Rajoy, invisible en Europa

La diplomacia española ha llegado a ser una maestra en ponerse de perfil ante Trump

Angela Merkel y Donald Trump en la Cumbre del G-7 celebrada en Taormina (Sicilia).Sean Gallup (Getty Images)

La culpa de la ausencia de España en Europa era de la crisis. Rajoy había estado demasiado ocupado gestionando la herencia recibida y evitando el rescate. Además, se habían recortado brutalmente los presupuestos de Exteriores, Defensa y Cooperación, así que no había margen para actuar.

Luego fue la larga interinidad que siguió a la convocatoria de elecciones en octubre de 2015. Ya estamos listos para volver a Europa, decían en Moncloa, pero con un Ejecutivo en funciones estamos atados de pies y manos. Así que cuando por fin hubo Gobierno, Merkel, Hollande y Renzi invitaron a Rajoy a sen...

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La culpa de la ausencia de España en Europa era de la crisis. Rajoy había estado demasiado ocupado gestionando la herencia recibida y evitando el rescate. Además, se habían recortado brutalmente los presupuestos de Exteriores, Defensa y Cooperación, así que no había margen para actuar.

Luego fue la larga interinidad que siguió a la convocatoria de elecciones en octubre de 2015. Ya estamos listos para volver a Europa, decían en Moncloa, pero con un Ejecutivo en funciones estamos atados de pies y manos. Así que cuando por fin hubo Gobierno, Merkel, Hollande y Renzi invitaron a Rajoy a sentarse a la mesa e, inéditamente, pidieron “más España”. Pero nada.

Las notas de la reunión de los líderes del G-7 celebrada la semana pasada en Taormina, filtradas a la prensa alemana, retratan con detalle la desesperación de Merkel y Macron. En repetidas ocasiones se preguntó a Trump por qué el acuerdo de París sobre el clima era malo para las empresas americanas y por qué destruía empleos en EE UU. En vano. Ni un dato o argumento. Solo clichés y eslóganes.

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La reunión del G-7, sumada a la pésima impresión causada por Trump en la cumbre de la OTAN, donde se negó a reafirmar el compromiso de EE UU con la defensa colectiva, sumada a la penosa visita a Arabia Saudí, han convencido a Merkel y Macron de que la diplomacia europea debe mostrar firmeza ante un Trump que se ha convertido en un factor adicional de inestabilidad para Europa.

Pero la diplomacia española ha llegado a ser una maestra en ponerse de perfil ante Trump. Con todo el planeta protestando indignado por la salida de EE UU del Acuerdo de París, el tímido tuit de Rajoy horas después del anuncio retrata bien la invisibilidad a la que aspira el Gobierno. Solo falta que demos a Trump el gusto de comprarle aviones de combate F-35 o que atendamos sin más a su petición de mandar más tropas a Afganistán. Aunque en Exteriores no se quieran enterar, Europa ya está chocando con Trump. Cuando la confrontación se agudice, España, en lugar de secundar a sus socios europeos, dirá que es mejor “esperar y ver”. Eso sí, luego pedirá solidaridad a la misma Francia y Alemania a las que dará la espalda. @jitorreblanca

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