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Un Sonorama de récord

Más de 60.000 personas han pasado en la 19ª edición por las calles de Aranda de Duero

Después de los conciertos de Morgan, Bozza, Super Ratones, Bailongo Brothers, Guatiné, Miss Antibiótica, Blutaski DJ, Los Niños Terribles, Man Pop y Óscar Mina el jueves -repartidos entre el escenario Carson Camping, y el Café Central y Le Club en la plaza La Sal- tocaba apertura de puertas. 14.000 personas las cruzaron en esa primera jornada inaugurada por La Frontera, Drow y Niño de Elche.Diego Santamaría
Empezaron entonces las colas para cambiar euros por Sonos -válidos en algunos stands-, guardarse algo de efectivo para comer algo entre concierto y concierto y recargar la pulsera cashless que por primera vez ha usado el Sonorama. Empezaba el primero de los tres días, "intensitos" según algunos, que dura este festival de la Ribera de Duero. Diego Santamaría
El viernes, los asistentes 'repetidores' lograron llegar a tiempo a la plaza del Trigo porque saben que, de frente al escenario, la única sombra posible es la franja izquierda; y este año no había muchas opciones, los accesos se cortaron antes de las 13.00 por la afluencia de público, que se extendió en las perpendiculares y paralelas intentando ver algo entre globos, pistolas de agua, pelucas y sombreros. Mientras, los Love of Lesbian ya estaban disfrazados y listos para salir a rugir una versión de The Cure (y después conseguir un coro perfecto con el 'Ni tú ni nadie' de Alaska y Dinamara).Diego Santamaría
Mientras, en los alrededores, las charangas Los Sobrinos de la Tía Damiana y Los Chones repetían el eco del 'Resistiré' que el Dúo Dinámico había entonado la noche anterior. Fueron 16.000 los que el viernes decidieron llegar a Aranda de Duero, la mayoría ya con entrada de día, y cogiendo con ganas y un intenso calor (38 Cº marcaban los termómetros) lo que estaba por llegar. Diego Santamaría
Sonaron Micky y Los Colosos del Ritmo, The Trunks o Doctora Yeye por la mañana y en unas calles llenas también de padres y abuelos con niños (con y sin cascos), algún turista despistado y otros que no lo estaban tanto después de pasar por las catas. A partir de las 19.00, y después de esperar un poco para lograr subir a uno de los autobuses que llevaran hasta el recinto, el público fue cogiendo posiciones para los cabezas de esa noche: The Hives, Love of Lesbian, León Benavente y Kula Shaker.Diego Santamaría
El sábado, con las zapatillas un poco menos limpias y los brazos con restos de algún dibujo a rotulador, empezaba la penúltima de las jornadas diurnas y la despedida de los escenarios de noche. En las Bodegas Esteban Sanz, justo detrás de la plaza del Trigo, daba la sombra y había cola para comprar Agua de Fantasía, una mezcla dulce de rosado, canela y limón que solo se vende durante el festival y solo en ese lugar. Diego Santamaría
Antes de que la masa se mudara del centro de Aranda hasta el recinto, el escenario Charco en el Parque de la Isla, una de las grandes novedades de este año, acogía a Club del Rio, Quiero Club, Javiera Mena, Masa y Chancha Vía Circuito; una ventana hacia Latinoamérica que se ha convertido en un nuevo rincón y pequeño trampolín para ir "subiendo de escenario", algo que probaron Luis Brea y el Miedo en el Escenario Castilla y León pasadas las 22.00. Poco antes, Mucho había comentado sobre el Ribera de Duero que en los festivales también hay un lugar para la balada, el cuchicheo generalizado fue "llega Mil Razones" y la canción costumbrista de Brea se convirtió en pequeño himno.Diego Santamaría
Para el momento en el que Mando Diao ocupó el Escenario Ribera de Duero, más de 60.000 personas confirmaban el récord de asistencia del Sonorama, que este año ha tenido cinco días (de miércoles a domingo), más de 140 bandas, "y el doble de baños que el año pasado", apuntaba una chica con orejas de Micky Mouse mientras esperaba para pedir en una de las barras, atestadas, que en ningún momento se quedaron sin existencias. Diego Santamaría
Exceptuando la no devolución de lo que el sábado quedara en la pulsera cashless y alguna que otra cola para pedir (sobre todo el sábado), los peros a este festival se reducen a "nada". El Sonorama, veterano y con una legión de fieles que aumenta cada año, se quedaba el domingo con los últimos conciertos y los últimos valientes que alargaron esta decimonovena edición hasta la madrugada del lunes. Ahora, ya está en marcha la edición de 2017, un 20 cumpleaños que se las promete muy felices.Diego Santamaría