La 'macho diet' y otros atentados contra la salud

Un exministro inglés asegura haber perdido 30 kilos comiendo solo manzanas. No es la primera dieta descabellada que funciona

La transformación del exministro Charles FalconerCordon Press

Existe un subgénero de leyendas que se centra solo en lo que comen los personajes públicos. La dieta de manzanas y zanahorias de Steve Jobs, por ejemplo. Los espaguetis en lata que Steven Spielberg se llevó de Estados Unidos al rodaje africano de En busca del arca perdida. La ...

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Existe un subgénero de leyendas que se centra solo en lo que comen los personajes públicos. La dieta de manzanas y zanahorias de Steve Jobs, por ejemplo. Los espaguetis en lata que Steven Spielberg se llevó de Estados Unidos al rodaje africano de En busca del arca perdida. La única comida que hacía Glenn Gould al día. Y a ese universo pertenece desde hace poco el ex ministro de Justicia británico Charles Falconer, que se ha presentado ante los medios pesando solo 69 kilos frente a los 100 que pesaba hace dos años. ¿Su secreto? Fuerza de voluntad, manzanas verdes y Coca-Cola light.

A estas experiencias tan poco recomendables las llaman macho diets, por cómo mezclan osadía, riesgo y por cómo desafían a todo sentido común

“No hay que preocuparse por lo horrible que pueda sonar a nivel nutricional, lo importante es que funcionó”, escriben en The Guardian abrumados por el cambio físico del político, delgadísimo, que ante el revuelo por su nueva figura ha ofrecido las consecuentes declaraciones explicando las razones y cómo ha conseguido desafiar a la gravedad. “Me sentía muy gordo”, le confesó a The Sunday Times, ya que como abogado se sentía obligado a acudir a muchas comidas de trabajo y como ya nos avisaron en su día, comer en compañía engorda y mucho. Falconer continúa: “Pensé: vas a caerte por un precipicio y no va a haber vuelta atrás. Vas a ser gordo para siempre. Sentía que entre 1997 y 2007 era el único de los nuevos ministros laboristas que bebía durante la comida”. Ahora, sin embargo, el letrado asegura que ni desayuna ni come y que para matar el gusanillo “tomo manzanas a lo largo del día y luego tengo una cena normal”. Además, hace ejercicio diario durante 45 minutos cada día y, aunque ha dejado de beber alcohol, café y té, toma litros de Coca-Cola light. “El gran inconveniente es que me he enganchado a la Coca-Cola”, cuenta, “y me debo beber entre ocho y nueve cada día”.

Los nutricionistas aún no se han pronunciado sobre un modo de vida tan radical, pero sí los medios de comunicación de Reino Unido, que incluso se han tomado su tiempo en darle el pertinente nombre a la dieta, macho diet, por cómo mezcla osadía, riesgo y cómo desafía al sentido común. Pero Falconer no ha tenido el extraño honor de ser el primero de la lista de estas macho diets, sino que es el último ejemplo de una pequeña tradición de atentados contra la salud que, por el motivo que fuera, funcionarion cuando se probaron. Evidentemente nadie en su sano juicio ha intentado reproducirlos.

Dieta de cerveza

En 2011, J. Wilson decidió pasar la cuaresma bajo una dieta estricta de cerveza y agua. El objetivo era imitar el antiguo ayuno del clero tras descubrir que los monjes germánicos sobrevivían los cuarenta días sin comida entre el miércoles de ceniza y la Semana Santa ayudados por la popular bebida de cebada. Tras 46 días ingeriendo sin parar cerveza y agua, logró pasar de 72 a 61 kilos. Por supuesto, dejó documentado todo el proceso en su blog personal.

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Dieta 5:2

Michael Mosley se ha convertido en uno de los divulgadores más conocidos del Reino Unido gracias a su programa en la BBC2 Eat, Fast and Live Longer, en el que ha loado los beneficios de la dieta 5:2, el programa nutricional de moda. Consiste en comer lo que se quiera cinco días a la semana y rozar el ayuno el par de días restantes y parece que los resultados le avalan: el periodista perdió más de seis kilos en un mes. Su última aventura contra la báscula da mucho más miedo: Mosley decidió combatir el falso mito de que convivir con una solitaria en el intestino adelgaza infectándose a propósito. Engordó casi un kilo.

Dieta de pizza

En 2011 el blogero gastronómico estadounidense Nick Sherman puso a prueba su paladar y su masa corporal comiendo sólo pizza durante un mes. Llego a perder casi un kilo alimentándose de esta popular receta italiana, aunque confiesa que es probable que hubiera perdido más si hubiese eliminado del menú las bebidas refrescantes.

Dieta de huevos

El publicista y mecenas Charles Saatchi perdió 27 kilos en 10 meses a base de una estricta dieta de nueve huevos diarios, tres en cada una de las comidas, por indicación de su entonces pareja Nigella Lawson; una dieta singular que Margaret Thatcher, la Dama de Hierro y con un estómago ídem, ya había aprobado en su momento y a la que los nutricionistas se oponen con firmeza.

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