Opinión

La importancia de tener (y ser) referentes

Dado que la niñez y adolescencia son épocas de gran influencia en el desarrollo de la personalidad, hay que cuidar que el entorno tenga impacto positivo en la construcción del futuro de toda mujer joven

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Cuando tenía 19 años, tuve mi primer trabajo para Naciones Unidas. Empecé como pasante, y luego me convertí en asistente de proyectos, cuando aún era estudiante de tercer año de la Facultad de Derecho. En esa época de mi vida, tuve la maravillosa suerte de trabajar con mujeres que a día de hoy puedo llamar referentes, modelos a seguir del sitio que quería ocupar en el mundo como profesional y más que todo como mujer.

Estas mujeres tenían algo distinto a lo que yo conocía hasta el momento, era como haber encontrado una nueva estirpe, y a mí me maravillaba la idea de aprender de ellas. Cada vez que nos reuníamos a comer, en el mismo sitio de siempre con mesa reservada para cinco, yo detenía el tiempo y simplemente escuchaba. Ponía especial atención a sus historias, de cómo habían logrado hacerse mujeres exitosas, profesionales, trabajando desde diversas áreas por contribuir al bienestar social en el mundo, y empecé a hacerme una hoja de ruta mental, para ir marcando mis pasos en una dirección similar.

A mí estas mujeres me parecían —y me siguen pareciendo— superheroínas, pero realmente no se diferenciaban mucho de mí más que en edad y experiencia: habían luchado contra viento y marea por muchas adversidades en su vida, y estaban consiguiendo llevar a cabo sus aspiraciones, a través de aciertos y errores. Sin fórmulas para el éxito, simplemente aprendiendo a través de la misma vida y haciendo su mejor esfuerzo, llorando y riéndose en el camino. Y lo mejor de todo, compartiendo todo esto conmigo. De verdad que había encontrado oro puro.

Las edades de una mujer en formación, sea su niñez o su adolescencia, son épocas en las que la influencia del entorno tiene una alta afectación en el desarrollo de la personalidad. Por eso, son momentos determinantes donde ese entorno, debe tener un impacto positivo en la construcción y el direccionamiento de la vida de esa mujer. Es por eso que creo que es necesario tener referentes en esta etapa, para que las niñas, las adolescentes y las mujeres jóvenes tengan una o varias personas con la que se sientan identificadas y puedan visualizarse en un futuro, teniendo una imagen clara del lugar que quieren ocupar en el mundo, para que luego no lleguen a conformarse con algo menos. Lo que en aprendí en esos años, fue la visualización de la vida que quería conseguir como mujer y como profesional, y una vez que tenía la idea definida, ya no había nadie que me convenciera que eso no se podría hacer o que yo no lo podría lograr, porque yo lo había visto con mis propios ojos.

Cada vez somos más mujeres trabajando por  un cambio en la sociedad para nuestra integración y ascenso social

Y no me refiero únicamente al ámbito profesional, sino también al personal. La importancia de conocer otras mujeres que puedan ser referentes, de compartir experiencias, de verse reflejada en las historias de la otra, de conocer el significado de la sororidad, forma parte de la de la personalidad de una mujer, que llegará también a ser referente también para las que están por venir (algo así como un ciclo de la vida de empoderamiento femenino). Un ciclo que tiende a reflejar sus resultados en la equidad económica y social, la inclusión de la mujer en todos los ámbitos de participación civil y política, y la reducción de la violencia de género.

Hoy a mis 29 años, dirijo en Costa Rica una iniciativa para el empoderamiento económico de la mujer a través del emprendimiento y la autonomía personal en América Latina llamada She is Foundation al lado de mujeres maravillosas de todas partes del mundo, de las cuales nunca dejo de aprender. Especialmente de Nadia Sánchez, la joven mujer que me inspiró a formar parte de esto, y replicarlo en mi país, una chica que no tuvo miedo en apostar por sus sueños, y que cada vez sigue uniendo a más mujeres bajo el lema de vida de ser imparable. Me llena de orgullo poder decir, que cada vez somos más mujeres trabajando por conseguir el mismo objetivo: un cambio social hacia la integración y ascenso social de la mujer, y el fomento del activismo para que cada vez sean más las que crean en ellas mismas e inspiren a otras a lograr sus sueños.

Hace justo un mes, regresaba del Foro Económico Mundial de la Mujer, en Nueva Delhi (India). donde nos otorgaron un reconocimiento por fomentar iniciativas para un mundo mejor, y justo después de dar mi discurso, se me acercaron unas niñas con uniforme de colegio que estaban escuchando las conferencias inspiradas en mis palabras, diciendo que ellas también querían ser abogadas y algún día estar hablando ahí, como yo. En ese instante, sobrecogida de la emoción, entendí que ahora yo me había convertido en referente para alguien más.

Alejandra Rojas Calderón es abogada y consultora internacional y directora ejecutiva de She Is Foundation.

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