Anabel Alonso y Dory, compartir voz las unió para siempre
LA RELACIÓN fue, desde el principio, inesperada. Se conocieron en 2003, durante el doblaje de la película animada Buscando a Nemo. Anabel Alonso pensaba que iba a poner voz a un secundario y se encontró con Dory. “¡Era uno de los protagonistas y además no callaba!”. El personaje le gustó. Un pez cirujano azul con pérdidas de memoria que ayudaba a un pez payaso (Malvin) a encontrar a su hijo, Nemo. Se convirtió en la película infantil más taquillera de la historia hasta entonces y “Dory fue la gran sorpresa”, recue...
LA RELACIÓN fue, desde el principio, inesperada. Se conocieron en 2003, durante el doblaje de la película animada Buscando a Nemo. Anabel Alonso pensaba que iba a poner voz a un secundario y se encontró con Dory. “¡Era uno de los protagonistas y además no callaba!”. El personaje le gustó. Un pez cirujano azul con pérdidas de memoria que ayudaba a un pez payaso (Malvin) a encontrar a su hijo, Nemo. Se convirtió en la película infantil más taquillera de la historia hasta entonces y “Dory fue la gran sorpresa”, recuerda. La voz no es lo único que comparten. El pez destila el entusiasmo y la vitalidad de Alonso, que ha aportado parte de su personalidad a la versión española del personaje: “Mi Dory tiene más arranque y locura que la original”, interpretada por la presentadora estadounidense Ellen DeGeneres.
Trece años después, Pixar anunció que el olvidadizo pez recuerda sus orígenes y decide encontrar a su familia en su propia película, Buscando a Dory. Cuando en marzo salió a la luz el tráiler español, la voz de Dory había cambiado y el público hizo saltar las alarmas en las redes sociales: ¡Tenía que ser la de Anabel! “Me sentí sorprendida y halagada. No sé si entraba en los planes de la productora llamarme, pero al final ha sido así”, reconoce la intérprete, que cada tarde se mete en la piel de Benigna, su personaje en la serie de Antena 3 Amar es para siempre. En España, Buscando a Dory se estrenó el 22 de junio y en dos semanas recaudó 10 millones. Pero ¿y si no la hubieran llamado? “Me habría disgustado mucho porque considero que Dory forma parte de mí, y yo de ella”. Al terminar la sesión de fotos, abraza al muñeco de Dory y pregunta: “¿Me lo puedo llevar?”.