La esencia de la exclusividad

Christophe Cervasel y Sylvie Ganter, en su atelier de París.lea crespi

Sylvie Ganter y Christophe Cervasel fundaron Atelier Cologne con el propósitode elevar el concepto de colonia a la alta perfumería. Sus fragancias sin género y de fuerte componente cítrico sedujeron a los sibaritas olfativos. Ahora, la firma francesa llega a España de la mano de L’Oréal, su nuevo dueño.

Creamos un tipo de fragancia que no existía”. Así resumen el empresario Christophe Cervasel y la perfumista Sylvie Ganter la historia detrás de Atelier Cologne, la firma de esencias que fundaron en 2009 y que se convirtió en marca de culto para sibaritas. Inventaron una nueva fórmula con la que obtienen su producto estrella: las colognes absolues. Fragancias sin género con un fuerte componente cítrico que consiguen la frescura y elegancia de las colonias y la duración del aroma en piel de los perfumes. La idea surgió durante una cena para dos en un japonés de Manhattan, en 2007. Cerva...

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Creamos un tipo de fragancia que no existía”. Así resumen el empresario Christophe Cervasel y la perfumista Sylvie Ganter la historia detrás de Atelier Cologne, la firma de esencias que fundaron en 2009 y que se convirtió en marca de culto para sibaritas. Inventaron una nueva fórmula con la que obtienen su producto estrella: las colognes absolues. Fragancias sin género con un fuerte componente cítrico que consiguen la frescura y elegancia de las colonias y la duración del aroma en piel de los perfumes. La idea surgió durante una cena para dos en un japonés de Manhattan, en 2007. Cervasel dejaba la empresa de perfumes que él mismo había fundado años atrás. Ganter era la responsable de la delegación estadounidense de la compañía. Llevaban un año trabajando juntos. Él, desde París. Ella, desde Nueva York. “Sylvie me habló de su sueño. Me entusiasmó”, cuenta Cervasel. “De pronto, sin pensarlo, le dije: ‘Te ayudaré, pero tienes que casarte conmigo”. “Por qué no”, respondió ella. Ese fue el principio de una nueva vida.

Triunfaron en Francia, abrieron tiendas en Londres y Nueva York, y comenzaron a vender por Internet en otros países. La guinda la puso L’Oréal cuando compró la empresa en 2016. El grupo lleva años reforzando su cartera con la adquisición de pequeñas marcas exclusivas. Empezó con Kiehl’s en 2000 y luego vinieron otras, como Urban Decay. Una estrategia con la que mejora su cuenta de resultados (26.000 millones de euros en 2017) y que comparten sus competidores. Por ejemplo, Estée Lauder compró Too Faced el año pasado. “Cuando me preguntan cómo hemos vendido a nuestro hijo, respondo que tan solo lo hemos casado”, dice Ganter. “Concebimos Atelier Cologne, lo cuidamos y lo vimos dar sus primeros pasos. Fue maravilloso, pero no teníamos infraestructura para seguir creciendo. L’Oréal era el marido perfecto”.

Velas de Atelier Cologne, uno de sus productos estrella en Francia.lea crespi

No notan que son parte del líder mundial de perfumería y cosmética. “Seguimos creando nosotros los perfumes. Acabamos de lanzar Iris, el primero que hacemos con L’Oréal”, dice ella. “El contrato deja claro que no tenemos obligación de quedarnos y se compromete a respetar la filosofía con la que nació la marca”, precisa él.

Pulverizador de perfume.lea crespi

Cada una de las 33 esencias del catálogo de Atelier Cologne tiene un frasco gemelo en formato de viaje que se puede rellenar. Además de una funda de piel del color que se desee y con el mensaje que el cliente quiera grabar en el cuero. Los precios parten de los 70 euros, el envase de 30 mililitros. También fabrican velas y otros productos de aseo que no han llegado a España, donde hasta ahora solo se podía comprar online. Desde mayo, 20 esencias están disponibles en cuatro centros de El Corte Inglés: tres en Madrid y uno en Barcelona. Es en esta estrategia de expansión donde sí se siente la mano de L‘Oréal. Cervasel y Ganter ya no pueden hablar de cifras, pero recuerdan que en 2016, cuando les compraron, “la facturación era de 14 millones de euros” y ahora “es un doble dígito muy muy alto”. También el número de empleados se ha duplicado en estos dos años (son 200) y están abriendo tiendas en nuevos mercados, como el de Oriente Próximo o el asiático. “Cuando Christophe iba a las presentaciones en Asia o Escandinavia, me llamaba y me decía: ‘Ojalá estuvieras aquí. Es increíble”, recuerda Ganter. “Estamos viendo cómo nuestro sueño se hace realidad por todo el mundo”. 

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