Cartas al director

Hemos batido un récord mundial

Este domingo nos hemos levantado con la crónica de EL PAÍS que narraba lo acontecido el día 20 de febrero. En una inolvidable y frenética jornada se realizaban 45 trasplantes de órganos. El relato es un apasionado recorrido por hospitales, teléfonos que no paran de sonar, cientos de personas movilizadas, viajes que son urgentes, momentos de tensión. De la lectura se sacan extraordinarios datos dignos de recordar.

Participan 22 hospitales de 11 comunidades autónomas.

Tres de los corazones trasplantados se realizaron en alerta cero. En cinco casos, cada donante ha salvado la vida d...

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Este domingo nos hemos levantado con la crónica de EL PAÍS que narraba lo acontecido el día 20 de febrero. En una inolvidable y frenética jornada se realizaban 45 trasplantes de órganos. El relato es un apasionado recorrido por hospitales, teléfonos que no paran de sonar, cientos de personas movilizadas, viajes que son urgentes, momentos de tensión. De la lectura se sacan extraordinarios datos dignos de recordar.

Participan 22 hospitales de 11 comunidades autónomas.

Tres de los corazones trasplantados se realizaron en alerta cero. En cinco casos, cada donante ha salvado la vida de cinco personas. La edad media de los 16 donantes fue de 54 años, oscilando entre los 18 y los 75 años. De los 45 pacientes que se sometieron a un trasplante el 20 de febrero, 43 han evolucionado bien o muy bien.

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Enhorabuena por el reportaje. Gracias a los cientos de profesionales, hombres y mujeres, que hacen posible que el milagro de la donación se haga realidad. Felicidades a las personas enfermas que han recibido el órgano vital y la posibilidad de recobrar una vida que se apagaba. Aplausos al Sistema Público de Salud por realizar y garantizar todo este trabajo y permanente agradecimiento a los donantes y a sus familiares que, con su donación en un momento tan delicado, han hecho posible lo que nunca se va a pagar, pero siempre se va a agradecer. Los donantes muestran que la sociedad sigue latiendo con buen pulso.— Javier Balza de Vallejo Arana.

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