La librería centenaria y su lector más fiel

nani gutiérrez

EN LOS recuerdos de niñez de Mercedes Rodríguez, Manuel Mateos ya paseaba entre las estanterías de la librería de su familia, Hijos de Santiago Rodríguez, en Burgos. Con el mismo plante impoluto y unos modales exquisitos, aquel hombre hojeaba, como aún acostumbra, alguno de los más de 4.000 títulos que han acabado en su casa. Sobre todo, “novelas históricas y policiacas”. Por entonces, el padre de Mercedes regentaba el negocio, que antes habían llevado su abuelo, bisa­buelo y tatarabuelo. Este último, que le dio nombre, ...

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EN LOS recuerdos de niñez de Mercedes Rodríguez, Manuel Mateos ya paseaba entre las estanterías de la librería de su familia, Hijos de Santiago Rodríguez, en Burgos. Con el mismo plante impoluto y unos modales exquisitos, aquel hombre hojeaba, como aún acostumbra, alguno de los más de 4.000 títulos que han acabado en su casa. Sobre todo, “novelas históricas y policiacas”. Por entonces, el padre de Mercedes regentaba el negocio, que antes habían llevado su abuelo, bisa­buelo y tatarabuelo. Este último, que le dio nombre, viajó del pueblo de Isar a la capital burgalesa en 1850 para fundar con el dinero de una herencia la que se convertiría en la librería más antigua de España y quinta de Europa (el récord: un local en Cracovia de 1610). Mercedes es la primera mujer que la gestiona, con la ayuda, entre otros empleados, de sus hijas Sol y Lucía. Así que, a sus 94 años, Manuel puede presumir de haber conocido a más de media familia. “A los 10 años vine a Burgos desde un pueblo de Salamanca, y recuerdo que usábamos libros de Santiago Rodríguez”, cuenta este antiguo magistrado. Con una vertiente editorial que distribuía incluso internacionalmente y que cerró en los ochenta, la tienda ha vivido numerosas transformaciones a lo largo de su trayectoria. Las principales, un cambio de ubicación en 1962 (ahora se encuentra en la plaza Mayor) y la apertura de una sede en un centro comercial en 2010. “Aunque en épocas hemos notado bajones, en Burgos se lee bastante”, proclama Mercedes, que, pese a tener clientes tan fieles como Manuel, no duda en señalar a sus mejores compradores: “Quienes más leen, con diferencia, son las mujeres”.

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