El valenciano se impone en la consulta organizada por Mazón para elegir la lengua en los colegios

El 70,5% de las familias lo escoge en Castellón, el 57,8% en Valencia y el 34,1% en Alicante, provincia en la que el castellano obtiene el 65,9% de los votos. La participación no llega al 60%

Primer día de clase en el colegio público Vicent Marçà de Castellón, en septiembre.Carme Ripollès

La polémica consulta para elegir la lengua base en los centros educativos de la Comunidad Valenciana organizada por el Gobierno autonómico que preside Carlos Mazón ha tenido como resultado una victoria ajustada del valenciano, que ha sido elegido por el 50,53% de las familias frente a un 49,47% que se han inclinado por el castellano. La participación ha sido del 58,6%.

Las diferencias, como era previsible, han sido muy abultadas entre los distintos territorios. En Castellón, un 70,5% ha votado por el valenciano, y un 29,5% por el castellano. En Valencia, un 57,8% ha escogido el valenciano y un 42,2 % el castellano. Y en Alicante, un 34,1% ha elegido el valenciano y un 65,9% el castellano, según ha informado este martes el consejero de Educación, José Antonio Rovira.

Se trata, de todas formas, de resultados en bruto, que ahora tendrán que aplicarse en cada colegio e instituto, lo que según han denunciado los principales actores de la enseñanza pública será muy complicado.

La votación, enmarcada en la nueva ley lingüística autonómica pactada por el PP y Vox, establece que si en un colegio de primaria de dos líneas hay, por ejemplo, 50 estudiantes en tercero de primaria, si el resultado es de un 74% a favor de una lengua y de un 24% en la otra, el centro debe crear un grupo en castellano y otro en valenciano con 25 niños en cada una, lo que puede provocar que familias que hubieran votado una lengua vieran finalmente a su hijo matriculado en la otra. En los 200 centros que solo tienen una línea (un grupo en cada nivel), la mitad más uno de los votos determinarán la lengua en la que estudia toda la clase.

El consejero Rovira ha considerado la consulta un “éxito”, y ha declarado que con ella “han ganado las dos lenguas” y la capacidad de elección de las familias. El proceso ha sido muy criticado, en cambio, por la principal federación de familias de la escuela pública, la mayoría sindical en dicha red educativa, así como por las asociaciones de directores, la Universidad de Valencia, la Acadèmia Valenciana de la Llengua ―un organismo oficial de la Generalitat― y los partidos de la oposición. Desde el punto de vista educativo, han advertido, la nueva normativa, que prevé que el mínimo que se imparta en valenciano en ciertas zonas de la comunidad autónoma se limite al 10% de las horas lectivas, hará todavía más difícil que ahora que se cumpla el objetivo legal (fijado, entre otras, por la actual ley orgánica de Educación) de que el alumnado termine la etapa de educación obligatoria con un “dominio pleno” de ambas lenguas cooficiales en aquellas comunidades donde existan. Desde una perspectiva práctica, el hecho de que los centros puedan tener niveles en distintas lenguas generará problemas organizativos y pondrá en riesgo el mantenimiento del programa de banco de libros gratuito puesto en marcha por el anterior Ejecutivo autonómico presidido por Ximo Puig; impedirá al profesorado crear grupos equilibrados desde el punto de vista del nivel académico de los chavales, y generará dinámicas de segregación dentro de los propios centros, ya que la población inmigrante elige en mayor proporción que la autóctona el castellano como lengua vehicular.

Trato diferente

Las reglas elaboradas por la Generalitat no tratan igual, por otra parte, a ambas lenguas. En las áreas de la Comunidad Valenciana clasificadas como de predominio lingüístico castellano (según un mapa lingüístico elaborado en los años ochenta), el mínimo de horas que deberán tener los alumnos en valenciano será del 10% y el máximo en castellano, de un 75%. En la zona valencianohablante, en cambio, el máximo que podrá estudiarse en cualquiera de ambas lenguas será del 52,7% durante casi toda la educación obligatoria (entre tercero de primaria y cuarto de la ESO), y el mínimo, un 27,5%.

Ello, al margen de los resultados de la consulta conocidos este jueves, a la vista de cómo están configurados ahora los proyectos lingüísticos de las escuelas e institutos, supondrá una reducción global de las horas impartidas en valenciano. La Universidad de Valencia, en un análisis realizado por siete especialistas de distintas ramas, calificó la normativa de “arbitraria” y “carente de fundamentación pedagógica”.

La presidenta de la Acadèmia Valenciana de la Llengua, Verònica Cantó, ha recordado, por su parte, que el valenciano se encuentra en una “situación de minorización” y que requiere medidas de promoción para que se cumpla el mandato previsto en la Constitución y en el Estatuto de Autonomía valenciano de protegerlo. La nueva normativa, no solo no lo hace, cree Cantó, sino que deja al valenciano en una “situación de inferioridad”.

Sistema actual

El sistema vigente hasta ahora establecía que la lengua del conjunto de un colegio o instituto era elegida por toda la comunidad educativa a través de su consejo escolar (donde, además de las familias están representados el profesorado, el personal de administración y servicios, y el alumnado), que debía definirla con dos tercios de los votos. La regulación establecía que al menos un 25% de las horas debían ser en una de las dos lenguas oficiales, y como mínimo, un 15% en inglés. El máximo, tanto en castellano como en valenciano era, por tanto, del 60%. Y entre dichos porcentajes, cada escuela e instituto decidía.

Después del resultado de las votaciones conocido hoy, cada centro educativo deberá decidir, en aquellos casos en los que vayan a convivir en un mismo nivel líneas en castellano y en valenciano, a qué idioma adscriben a los estudiantes cuyas familias no han votado.

Resultados por ciudades y comarcas

En las tres principales ciudades, como también era de esperar, el apoyo al valenciano ha sido menor que en el conjunto de las provincias de las cuales son capitales. En la ciudad de Valencia, el 63,8% ha elegido el castellano, y el 36,1% el valenciano. En Alicante, el 83% ha votado por el castellano, y el 17% por el valenciano. Y en Castellón, el 61,9% ha elegido el valenciano, y el 38,1% el castellano. Las comarcas donde más se ha votado a favor del valenciano han sido las de L’Alt Maestrat (94,7%) y Els Ports (93,2%), situadas ambas en el norte de Castellón. Las que más apoyo han mostrado hacia el castellano han sido La Vega Baja (95,3%), en el extremo sur de Alicante, y La Plana de Utiel-Requena (93%), en el interior de Valencia.

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