remonta a principios de 1800.

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