Cartas al director

La obra social de los bancos

¿Quién dijo que los bancos no conocían la filantropía y el altruismo? ¿Quién dijo que los bancos no hacían obra social? ¿Es que no se muestran dadivosos y humanos cuando permiten, gratuitamente, que muchos indigentes se acurruquen en sus cajeros automáticos para dormir? Claro que, ahora que lo pienso, a lo mejor es por los desahucios. No me extrañaría que más de uno de los que se han quedado sin casa por culpa de las hipotecas tramposas vayan a cobijarse a los cajeros, y como los bancos seguramente tengan sentimientos de culpabilidad, por eso hacen la vista gorda y los dejan pernoctar en sus s...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

¿Quién dijo que los bancos no conocían la filantropía y el altruismo? ¿Quién dijo que los bancos no hacían obra social? ¿Es que no se muestran dadivosos y humanos cuando permiten, gratuitamente, que muchos indigentes se acurruquen en sus cajeros automáticos para dormir? Claro que, ahora que lo pienso, a lo mejor es por los desahucios. No me extrañaría que más de uno de los que se han quedado sin casa por culpa de las hipotecas tramposas vayan a cobijarse a los cajeros, y como los bancos seguramente tengan sentimientos de culpabilidad, por eso hacen la vista gorda y los dejan pernoctar en sus sucursales.

Como quiera que sea, ¡qué cercanas conviven la riqueza y la pobreza! Por eso la riqueza es doblemente ofensiva a la vista de los pobres. Qué ironía, qué contraste, qué impacto produce ver a un indigente postrado a los pies de un cajero automático. Qué trinchera tan profunda y delgada separa a los paupérrimos de los cajones de dinero. Duermen tan cerca de los fajos de billetes que, seguramente, se conformarían con poder alcanzarlos para usarlos como almohada o como combustible para calentarse los huesos. ¡Es tan duro y tan frío el suelo marmóreo!— Pedro Serrano Martínez.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En