Cartas al director

Curiosidad

Cuando bajábamos a la playa, mi hija me pidió que no olvidara llevar El País Semanal del 22 de septiembre. Quería terminar de leer el artículo sobre Stephen Hawking “porque le parecía muy interesante”. Es la misma niña que meses antes volvió del colegio desconcertada por el comentario que le habían hecho cuando alguien le preguntó qué libro estaba leyendo, al verla tan atenta a la lectura. “¡Pero si ese es un libro para mayores!”, exclamó su interlocutor cuando le contestó que era El diario de Ana Frank. Mi hija no salía de su asombro, le contestó que Ana Frank tenía 12 años ...

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Cuando bajábamos a la playa, mi hija me pidió que no olvidara llevar El País Semanal del 22 de septiembre. Quería terminar de leer el artículo sobre Stephen Hawking “porque le parecía muy interesante”. Es la misma niña que meses antes volvió del colegio desconcertada por el comentario que le habían hecho cuando alguien le preguntó qué libro estaba leyendo, al verla tan atenta a la lectura. “¡Pero si ese es un libro para mayores!”, exclamó su interlocutor cuando le contestó que era El diario de Ana Frank. Mi hija no salía de su asombro, le contestó que Ana Frank tenía 12 años cuando empezó a escribirlo, y quién mejor que otro niño o niña para entenderlo.

Mi hija tan solo tiene 10 años, pero muestra interés y curiosidad por el mundo, lo hace sin perjuicio, de una forma natural y lúdica.

En estos tiempos en los que se cuestiona la calidad de la enseñanza, debemos preguntarnos si las familias estamos motivando a nuestros hijos en aprender fuera de las aulas. La educación también depende de nosotros.

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