Columna

¿Tenemos que dar siempre la nota?

VAMOS A VER, si usted tuviera que quedar con alguien para discutir acerca de asuntos trascendentales, incluso para hablar del tiempo, ¿lo citaría en un lugar como el de la foto? Más que una reunión de políticos, parece un encuentro de dos líderes religiosos, cada uno de ellos prolongado en sus obispos, dispuestos en filas enfrentadas, quizá para darle sentido a la expresión “encuentro bilateral” (si no la habíamos entendido, ahí tenemos su representación). Al principio, nada más abrir el periódico, y como las figuras no se distinguían bien, pensamos que se trataba del rey de Marruecos intentan...

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VAMOS A VER, si usted tuviera que quedar con alguien para discutir acerca de asuntos trascendentales, incluso para hablar del tiempo, ¿lo citaría en un lugar como el de la foto? Más que una reunión de políticos, parece un encuentro de dos líderes religiosos, cada uno de ellos prolongado en sus obispos, dispuestos en filas enfrentadas, quizá para darle sentido a la expresión “encuentro bilateral” (si no la habíamos entendido, ahí tenemos su representación). Al principio, nada más abrir el periódico, y como las figuras no se distinguían bien, pensamos que se trataba del rey de Marruecos intentando impresionar a un ministro de Exteriores sueco. Pero al ajustarnos las gafas y comprender que eran Felipe VI y Obama, no dimos crédito. Comparábamos la funcionalidad del despacho del presidente de EE UU con este espacio tan recargado como poco práctico, y nos preguntábamos de qué íbamos, si de nuevos ricos o de viejos nobles

¿Tenemos que dar siempre la nota? Felipe VI ha estado en el Despacho Oval, sentado junto a Obama, en otro “encuentro bilateral” que parecía el de dos personas de nuestro tiempo. Si el anfitrión necesitaba consultar un dato, tenía a dos metros un ordenador, no sé, es que una reunión de trabajo es una reunión de trabajo. Debe de haber más naftalina en esta estancia que en todos los armarios empotrados del universo mundo. ¿Acaso Felipe VI no dispone de un despacho como Dios manda para recibir a la gente? Queremos suponer que sí. En caso contrario, hagan lo que sea preciso para que se lo monten. No podemos seguir dando estos espectáculos.

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