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Arte en tres dimensiones

Esculturas, cerámicas, tapices... algunos de los tesoros que la Hispanic Society trae hasta el Museo del Prado en la primera gran exposición fuera de Nueva York, sede de esta organización que reúne piezas de arte español desde hace más de un siglo

El torso femenino de la Hispanic Society, menor del tamaño natural y esculpido en mármol de espejuelo, representa a la diosa de la caza, de los animales y de las tierras salvajes, Diana, la Artemisa griega. Aunque aparece incompleta, esta talla guarda estrecha relación con la Artemisa de Versalles tanto en su postura como en su atuendo. Pese a su estado fragmentario, la talla es de buena calidad, muy efectista y refleja la mano de un escultor de talento.Hispanic Society
Objetos de máximo lujo, los cofres y píxides de marfil producidos para la corte de los califas omeyas en Córdoba a finales del siglo X representan la cumbre del arte islámico en la Península Ibérica. A diferencia de los otros ejemplares, esculpidos con follaje, elementos arquitectónicos y figuras, la decoración de la píxide de la Hispanic Society es exclusivamente de ataurique o arabescos. Sus motivos decorativos tienen connotaciones metafóricas como símbolos de fertilidad, prosperidad y erotismo.Hispanic Society
Se llama 'seda del Alhambra' porque su diseño nos recuerda los alicatados del palacio nazarí de Granada. También se conoce a estas sedas como telas a rayas de Granada. Es la única que se ha conservado íntegra con sus bordes y orillos, esta lujosa seda, posiblemente granadina, es un lampazo con fondo en sarga. Por sus dimensiones se hizo en un telar muy ancho y quizá sirviera como colgadura o cortina. Esta seda aparece en la lista manuscrita de tejidos que Raimundo de Madrazo (1841 - 1920) ofreció a Archer M. Huntington en 1912, donde la describe así: "Tejido hispano-morisco del s. XV, extraordinario por su tamaño y su conservación por haber estado siempre plegado en el convento donde lo vió el Barón Davillier". Quedan las muestras del plegado, pero, desafortunadamente, Madrazo no indicó en qué convento había sido visto el tejido.Hispanic Society
Este cáliz, en el que confluyen formas góticas y renacentistas, ilustra claramente la transición del gótico tardío al Renacimiento en el arte religioso cuando ya ese proceso está llegando a su término, puesto que la mayoría de las formas son palpablemente clásicas. La traza del cáliz encaja con la de una serie de piezas de la segunda mitad del siglo XV y comienzos del XVI asociadas a centros de Castilla la Vieja, en un arco que va desde Ávila hasta Burgos pasando por Valladolid.Hispanic Society
‘La Ascensión’ es la tabla central de un pequeño retablo encargado por un donante llamado Vicente Gil para un altar lateral de la iglesia de los Caballeros de San Juan de Jerusalén (iglesia de San Juan del Hospital) de la ciudad de Valencia. La historia de la atribución de esta tabla es larga y enrevesada. Una vez que se estableció quién era el comitente, se asignó la obra a un maestro hasta entonces anónimo al que se dio el nombre de Maestro del Retablo Gil. Ya en 1954 la atribución a Miguel Alcañiz (Valencia, 1408 - 1447) fue defendida por Leandro de Saralegui, más tarde secundado con firmeza por Mathieu Hériard Dubreuil.Hispanic Society
Esta extraordinaria terracota salió de las manos de Luisa Roldán (Sevilla, 1652 - Madrid, 1706), uno de los mayores talentos de la escultura española a finales del siglo XVII, quien, no contenta con ser una de las pocas mujeres artistas de su tiempo, llegó a ostentar la condición de escultora de cámara. Es además una de las cinco piezas suyas que posee la colección, lo que hace que la Hispanic Society sea el museo más rico en muestras de su arte. Luisa orientó su actividad hacia las terracotas de pequeño tamaño. Su éxito fue tal que la artista labró con ellas su reputación, a la vez que creaba algunas de sus obras más admiradas. Una de ellas es este grupo en el que muestra la aparición de la Virgen con el Niño, sostenidos por ángeles, a santa Catalina. Bajo la mirada de la Virgen, san José y un ángel, el Niño Jesús coloca un anillo en el dedo de la joven doncella.Hispanic Society
Esta arcilla micácea negra es parte de los conocidos como búcaros de Indias, que en los siglos XVII y XVIII, se contaban entre las cerámicas más apreciadas y valiosas de las mejores colecciones de la nobleza europea. Estas raras cerámicas se codiciaban no tanto por sus formas exóticas, que en algunos casos eran extravagantes hasta para los gustos barrocos, sino por sus cualidades aromáticas, evaporativas, gastronómicas y medicinales. Como búcaros de Indias se conocía un variopinto grupo de cerámicas bruñidas con engobe rojo, blanco o negro, fabricadas en México, Panamá y Chile entre los siglos XVI y XVIII. Esta escultura forma parte de un conjunto de dos cuencos. Centrado en el fondo de uno de ellos se halla un pececillo esculpido rodeado de anfibios, y en el otro una pava —también llamada pípila—, entre apliques de follaje en la cara interior del cuenco. Los dos recipientes tienen su contrapunto, respectivamente, en un pez (la estatua de la imagen) y una pava esculpidos y con sus pedestales. Como grupo constituyen un extraordinario testimonio de conservación, habiendo permanecido todas las piezas juntas e intactas durante más de 300 años. Consideradas individualmente, son muy raras en todos los aspectos. Entre los búcaros de Tonalá conservados, las piezas más raras son las de loza negra, la mayoría de las cuales está recubierta de un engobe negro bruñido.Hispanic Society
Estas notables figurillas de Quito en el siglo XVIII presentan de forma muy llamativa la enseñanza católica sobre la escatología o el destino del hombre después de la muerte, se entendía entonces que la muerte marcaba la separación del alma y el cuerpo. En la primera figura un esqueleto revela la descomposición del cuerpo, en medio de gusanos que se arrastran por encima de los huesos. El artista ha reproducido los detalles con gran pericia, pintando también las delicadas líneas de sutura del cráneo; y las otras tres figuras representan los posibles resultados para el alma. Estas figuras presentan su mensaje cristiano con claridad, pero en muchos otros aspectos dan lugar a dudas, empezando por el de su autoría. El candidato más verosímil es Manuel Chili (Ecuador, hacia 1723 - Quito, 1796), llamado Caspicara, que era el principal escultor de Quito a finales del siglo XVIII. No hay obras suyas que permitan hacer comparaciones directas, pero estas piezas revelan una exquisita maestría compatible con su estilo.Hispanic Society
Esta bandeja da muestra del deleite con el que los artistas de la Real Fábrica de Cerámica de Alcora contribuían al auge del estilo chinesco, o ‘chinoiserie’, en el siglo XVIII. La fábrica abrió oficialmente sus puertas en 1727 y, tras una primera década, comenzó a decorar un amplio abanico de formas en un estilo que se denominó 'china'. No hay dos obras idénticas en este tipo, si bien algunas figuras y grupos de figuras se repetían en multitud de objetos mediante el uso de estarcidos. Figuras asiáticas, aves exóticas, pagodas, grutescos y otros motivos bebían de un sinfín de fuentes europeas que respondían a la fascinación existente en el continente europeo por todo lo oriental.Hispanic Society