Esos peces que están siempre nadando

Los animales que viven en el ambiente pelágico no paran nunca de nadar. La única manera de alcanzar una presa es siendo más rápido que ella

Si cada componente de un grupo de buceadores hace una lista de los peces que encuentra a su paso durante una inmersión, es curioso comprobar que pueden existir diferencias notables entre todas ellas. Seguramente, unos se han centrado más en los peces que se mueven por encima de las rocas, otros en los que están en las oquedades y cavidades del fondo o bien ente las algas. Esto puede ayudar a entender la gran cantidad de microhábitats y ambientes que hay en el lecho marino, sobre todo a poca profundidad, lo cual propicia la presencia de una gran diversidad de peces.

No ocurre lo mismo en...

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Si cada componente de un grupo de buceadores hace una lista de los peces que encuentra a su paso durante una inmersión, es curioso comprobar que pueden existir diferencias notables entre todas ellas. Seguramente, unos se han centrado más en los peces que se mueven por encima de las rocas, otros en los que están en las oquedades y cavidades del fondo o bien ente las algas. Esto puede ayudar a entender la gran cantidad de microhábitats y ambientes que hay en el lecho marino, sobre todo a poca profundidad, lo cual propicia la presencia de una gran diversidad de peces.

No ocurre lo mismo en el ambiente pelágico, es decir, en la columna de agua separada del fondo, puesto que es un medio mucho más uniforme.

Estos animales están nadando durante toda su vida y, para ello, cuentan con una gran masa muscular que actúa sobre la cola y que les permite estar activos durante muchas horas al día

Los peces que viven en el dominio pelágico tienen muchas características comunes, entre ellas una coloración uniforme, azul en el dorso y clara en el vientre, su forma alargada y estrecha que les permite moverse con el menor esfuerzo posible, o que el cuerpo es musculoso y tienen la aleta caudal en forma de media luna o dividida en dos mitades, la más eficaz para impulsar al pez durante la natación. Habitualmente, están siempre nadando, algunos a considerable velocidad y puntualmente necesitan incrementarla, ya sea para cazar o para huir. La única manera de alcanzar una presa es siendo más rápido que ella.

Estos animales están nadando durante toda su vida y, para ello, cuentan con una gran masa muscular que actúa sobre la cola y que les permite estar activos durante muchas horas al día. Hay especies que pueden recorrer grandes distancias. Un buen ejemplo de ello es el atún rojo gigante, Thunnus thynnus, que se desplaza desde el Atlántico Norte, donde pasa el invierno, hasta las aguas de Baleares, Córcega o Sicilia para reproducirse, recorriendo más de 4.000 kilómetros en pocos meses.

En el fondo del mar

Si consideramos ahora las características de los peces bentónicos, es decir de los que viven próximos al fondo o en relación directa con él, vemos que pueden ser muy distintas a las de los pelágicos.

En los primeros cien metros de profundidad de la plataforma continental hay distintos ambientes marinos ligados al tipo de sustrato y a las condiciones oceanográficas que allí están presentes. Entre otros factores inciden el oleaje, la exposición a la luz solar, las corrientes marinas, la naturaleza del sustrato, las cavidades y oquedades de las rocas, las poblaciones de algas.

El número de variables ambientales que condicionan los hábitats del fondo marino es muy alto, por tanto, los peces tienen que sobrevivir en un medio muy diverso. Esto ha condicionado la presencia de especies adaptadas a vivir en cada uno de estos ambientes.

Hay peces que viven entre algas, en pequeñas cavidades, en cuevas, nadando entre las rocas, en los fondos de arena, y así una larga lista. Uno de los puntos con mayor biodiversidad entre los peces es en Raja Ampat, en Papúa-Nueva Guinea, donde se han contabilizado más de 1.500 especies de peces en sus arrecifes coralinos.

Las especies que viven aquí tienen una gran diversidad de formas y colores. Generalmente, son animales lentos y no necesitan recorrer grandes distancias. Un sargo, por ejemplo, vive muy cerca del fondo. Tiene que moverse entre bloques de rocas y piedras, con espacios estrechos entre ellas. Este pez se alimenta de pequeños invertebrados del fondo, por lo que frecuentemente se le ve picoteando entre las algas y en las rocas. Para ello necesita poder efectuar movimientos con mucha precisión los cuales le permitirán acercarse a la presa y capturarla.

A menudo las aletas pectorales adquieren mucha importancia puesto que en muchas ocasiones actúan como remos. Con ellas se ayudan para estabilizarse, para hacer pequeños giros, para avanzar lentamente o incluso para retroceder.

El número de variables ambientales que condicionan los hábitats del fondo marino es muy alto, por tanto, los peces tienen que sobrevivir en un medio muy diverso

En fondos de arena o de sedimento, podemos encontrar, por ejemplo, rayas y lenguados. Su forma aplanada les permite camuflarse mejor. Su supervivencia está relacionada con pasar desapercibidos

Cada especie tiene coloraciones propias que les permiten integrarse mejor en el medio y les ayuda a pasar desapercibidos. En numerosos casos estas coloraciones pueden variar notablemente de un sexo a otro, como es el caso de las viejas, Sparisoma cretense, de Canarias, e incluso pueden ser indicadores del grado de madurez sexual de cada animal. La hembra de esta especie luce unos espectaculares colores rojos y amarillos mientras que los machos son de color gris.

En los peces su forma y su coloración responden a una adecuada integración en el medio, lo que les facilita su supervivencia.

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