Las obsesiones de Antonio López

'Rosas de invierno', de 2015.Antonio López

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AL PRINCIPIO FUE solo una intuición, una inefable pulsión creativa. “Cuando hace tantos años comencé a trabajar casi a la vez sobre la pareja y las flores, no me imaginaba que iba a relacionar las dos cosas”, dice Antonio López. “Pero ahora les veo muchísima relación”. Los cuerpos, casi siempre desnudos, y los pétalos: imágenes que remiten a seres de carne y piel, de aromas y texturas. Milagros de la naturaleza que nacen y se reproducen, y que, indefectiblemente, terminan por desaparecer. Por primera...

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AL PRINCIPIO FUE solo una intuición, una inefable pulsión creativa. “Cuando hace tantos años comencé a trabajar casi a la vez sobre la pareja y las flores, no me imaginaba que iba a relacionar las dos cosas”, dice Antonio López. “Pero ahora les veo muchísima relación”. Los cuerpos, casi siempre desnudos, y los pétalos: imágenes que remiten a seres de carne y piel, de aromas y texturas. Milagros de la naturaleza que nacen y se reproducen, y que, indefectiblemente, terminan por desaparecer. Por primera vez en una carrera de seis décadas, el manchego (Tomelloso, 1936), nombre mayúsculo de la contemporaneidad plástica en España, colabora en un libro de artista en el que abunda en estas dos obsesiones. Acompañado de textos de Rafael Argullol, Julio Vaquero y el propio López, así como una cuidadísima selección de imágenes, Cuerpos y flores (Artika) recorre dos temáticas que, en sus semejanzas y diferencias, evocan el inexorable paso del tiempo.

pulsa en la fotoFotografía del estudio del artista, con una obra en ejecución. Muchas veces, el creador vuelve a trabajar en obras anteriores, que deja reposar y recupera.

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