Cartas al director

¡Alaya, te necesito!

Eso sí, dicho con todos los respetos que se merece la juez Mercedes Alaya. Y no es para menos. Nos hemos desayunado con un posible fraude de 15 millones de euros en los cursos de formación que impartía, o mejor dicho, debía impartir la patronal madrileña CEIM y, para complicar aún más las cosas, la Consejería de Empleo de la Comunidad de Madrid ha destituido al alto cargo que estaba cooperando con la policía en el caso Aneri, llamado así porque las empresas de José Luis Aneri eran las encargadas de impartir la mayoría de los cursos de formación que gestionaba la CEIM. Nada más conocer...

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Eso sí, dicho con todos los respetos que se merece la juez Mercedes Alaya. Y no es para menos. Nos hemos desayunado con un posible fraude de 15 millones de euros en los cursos de formación que impartía, o mejor dicho, debía impartir la patronal madrileña CEIM y, para complicar aún más las cosas, la Consejería de Empleo de la Comunidad de Madrid ha destituido al alto cargo que estaba cooperando con la policía en el caso Aneri, llamado así porque las empresas de José Luis Aneri eran las encargadas de impartir la mayoría de los cursos de formación que gestionaba la CEIM. Nada más conocer la noticia, me he acordado de la juez de Sevilla y de aquel chascarrillo popularizado por algunas estrellas de los noventa cuando veían su alborotada cabellera frente al espejo, a saber: “Rupert, te necesito”; y es que no quiero pensar que mientras en Andalucía se mira debajo de las alfombras de los sindicatos por hechos similares, aquí en Madrid la manga ancha llegue al extremo de que es la propia Comunidad la que se encarga de tapar las miserias de los que al parecer considera “los suyos”. Lo dicho, ¡Alaya, te necesito! Claro está, si le queda tiempo.— Francisco Javier España Moscoso. 

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