EE UU condena a un guatemalteco responsable de la matanza de Dos Erres

Jorge Sosa cumplirá 10 años de cárcel por ocultar su pasado como kaibil para obtener la ciudadanía estadounidense

Jorge Sosa en una fotografía tomada en Canadá en 2011.AP

Jorge Sosa, un antiguo miembro del ejército de Guatemala, fue condenado este lunes a 10 años de prisión por ocultar su participación en una matanza de civiles durante la guerra civil del país para obtener la nacionalidad estadounidense. Sosa, de 55 años, también ha sido privado de la ciudadanía y se enfrentará a la deportación cuando cumpla su pena. Tanto Guatemala como España reclaman al exmilitar.

De acuerdo con la acusación, Sosa pertenecía a los kaibiles, el cuerpo de élite del Ejército de Guatemala, y fue quien, el 7 de diciembre 1982, supervisó la matanza de alrededor de 200 campe...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Jorge Sosa, un antiguo miembro del ejército de Guatemala, fue condenado este lunes a 10 años de prisión por ocultar su participación en una matanza de civiles durante la guerra civil del país para obtener la nacionalidad estadounidense. Sosa, de 55 años, también ha sido privado de la ciudadanía y se enfrentará a la deportación cuando cumpla su pena. Tanto Guatemala como España reclaman al exmilitar.

De acuerdo con la acusación, Sosa pertenecía a los kaibiles, el cuerpo de élite del Ejército de Guatemala, y fue quien, el 7 de diciembre 1982, supervisó la matanza de alrededor de 200 campesinos –entre ellos, mujeres y niños- que tuvo lugar en Dos Erres, una localidad al norte de Guatemala. La de Dos Erres es una de las masacres más atroces de las que se cometieron en los 36 años de guerra civil en aquél país. Aunque Sosa no ha sido juzgado por crímenes de guerra, su proceso permitió revivieron los horrores de la contienda, obligando a los testigos a rememorar las escenas que se sucedieron ese día.

Aunque Sosa siempre negó haber estado presente en Dos Erres el día de la matanza, varios de los vecinos que asistieron a la matanza lo identificaron como el soldado que ordenó a sus compañeros llevar a los cuerpos de sus víctimas a una fosa y quien, al oír a un gemido entre los cadáveres, remató de un disparo al dueño del grito tirando una granada después para asegurarse de que estaba muerto. Años más tarde, los forenses encontraron 162 esqueletos en ese pozo, 67 de ellos de niños menores de 12 años.

"Estos son los crímenes sobre los que el acusado mintió y que no reveló”, aseguró la fiscal durante la vista. Sosa abandonó Guatemala en 1985 y trató de obtener asilo en EE UU, alegando que en su estaba siendo perseguido por la guerrilla. Al serle denegada su solicitud, viajó a Canadá donde obtuvo la ciudadanía. Tras casarse con una estadounidense, Sosa obtuvo el permiso de residencia y, en 2008, la nacionalidad. Desde 1992, impartía clases de artes marciales en Moreno Valley, a menos de 100 kilómetros de Los Ángeles. Sosa huyó a Canadá una vez que fue acusado de fraude por las autoridades estadounidenses. Allí fue detenido en 2011 y extraditado a EE UU.

“Este caso va más allá de los típicos supuestos de fraude en el proceso de naturalización”, señaló la fiscal. Cuando cumpla su condena, Sosa será extraditado bien a Guatemala o bien a España – el juez Santiago Pedraz solicitó su extradición en 2011- para ser juzgado por crímenes de guerra.

Sosa es el cuarto miembro de los Kaibilies que reside en EE UU y que ha sido acusado por el Centro de Violación de Derechos Humanos y Crímenes de Guerra del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de este país. En septiembre de 2010, Gilberto Jordán, fue condenado a 120 meses de prisión por mentir sobre su pasado militar en Guatemala y su ciudadanía le fue revocada. Ese mismo año, Santos López Alonzo fue detenido por los agentes de inmigración y acusado de entrada ilegal en EE UU tras haber sido deportado. En 2011, Pedro Pimentel Ríos, fue expulsado a Guatemala para ser juzgado por la masacre de Dos Erres. La justicia guatemalteca ya ha sentado en el banquillo a varios de los responsables de la matanza de esa localidad. Los tribunales ya esperan a Sosa.

Sobre la firma

Archivado En