EE UU empieza a cansarse de las pajitas de plástico

La cuna del consumismo inicia la prohibición de los utensilios en restaurantes para reducir la contaminación en los océanos

Personas andando por la calle bebiendo café con hielo en un recipiente de plástico y con una pajita. Otras sorbiendo con una pajita una bebida en un bar. Ambas escenas, ubicuas en EE UU, pueden tener los días contados. La meca del capitalismo y del consumismo vive un avivado debate para prohibir las pajitas de plástico en locales de comida. Seattle se convertirá en julio en la primera gran ciudad que veta el uso de cubiertos y pajitas de plástico en restaurantes para que sean sustituidos por otros de papel o biodegradables. Otras localidades, como Nueva York o Miami Beach, han dado pasos en la...

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Personas andando por la calle bebiendo café con hielo en un recipiente de plástico y con una pajita. Otras sorbiendo con una pajita una bebida en un bar. Ambas escenas, ubicuas en EE UU, pueden tener los días contados. La meca del capitalismo y del consumismo vive un avivado debate para prohibir las pajitas de plástico en locales de comida. Seattle se convertirá en julio en la primera gran ciudad que veta el uso de cubiertos y pajitas de plástico en restaurantes para que sean sustituidos por otros de papel o biodegradables. Otras localidades, como Nueva York o Miami Beach, han dado pasos en la misma dirección. Casi cada semana, una nueva empresa, como la cadena de complejos Sea World o la de comida Bon Appétit, anuncia su propia prohibición. O una nueva celebridad se suma a la causa, cada vez más viral, contra ese material.

El objetivo es reducir la alarmante contaminación en los océanos. Si se mantiene el ritmo actual, podría haber más plástico que peces en 2050. El debate también se percibe en la calle. En el centro de Washington hay un enorme cartel de National Geographic en la fachada de un edificio con un órdago: “¿Planeta o plástico?” Recientemente, llegó a la ciudad una exposición, fruto de un acuerdo entre la Unión Europea y EE UU, sobre la contaminación de plástico. Alertaba, por ejemplo, de que hay unos 5,25 trillones de partículas flotando en el agua, que entran en los cuerpos de animales, acaban en las playas y amenazan nuestra salud.

En EE UU, por ahora, la cruzada contra las pajitas de plástico la encabezan Gobiernos locales y empresas. Queda lejos del ambicioso plan de la UE contra el material. Y hay ausencias notables en el debate actual en la primera potencia mundial. Starbucks, que cada día usa una infinidad de plástico en sus recipientes para café, se resiste a hacer en EE UU lo que acordado en Europa: eliminar las pajitas y cubiertos de plástico. Los accionistas de McDonald’s también rechazaron en mayo vetar las pajitas en EE UU, pero poco después rectificaron y anunciaron un estudio sobre su sustitución por materiales de papel.

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