Hogar en Vietnam: un paraíso en la montaña
LAS MONTAÑAS de Tam Dao, al norte de Vietnam, sirvieron a finales del siglo pasado de refugio para los gobernantes de la entonces colonia francesa, que se desplazaban allí cuando apretaba el calor en Hanói, la capital. Su nombre significa “tres islas”, en alusión al trío de picos que asoma sobre la niebla cuando esta se apodera de las cumbres. El escritor, periodista y poeta Nguyen Qui Duc eligió este lugar para levantar su hogar y alejarse de la vida urbana. Fue el propio paisaje el que dictó el diseño de la vivienda, un loft ideado como un espacio único abierto a la naturaleza. Para...
LAS MONTAÑAS de Tam Dao, al norte de Vietnam, sirvieron a finales del siglo pasado de refugio para los gobernantes de la entonces colonia francesa, que se desplazaban allí cuando apretaba el calor en Hanói, la capital. Su nombre significa “tres islas”, en alusión al trío de picos que asoma sobre la niebla cuando esta se apodera de las cumbres. El escritor, periodista y poeta Nguyen Qui Duc eligió este lugar para levantar su hogar y alejarse de la vida urbana. Fue el propio paisaje el que dictó el diseño de la vivienda, un loft ideado como un espacio único abierto a la naturaleza. Para erigirlo, Duc buscó el asesoramiento de un arquitecto, pero trabajó sin planos. “Los trabajadores locales saben construir una casa, están familiarizados con el clima. Utilizaron mis ideas y desarrollamos otras nuevas”. Lo importante era asegurar la vista del valle desde cualquier rincón. “Hasta cuando lavo los platos tengo una ventana que me permite ver los árboles y las montañas”.
La decoración es mínima: la austeridad zen impregna el ambiente hasta rayar en lo excesivo. “Admiro el espíritu de los que sufren un poco, de los que aceptan las circunstancias difíciles, eso te ayuda a mantenerte humilde. En Vietnam la gente se está enriqueciendo y quiere comprar cosas nuevas, pero creo que derrochan”. Para abaratar costes se eligieron materiales autóctonos como la piedra y el cristal. Viejas piezas encontradas en los mercados valieron para diseñar muebles y lámparas, así como ramas de árboles para crear estanterías.