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A guantazos en la pantalla

Un repaso a grandes películas de boxeo a cuenta del estreno de Redención

Franco Zeffirelli hace un 'remake' de la película de 1931 de King Vidor que marcó el paradigma de las historias de boxeo, esto es: un antiguo campeón caído en la desidia que abusa de la bebida y que, para recuperar el amor de su mujer y su hijo, regresa a la disciplina en la que triunfó una vez. Quien se pone los guantes en esta versión es Jon Voight
En la época de la Gran Depresión un boxeador retirado pero, ante todo, padre de familia, se ve incapaz de llevar alimento a casa. Apenas encuentra trabajo como estibador en los muelles y vuelve a pelear. Aunque no fuera el más talentoso, el corajudo personaje que interpreta Russel Crowe, poniéndose en la piel del verdadero James J. Braddock, volverá a tocar la cumbre.
La de Jake la Motta es una de las interpretaciones magistrales de Robert De Niro. Se trata de un tipo iracundo que en su camino hacia el título mundial de peso medio, lastrado por su constante paranoia, se enfrenta a todo y todos. Lograrlo no será un alivio sino el comienzo de la peor pesadilla, que se llevará por delante su matrimonio y le obligará a tratar con la mafia.
En mitad de un partido de fútbol Miguel 'El tarta' le propina un puñetazo a alguien que resulta ser campeón de boxeo. La fama le llega y varias personas tratan de aprovecharse y subirlo a un ring, cosa que acepta, con el sobrenombre del 'tigre de Chamberí', para impresionar a Marisa, la mujer de la que está enamorado.
Danny Flynn (interpretado por Daniel Day Lewis) sale de la cárcel tras cumplir una sentencia de catorce años por su pertenencia a los terroristas del IRA. Con la firme determinación de empezar una nueva vida, reabre en su barrio un gimnasio para entrenar a jóvenes promesas del mundo del boxeo, sin discriminación política o religiosa. Como en la mayor parte de estas historias, el pasado vuelve y será su peor adversario.
La historia de Rubin Carter pasará a la posteridad por muchas razones. Porque Bob Dylan le dedicó una de sus más célebres canciones. Porque fue uno de los escándalos que puso en entredicho la justicia estadounidense y su galopante racismo. Y, en menor medida, por la película en la que Denzel Washington se mete en la piel del púgil al que con 29 nueve años le cargan con tres cadenas perpetuas por un triple asesinato que no cometió.
Clint Eastwood interpreta a un hombre adusto y sin más amigos que Scrap, el personaje de Morgan Freeman, que vive recluido en el gimnasio que regenta, incapaz de desvincularse del todo del boxeo. Por allí aparece Maggie, Hilary Swank, que a base de testarudez consigue que Eastwood deje a un lado sus reticencias a entrenar mujeres. Un drama en el que Clint Eastwood enseñó lo mejor de sí mismo tras la cámara.
Paul Newman se mete en la piel de Rocky Graziano, un joven curtido en reformatorios, acostumbrado a la violencia del East Side neoyorquino, que alcanzó el éxito en un cuadrilátero. Una acertada película biográfica.
Olli Mäki es una película romántica con una trama de boxeo que ocupa parte del metraje, y no al contrario. Esta reciente película finlandesa está basada en una historia real de principios de los 60 y, en ella, más que el diálogo importan los ambientes, las risas, el ruido de guantes y, sobre todo, las miradas.
La conversión de Cassius Clay al Islam y su cambio de nombre por ese con el que pasó a la posteridad, Muhammad Ali, fue un hito que trascendió lo deportivo. Todo en Ali va más allá del boxeo, deporte del que fue dominador salvo cuando se lo impidieron. Es una figura clave del siglo XX. En esta película de Michael Mann Will Smith da vida al mito y va recorriendo momentos clave de su vida, encima y fuera del cuadrilátero.