En la atención médica a la infancia se trata de sumar, no de restar

Con el fin de unir a todos los profesionales encargados, nació el año pasado la Asociación de Médicos de Atención Primaria Pediátrica (AMAPED)

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Las aguas bajan revueltas por la atención primaria: trabajo en precario con un exceso de eventuales de larga duración, falta de personal para cubrir suplencias, bajas, vacaciones, formación y cualquier otra ausencia. Consultas masificadas de por sí se convierten en tortura cuando falta la compañera o compañero y no hay quien le supla, citas para más de una semana, urgencias atestadas. Sin olvidar los horarios de tarde que hacen imposible la conciliación familiar. Todo esto lleva a que la atención primaria en los centros de salud no sea atractiva y que las nuevas generaciones no se incorporen y...

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Las aguas bajan revueltas por la atención primaria: trabajo en precario con un exceso de eventuales de larga duración, falta de personal para cubrir suplencias, bajas, vacaciones, formación y cualquier otra ausencia. Consultas masificadas de por sí se convierten en tortura cuando falta la compañera o compañero y no hay quien le supla, citas para más de una semana, urgencias atestadas. Sin olvidar los horarios de tarde que hacen imposible la conciliación familiar. Todo esto lleva a que la atención primaria en los centros de salud no sea atractiva y que las nuevas generaciones no se incorporen y prefieran seguir formándose en los hospitales en espera de tiempos mejores.

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Si esto es general en la atención primaria, en pediatría ya es crítico. No hay pediatras que quieran incorporarse a los centros de salud, mientras que el envejecimiento de los profesionales y las jubilaciones hacen que las vacantes sigan aumentando. Estas plazas, desde hace ya mucho tiempo, vienen siendo ocupadas por profesionales también formados en la atención infantil aunque no pediatras, como son los médicos de familia y los generalistas puericultores, ambos con titulación suficiente para hacerse cargo de las consultas de pediatría, pero maltratados por la Administración.

Eventuales de más de dos años de duración contraviniendo la ley -de dos y de 11 años en el mismo puesto, como es mi caso-, sin poder acceder ni siquiera a la interinidad y no digamos ya a la oferta pública de empleo para cubrir el mismo puesto que mantenemos durante todo este tiempo. Esta situación se lleva enquistando desde hace tiempo y las gerencias no saben cómo hincarle el diente, en parte por la presión de las sociedades de pediatría; en parte también por miedo a la población, que en algunos puntos de España ya han protestado por esta pretendida ausencia de atención.

En Madrid, que es lo que conozco, somos ya el 40% de los profesionales atendiendo a más de 400.000 niños, 280 profesionales no pediatras que llevamos muchos años formándonos y atendiendo consultas y horarios que los pediatras no quieren asumir. Cupos sobrepasados en horario de 2 a 9 de la tarde, así como urgencias nocturnas en los distintos servicios donde no se distinguen si son mayores o menores de 14 años.

Para unir a estos profesionales nació el año pasado la Asociación de Médicos de Atención Primaria Pediátrica (AMAPED), que reúne ya al 50% de los profesionales en esta situación en Madrid y que pretende, a partir de la junta celebrada el sábado pasado:

  • La consolidación de la sociedad en Madrid y su expansión territorial al resto del Estado.
  • Mantener la exigencia de dignidad en el trato por parte de la Administración en las relaciones contractuales con el colectivo al que AMAPED representa, ofreciendo soluciones.
  • Seguir colaborando con los grupos de trabajo de la Mesa de Atención Primaria del Colegio de Médicos de Madrid dando visibilidad a AMAPED y allí donde nuestra voz pueda ser oída, como gerencias y resto de la Administración.
  • Ofrecer a los compañeros pediatras un discurso inclusivo que nos permita ir de la mano en la mejora de la calidad de la asistencia en la atención primaria pediátrica, tal como se ha trabajado en los grupos de la Gerencia de Atención Primaria en 2017.

Se ofrecen soluciones, no enfrentamiento. A todos nos gusta y creemos en la gran calidad que tiene la atención primaria diferenciada para la infancia, podemos aportar una forma de entender la infancia más generalista, más integrada, no aislada como un todo aparte. No nos gustaría, y así lo publique hace poco, que la pediatría diferenciada desapareciera de los centros de salud por la inacción de unos y otro. Estamos en esto porque creemos firmemente en ello y queremos luchar por conseguir una solución. Para eso queremos sumar, no restar.

Queremos hacer ver a la población que sus hijos están siendo muy bien atendidos por médicos de atención primaria, que somos especialistas en atención primaria de pediatría también con formación adecuada y suficiente. Hemos pedido a la Administración que se nos identifique adecuadamente para que todos los padres o madres sepan quién les está atendiendo, que en nuestras puertas ponga “atención primaria pediátrica”, que nuestra tarjeta identificativa también lo declare. Que se nos valore como a cualquier profesional por nuestra labor.

¿Dejarías de ir a la consulta de ese profesional que siempre ha atendido a tus hijos y te gusta si te enteras de que no es pediatra vía MIR, sino médico de familia vía MIR con años de experiencia en pediatría? ¿Prefieres que a tu hijo le siga atendiendo alguien especializado en niños en una consulta aparte de los mayores? Nosotros también, por eso luchamos y queremos que no desaparezca la consulta diferenciada, porque la posibilidad existe y sería un gran retroceso. Todo pasa por la formación, por mejorar a los profesionales que atienden a vuestros hijos, y que como pone en la ley, parte de su tiempo sea dedicado a cursos y estudios. Pero para ello hay que reducir la consulta masificada ya que ahora no da tiempo a nada más.

Todos queremos lo mejor para infancia, y mi empeño desde hace muchos años va en esa línea, mejoremos, sumemos.

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