Moda infantil, pequeña potencia mundial

Laura Martínez, encargada de la tienda Bonnet à Pompon de Madrid. La firma de ropa infantil, de estilo bohemio y desenfadado, vende en España, Líbano y Arabia Saudí. Ximena Garrigues y Sergio Moya

LA MODA INFANTIL española ha confirmado su reinado en los armarios de las principales casas reales europeas, en los vestidores más acomodados de Oriente Próximo, Rusia, Estados Unidos, México o incluso del exótico Bután. El éxito de la ropa y el calzado made in Spain se debe a la buena relación calidad-precio de los productos, la originalidad y diversidad de los diseños. El mercado textil de niños facturó en 2016  en España unos 1.224 millones de euros. Un 1,7% más que el año anterior, según la ...

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LA MODA INFANTIL española ha confirmado su reinado en los armarios de las principales casas reales europeas, en los vestidores más acomodados de Oriente Próximo, Rusia, Estados Unidos, México o incluso del exótico Bután. El éxito de la ropa y el calzado made in Spain se debe a la buena relación calidad-precio de los productos, la originalidad y diversidad de los diseños. El mercado textil de niños facturó en 2016  en España unos 1.224 millones de euros. Un 1,7% más que el año anterior, según la Asociación Española de Productos para la Infancia. Mientras que en el ámbito nacional las ventas apenas han subido, en el internacional la cifra se elevó hasta el 2,8%, en parte gracias al auge de la venta online —que ha cuadriplicado su peso en el sector desde 2010— y a la propia publicidad que hacen las pequeñas celebrities. Los nuevos creadores han sabido conjugar patrones, técnicas y tejidos tradicionales con diseños prácticos y modernos que han encandilado a unos padres que suelen tener menos hijos, pero que quieren vestirlos siguiendo las nuevas tendencias.

BONNET À POMPON. La Provenza en Madrid

— Laura Martínez, encargada de la tienda de Bonnet à Pompon en Madrid, cuenta que cuando los niños entran en esta especie de cuarto de juegos, con su casita de muñecas a escala real, la rayuela de tiza pintada en el parqué y el pequeño teatro para titiriteros, los padres se siente “liberados” y “a gusto para ver y elegir los modelos”.

— La firma de moda infantil madrileña concibió un lugar de recreo donde huele a naranja y canela para embriagar a sus pequeños clientes y a sus modernos progenitores, esos que buscan vestir a sus retoños con punto hecho a mano como el que tejían sus abuelas, pero con un estilo más desenfadado y práctico. Estilo bohemian chic, lo definen desde la marca. Estampados propios, colores empolvados (como el rosa suave, el lavanda o el menta) y diseños sofisticados para bebés y niños de hasta 12 años.

— Su fundadora y antigua directora creativa, Alejandra Sánchez-Ramade, quiso darle a la ropa un toque provenzal, cálido, campestre, que le recordara a su niñez en Francia. De ahí viene el nombre, ­Bonnet à Pompon, que en francés quiere decir “gorrito con pompón”. Además de la ropa, la tienda vende complementos, como un collar para bebés realizado con piedras del mar Báltico que asegura “transmitir una energía que evita el dolor de la salida de los primeros dientes”, explica una dependienta.

— Desde 2009, la compañía, que actualmente pertenece a un inversor catarí, se ha ido colando en los primeros puestos de las marcas infantiles más reconocidas dentro y fuera del país. Ahora mismo tienen cuatro tiendas en España y dos en el extranjero (Líbano y Arabia Saudí). Los pequeños que se pasan los viernes por la tienda del barrio de Salamanca se llevan un globo de regalo. “Queremos que se vayan contentos”, reconoce Laura Martínez, la encargada, de 42 años. Y, a ser posible, que regresen de nuevo a este rincón de moda y fantasía para futuros fashionistas.

Texto por María Hervás/

PILAR CARRERA. Así empezó todo

— Una foto de la tricotosa con la que empezó todo cuelga hoy enmarcada en una de las paredes del cuidado showroom de Pili Carrera. La firma de moda infantil que se ha convertido en un auténtico imperio textil tiene su sede en Mos, a menos de un cuarto de hora en coche de Vigo. “La empresa nace de la necesidad”, explica Salomé Carrera, directora general de la compañía e hija de la fundadora. “En casa no había dinero para comprar ropa a un futuro bebé, solo entraba el sueldo de contable de mi padre. Entonces un familiar le prestó una tricotosa a mi madre”, cuenta. La primera en lucir los diseños de Pili Carrera fue ella misma. Cuando era apenas un bebé y la sacaban de paseo, la gente alababa el buen gusto para vestir a la niña con aquella chaquetita, a lo que la progenitora respondía: “¿Quieres una? ¡Que te la hago!”.

— De aquello hace ya 54 años y hoy la marca Pili Carrera se asocia con elegancia, máxima calidad e incluso con la realeza, ya que cuenta entre sus pequeños clientes con los aspirantes al trono de Holanda, de España e incluso del lejano Bután. Los últimos en vestir un pili carrera han sido los nietos de Trump durante la toma de posesión de su abuelo. La firma cuenta con 26 tiendas en España y más de una docena en el extranjero.

— Con 75 años, Pili Carrera, doña Pilar, La Jefa, ha cedido el negocio a su hija, pero su presencia es constante en una fábrica con una media de producción diaria de 1.000 prendas y 110 empleados. La Jefa avanza serena entre las máquinas de coser del taller y conoce el nombre de cada costurera; se detiene para comprobar que una trabajadora está enseñando el oficio de la forma adecuada a una aprendiz. “Aquí hay gente con mucho nivel”, dice satisfecha de su plantilla.

Una fábrica con una media de producción diaria de 1. 000 prendas y 110 empleados.

— Doña Pilar y su hija transmiten al hablar la misma delicadeza que define a sus colecciones, que van desde la talla cero del recién nacido hasta una 16, equivalente a niñas de 12 años. Nunca falta el amarillo, “un color que es marca de la casa”, explica Salomé. “No es solo bonito, es también alegre y pura vida”, añade.

— El día de la sesión de fotos se suma al equipo el hombre que dio el apellido a la marca —doña Pilar consideró en 1963 que Pili Rodríguez no tenía peso y adoptó el Carrera de su marido—. Como no podía ser de otra forma, Bienvenido Carrera luce camisa amarilla. Con 86 años, el esposo de doña Pilar hace gala de un particular humor gallego y resiste estoico más fotos de las que probablemente le hayan hecho nunca a un tiempo. “¿Miro a cámara o miro al valle?”, pregunta divertido.

Texto por Yolanda Monge/

BOBO CHOSES. Armario para padres e hijos

— Adriana Esperalba, directora creativa de Bobo Choses y diseñadora gráfica de formación, todavía se sorprende del entusiasmo global que provoca su marca: “Es probable que la clave esté en que no veníamos del mundo de la moda. Nuestro enfoque es muy visual, y Bobo Choses busca precisamente eso, hacer cosas más allá de la ropa”. La firma se puso en marcha en 2008, en plena crisis. “El mundo de la publicidad no nos gustaba y este era un proyecto que nos apetecía”.

— Hoy, casi una década después, esta marca nicho exporta el 95% de su producción, cuenta con 422 puntos de venta en 36 países y factura 8 millones de euros anuales. Da las cifras su hermano Joaquim Esperalba, CEO y responsable de su expansión internacional. Las ferias han sido una herramienta clave para Bobo Choses, que en los primeros años llegó a crecer un 100% anual y ahora lo hace un 20%. Actualmente —y en este orden—, Suecia, Corea del Sur, Francia, Reino Unido, Japón y Estados Unidos son los países donde más exportan.

— Con una nueva colección cápsula de vocación ecológica, una línea de mujer, algunas incursiones en el textil del hogar y una división de complementos que seduce tanto a grandes como a pequeños, los responsables de la marca aseguran que su proyecto va mucho más allá del público infantil: “Hay gente sin hijos que compra nuestras prendas y objetos. Queremos que el adulto también participe de nuestro mundo”.

Texto por Estel Vilaseca/

PISAMONAS. La rentabilidad de unas ‘pisacacas’

— Como le sucede a infinidad de padres con la llegada de los hijos, los fines de semana dejan de ser días de descanso y se convierten en largas agendas de compromisos y horas dedicadas a la logística familiar. “La idea de salir una tarde de invierno a comprar —y sobre todo probar— zapatos a los peques se convirtió en una pesadilla”. Bajo esa premisa tan sencilla nació Pisamonas, una compañía online especializada en calzado infantil que este año ha experimentado dos importantes hitos: abrir las primeras tiendas físicas en España y dar el gran salto internacional. “Ya estábamos en Portugal, Reino Unido, Francia e Italia, pero ahora hemos apostado por China”, relata la socia fundadora Silvia Orta, de 36 años, en las oficinas de la firma en Madrid.

— Pisamonas nació en 2013, cuando dos matrimonios diseñaron un plan de negocio basado en la pasión que sentían por la moda infantil. Solo esa fijación por los más pequeños puede explicar que una farmacéutica (Orta), una licenciada en Ciencias Ambientales (María Torres, de 38 años) y dos ingenieros aeronáuticos (Enrique Bretos, de 38, y Enrique Saiz, de 39) se reunieran en torno a un proyecto común que en 2016 facturó algo más de siete millones de euros y tiene una previsión para 2017 de más de nueve.

— Sus productos más conocidos son las sandalias bañadas en purpurina o las botas pisacacas con cordones. De ahí viene el nombre, cuando un día Bretos, haciendo números, preguntó a sus socias: “Vamos a ver, entonces ¿cuántas pisamonas de estas habría que vender para ser rentables?”. La marca, con 50 empleados en nómina, apuesta por el producto made in Spain.

Texto por Yolanda Monge/

PEPA & CO. Artesanía española en Londres

— “He logrado traer a Inglaterra un pedacito de la cultura española”, admite orgullosa Pepa González, fundadora de la marca de ropa para niños Pepa & Co. Licenciada en Marketing, esta malagueña de 35 años se trasladó a Londres para trabajar en el sector del turismo. Pero en 2013 dio un giro a su carrera y abrió un taller de ropa infantil en la capital británica. Desde entonces, Pepa & Co ha enviado más de 9.000 pedidos a más de 100 países.

— Sus diseños de bebé, inspirados en los atuendos clásicos que su madre ponía a sus hermanos mayores, han sido un éxito en Reino Unido. González ha conseguido que hasta los hijos de los duques de Cambridge luzcan su ropa. “Los españoles tenemos fama de vestir bien a nuestros niños”, presume. Hoy diseña sus propias colecciones en distintos talleres de España con materiales también elaborados en nuestro país.

Pepa González, fundadora de la marca de ropa para niños Pepa & Co.

— González explica que la valentía de abrir un negocio en el extranjero la llevaba en los genes, ya que sus dos abuelos fueron grandes emprendedores. “Su extraordinaria visión y su don de gentes les hizo prosperar con gran rapidez”.

— La joven empresaria está preocupada por las consecuencias del Brexit. “No sabemos cuáles son los acuerdos comerciales que Reino Unido firmará con otros países de la UE”, explica. “Hemos notado cómo la libra se ha debilitado con respecto al euro, aunque hemos visto también cómo nuestros productos se han vuelto más atractivos para otros mercados”.

— Ella se ha propuesto que su marca sea un referente a nivel mundial. González cree que ofrecer unos precios para todos los bolsillos resulta determinante en su plan de expansión. Y desde luego admite con una sonrisa que tener entre su clientela a los hijos de la realeza no le ha hecho daño.

Texto por Yolanda Monge/

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