Cartas al director

Los esclavos del siglo XXI

La crisis económica ha generado el clima perfecto para la ejecución de prácticas ilegales que se han integrado con normalidad en el mundo laboral: nóminas sin cobrar, horas extras no retribuidas, jornadas perennes, médicos residentes que realizan guardias sin libranza al día siguiente, camareros que no cobran nocturnidad, contratos intermitentes de seis meses, becarios durante años, prácticas no remuneradas, puestos a comisión sin salario fijo, agencias de empleo que perciben cuotas de quienes buscan trabajo, etcétera. Por desgracia, la lista es interminable. Una de las argucias laborales más ...

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La crisis económica ha generado el clima perfecto para la ejecución de prácticas ilegales que se han integrado con normalidad en el mundo laboral: nóminas sin cobrar, horas extras no retribuidas, jornadas perennes, médicos residentes que realizan guardias sin libranza al día siguiente, camareros que no cobran nocturnidad, contratos intermitentes de seis meses, becarios durante años, prácticas no remuneradas, puestos a comisión sin salario fijo, agencias de empleo que perciben cuotas de quienes buscan trabajo, etcétera. Por desgracia, la lista es interminable. Una de las argucias laborales más recurrentes consiste en contratar falsos autónomos. La mayoría acepta por temor a desaprovechar una oportunidad laboral. Vivimos en el país del “todo vale” y lo peor es que ya nada nos sorprende. Lejos quedan las conquistas sociales del siglo XX. Asistimos al nacimiento de una nueva clase social que algunos denominan el “precariado”: trabajadores frustrados profesionalmente que desean acceder a toda costa a un puesto de trabajo y mejorar sus condiciones de vida. En esta campaña electoral se necesitan muchas más propuestas de los líderes políticos para abolir la nueva esclavitud del siglo XXI.— Paula Santolaya del Burgo.

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