El misterio

Se puede ser ateo de las divinidades de toda la vida, pero no de la Banca, que se parece a las de toda la vida en la cosa de los sacrificios

Anuncio de hipotecas en el escaparate de un banco de Sevilla.Paco Puentes

La hipoteca es una proveedora de sentido en un mundo absurdo, de ahí que la justicia, tras decidir que los gastos vayan por cuenta del banco, que es como hacerlo sin condón, se haya tirado en marcha horrorizada ante su propio desvarío. Esos 1.000 o 2.000 euros de impuestos son 2.000 euros de sentido. Multiplicados por la cantidad de préstamos que se firman al año arrojan a un significado de proporciones místicas. Dado, en fin, que la Banca es una religión, lo lógico es que sus clientes paguemos el pato. Significa que al Supremo, después de dictar esa sentencia equivocada, se le apareció Dios y...

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La hipoteca es una proveedora de sentido en un mundo absurdo, de ahí que la justicia, tras decidir que los gastos vayan por cuenta del banco, que es como hacerlo sin condón, se haya tirado en marcha horrorizada ante su propio desvarío. Esos 1.000 o 2.000 euros de impuestos son 2.000 euros de sentido. Multiplicados por la cantidad de préstamos que se firman al año arrojan a un significado de proporciones místicas. Dado, en fin, que la Banca es una religión, lo lógico es que sus clientes paguemos el pato. Significa que al Supremo, después de dictar esa sentencia equivocada, se le apareció Dios y le hizo caerse del caballo, como a san Pablo camino de Damasco. Supremo, Supremo, por qué me persigues, dijo una voz atronadora al otro lado del teléfono.

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Se puede ser ateo de las divinidades de toda la vida, pero no de la Banca, que se parece a las de toda la vida en la cosa de los sacrificios. No le ofrecemos doncellas ni adolescentes, pero expulsamos de sus hogares con gran aparato policial a las ancianas que se retrasan en el pago. Y cuando la Banca pasa el cepillo, depositamos en la bandeja 60.000 o 70.000 millones de euros a fondo perdido. Pocas bromas con una religión de este calibre. No debería dimitir por tanto el que paralizó la ejecución de la sentencia, sino los que la dictaron demostrando una falta preocupante de escrúpulos. Vivimos en un mundo sin valores. Algunos se preguntarán, por qué, si la Banca es buena, permite los desahucios. Por nuestro bien. Que seamos incapaces de comprenderlo no implica lo contrario. Escuchen lo que dice el Papa de las enfermedades y las guerras: los designios de Dios son un misterio. Los de la Banca también: de nosotros depende elegir entre el misterio o el absurdo.

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