Ni un pelo de tonto

Raúl Candales

UN DÍA —nos gustaba decir— la tecnología cambiará el modo en el que afrontamos incluso las labores más insignificantes. Pues bien: ese día ya ha llegado. Y una de esas pequeñas tareas, la de peinarse, ya puede realizarse como habíamos imaginado. De la colaboración a tres bandas entre la marca de cuidados del cabello Kérastase, la compañía de electrónica Withings y la incubadora Connected Beauty, de L’Oréal, ha surgido el Hair Coach, que permite virguerías como escuchar el sonido del cepillado a través de un micrófono para identifi...

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UN DÍA —nos gustaba decir— la tecnología cambiará el modo en el que afrontamos incluso las labores más insignificantes. Pues bien: ese día ya ha llegado. Y una de esas pequeñas tareas, la de peinarse, ya puede realizarse como habíamos imaginado. De la colaboración a tres bandas entre la marca de cuidados del cabello Kérastase, la compañía de electrónica Withings y la incubadora Connected Beauty, de L’Oréal, ha surgido el Hair Coach, que permite virguerías como escuchar el sonido del cepillado a través de un micrófono para identificar los niveles de encrespamiento y rotura o medir la fuerza aplicada al pelo por medio de células de carga triaxiales. El invento, a la venta en otoño por 189 euros, cuenta con unos sensores que envían los datos a una aplicación para móvil, que los desenmaraña para mantener al usuario informado de todas sus noticias capilares.

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