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Agua para todos, agua sobre ruedas

Los refugiados de Diffa, en el sur de Níger, beben agua gracias a camiones que la llevan hasta donde están

Los habitantes de Diffa tienen un acceso limitado al agua. Y sus animales, también. La mayor parte de la economía se basa en la agricultura y la ganadería, y abundan las etnias nómadas que pastorean miles de animales de un lado a otro del país. Muchas veces estos solo pueden beber en charcas sucias y medio resecas, y a veces los humanos también lo hacen. De hecho, un 17% de los usuarios de los puntos de agua de Diffa han desarrollado prácticas negativas, como el consumo de fuentes de menor calidad. En la imagen, dos niños, sus burros y sus bidones para el transporte junto a una charca en Kindjandji, en Diffa.Lola Hierro
Kindjandji es un pueblo de Diffa que antes de la guerra contaba con apenas mil habitantes. Con un pozo tenían para satisfacer las necesidades de toda la población y también de pastores nómadas que llegaban a menudo con sus animales. Pero la guerra ha multiplicado la población hasta superar las 26.000 personas. Las disputas por el agua costaron la vida a un hombre en 2015 justo en la fuente que se ve en la imagen.Lola Hierro
Retrato de una mujer fulani en Kindjandji. Ellas y los niños son los encargados de recoger el agua de los pozos o fuentes. Cuando Unicef y otras ONG realizaron una obra en el pozo del pueblo para derivar el agua a otros puntos de acceso y lograr una mejor distribución, algunos jóvenes de la zona rompieron la bomba de agua, tomaron el control del pozo y comenzaron a pedir dinero a los vecinos por llenar sus bidones.Lola Hierro
Una buena señal de que no hay escasez de agua suele ser la ausencia de colas y de niños deshidratados. En Kindjanji había agua pero no para todos, por eso Unicef y otras ONG como Acción contra el Hambre, Acted o International Rescue Committee decidieron actuar para mejorar el acceso. En la imagen, el pozo de Kindjandji, a pleno rendimiento. Hoy no hay tantas colas debido a la llegada de transporte adicional.Lola Hierro
El agua llega sobre ruedas, es decir, gracias a camiones. Estos la recogen en otras poblaciones y la transportan por carretera a Kindjandji. Allí se introduce en las llamadas 'bladders' o vejigas, unas bolsas amarillas en las que caben hasta 10.000 litros.Lola Hierro
En Kindjandji disponen de 12 bolsas que se llenan dos veces al día, suministrando un total de 244.000 litros para cubrir las necesidades de más de 16.000 personas, que son las que Unicef incluyó en su proyecto. Otras ONG asisten al resto de la población. De media, a cada beneficiario le corresponden unos 15 litros de agua al día, menos de la cantidad que la Organización Mundial de la Salud considera óptima: entre 50 y 100 litros.Lola Hierro
Dos operarios desconectan el tubo por el que el agua sale del camión y entra en la enorme bolsa. Esta operación se realiza dos veces al día. EN la bolsa hay que introducir antes una solución de cloro para descontaminar del todo, por eso no se puede distribuir durante los primeros 30 minutos.Lola Hierro
Un vecino observa cómo un camión vuelca el agua en una de las bolsas de Kindjandji. Los beneficiarios llevan sus bidones amarillos hasta el punto de agua y los ponen en fila, respetando el orden escrupulosamente. Esa mañana de septiembre, muy calurosa, se contaban 350 recipientes, ni uno más ni uno menos.Lola Hierro
Dos niños esperan sentados a que se pueda empezar a recibir agua en Kindjandji.Lola Hierro
Los operarios del camión desconectan el tubo de la bolsa después de llenarla y recogen los restos de agua en un cubo. Se trata de no desperdiciar nada.Lola Hierro
Jóvenes y adultos aguardan a llenar sus bidones de agua en Kindjandji. Aunque es una tarea tradicionalmente destinada a mujeres y niños, cada vez son más los chicos que ayudan a sus familiares.Lola Hierro
Con los bidones de agua repletos, un par de mujeres carga su carretilla y abandona el lugar. Aseguran que tendrán suficiente para toda la familia.Lola Hierro
Precisamente, la falta de acceso a agua limpia es la causa de muchas enfermedades como la diarrea, principalmente. Unas 840.000 personas mueren cada año en el mundo por la falta de acceso a agua y saneamiento adecuados y por malas prácticas de higiene. En la imagen, una madre da de beber agua limpia a su hijo con desnutrición aguda en una carpa de atención nutricional de Nguel Wanzam, otro asentamiento informal cercano a Kindjandji.Lola Hierro
La solución más sostenible a los problemas de abastecimiento de agua es cavar nuevos pozos, como este del campo de refugiados de Sayam Forage. Pero no siempre es posible. En Kindjandji, el agua de buena calidad está a mucha profundidas y además aún no se han arreglado los problemas con los vecinos, que han vuelto a romper en dos ocasiones el pozo que ya existe.Lola Hierro