SI YO TE CONTARA ... HISTORIAS DE LOS LECTORES

No me da pena no devolver a mi país lo que se ha gastado en mí

Es una pena que se derroche tanto dinero. Pero mi país no me ofrece algo donde pueda reflejar todo el esfuerzo y dinero invertido durante años

Soy una joven de 25 años. Licenciada y a punto de terminar un Máster en Ciencias Sociales, con dos idiomas. Quiero incorporarme ahora al mercado laboral realizando trabajos vinculados a mis estudios (ya que llevo trabajando más años, si bien con sólo dos meses cotizados por un trabajo de vendedora de zapatos), pero no estoy pensando hacerlo en España.

En su artículo me ha faltado una perspectiva que apenas aparece cuando se habla de la repercusión de la crisis económica en la juventud.

En mi ámbito de movimiento, el de personas universitarias con titulaciones de posgrado y con id...

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Soy una joven de 25 años. Licenciada y a punto de terminar un Máster en Ciencias Sociales, con dos idiomas. Quiero incorporarme ahora al mercado laboral realizando trabajos vinculados a mis estudios (ya que llevo trabajando más años, si bien con sólo dos meses cotizados por un trabajo de vendedora de zapatos), pero no estoy pensando hacerlo en España.

En su artículo me ha faltado una perspectiva que apenas aparece cuando se habla de la repercusión de la crisis económica en la juventud.

En mi ámbito de movimiento, el de personas universitarias con titulaciones de posgrado y con idiomas, muchos y muchas nos planteamos irnos de España. Esto va a suponer una pérdida para este Estado por dos razones principales. La primera de ellas, los estudios sociológicos afirman que son las personas con más talento y con más perspectivas quienes emigran, y por tanto si se va gente va a ser aquella más talentosa. Un país no se puede permitir el lujo de perder talentos, porque si luego quiere recuperarlos seguramente le salga más caro que si se los quedase y les diese unas condiciones dignas y con perspectivas de futuro. Además, muchas de esas personas, y más en un país como España, habrán estudiado en el sistema público, por lo tanto el Estado se habrá hecho cargo de parte de los costes de su educación. En mi caso, y si tenemos en cuenta que en la enseñanza pública el alumnado paga sólo el 15-20% del coste real (desconozco el porcentaje exacto), solamente en mi licenciatura el Estado se ha gastado unos 15.000 euros, más lo que haya supuesto mis estudios de posgrado, también en la Universidad pública. Multipliquemos eso por todos los talentos derrochados, y tendremos un gasto enorme. ¿Significa eso que se deba reducir el acceso a la Universidad? No, significa que se debe invertir en una economía adaptada al perfil de su población (recordemos el conflicto con los recortes en investigación).

Es una pena que se derroche tanto dinero. Y también es una pena que no me de lástima estar dispuesta a no devolver a mi país lo que se ha gastado en mí, porque no me ofrece algo donde pueda reflejar todo el esfuerzo (y también dinero) invertido durante tantos años.

*Este lector ha pedido que su nombre no se publique

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