El Gobierno plantea que los alumnos roten para ir a la universidad el curso próximo
El ministerio de Manuel Castells recomienda el uso de mascarillas pero no de guantes en los campus. Se fomentarán las clases al aire libre
El Ministerio de Universidades ha hecho llegar a la comunidad universitaria las recomendaciones de comienzo de curso para una “presencialidad adaptada”, y todos los campus deberán calcular el coeficiente de alumnos por aula, teniendo en cuenta una separación mínima de un metro y medio de distancia y la capacidad real de la sala. Si son demasiados estudiantes, el ministerio aconseja que una parte de ellos siga la clase magistral desde casa –las prácticas y seminarios serían siempre presenciales–, y que a la semana siguiente roten. En un primer momento el Ministerio de Educación decretó dos metr...
El Ministerio de Universidades ha hecho llegar a la comunidad universitaria las recomendaciones de comienzo de curso para una “presencialidad adaptada”, y todos los campus deberán calcular el coeficiente de alumnos por aula, teniendo en cuenta una separación mínima de un metro y medio de distancia y la capacidad real de la sala. Si son demasiados estudiantes, el ministerio aconseja que una parte de ellos siga la clase magistral desde casa –las prácticas y seminarios serían siempre presenciales–, y que a la semana siguiente roten. En un primer momento el Ministerio de Educación decretó dos metros de distancia interpersonal en las escuelas, pero este miércoles rebajó a metro y medio la separación y esta es la cifra que aparece en las instrucciones.
El ministerio no se plantea que los profesores impartan dos veces la misma clase para que asistan in situ todos los alumnos, porque ello supondría “una sobrecarga” de carga lectiva para los docentes.
Las autoridades recomiendan limitar el uso del transporte público, por lo que los campus van a habilitar más aparcamientos de bicicletas para fomentar su uso, así como la llegada a pie. Muchos centros han puesto en marcha servicios de atención psicológica a su comunidad universitaria durante la pandemia, y el ministro Manuel Castells propone que el proyecto sea más ambicioso. Llegar a “todo el personal del centro educativo que haya podido estar expuesto al virus o pueda infectarse en un futuro, así como la promoción de estrategias de autocuidado”.
Hace 15 días Castells se reunió con los sindicatos (CC OO, CSIF y UGT), los rectores y los estudiantes para concretar estas instrucciones y tomó nota de sus opiniones. Los presentes en dicha reunión creían que el ministro debatiría con ellos el texto, pero este jueves han recibido un correo con un documento de 24 páginas ya cerrado. Los estudiantes, a través de su coordinadora CREUP, habían pedido sin éxito que las clases presenciales se centrasen en los alumnos de primeros cursos, los más proclives a abandonar la carrera. Las instrucciones no son de obligado cumplimiento, sino orientativas, porque prevalece la autonomía universitaria siempre que se respeten las medidas higiénicas básicas decretadas por el Ministerio de Sanidad.
Este escenario que plantea el Ministerio de Universidades es el más favorable para el principio de curso, pero ante un posible rebrote las universidades deben de formar a sus docentes y tener un plan de contingencia para mudar toda la docencia a remoto. “Hay que tener un plan a, el presencial que es el que nos gustaría, y el b por el rebrote. No nos gustaría que nos pillase como este año de un día a otro metidos en nuestras casas sin muchas opciones de nada”, opina Encina González, secretaria de Universidad e Investigación de Comisiones Obreras. El proyecto de cada institución debe incluir un ambicioso plan de tutorías para que los estudiantes, en especial los de primer curso, no estén perdidos.
Durante las estancias en los campus, se recomienda que se utilice la mascarilla, salvo cuando se pueda garantizar la distancia de 1,5 metros, pero no el uso de guantes. Además, entre las medidas de higiene, se contempla que las aulas se ventilarán después de cada lección durante cinco minutos, pero se fomentará, como el caso de las escuelas, que se impartan clases al aire libre, donde el riesgo de contagio del coronavirus baja.
Y, como en la próxima selectividad, se advierte que los estudiantes no deben compartir los materiales o, de hacerlo, deben de desinfectarse tras su uso. A ser posible, las reuniones de los profesores serán telemáticas, y las gestiones administrativas de secretaría se realizarán de forma remota. A la puerta de las aulas habrá dispensadores de desinfectante –será obligatorio rociarse las manos a la entrada y a la salida–, se evitará el uso de ascensores y montacargas y las visitas de personas de fuera serán muy limitadas. Ello entorpece en gran medida la celebración de congresos presenciales.
“Para las prácticas, si tenemos que mantener las distancias, vamos a necesitar más profesorado. Y lo mismo en la teoría. Es bonito decir que hacemos una docencia mixta, pero desde luego en CC OO creemos que en la Universidad se forman ciudadanos, aporta mucho más valor que el conocimiento”, prosigue González. Los sindicatos piden que los contratos de interinos se amplíen hasta julio de 2021 para que dé tiempo a convocar las oposiciones a las plazas".
Las instrucciones aluden a la “formación para el profesorado en la enseñanza online, tanto en los aspectos técnicos como metodológicos”, una petición expresa de los sindicatos. Los alumnos han denunciado en estos meses de confinamiento que una parte de los profesores se ha limitado a colgar en la nube PDF sin interactuar con sus alumnos.
El ministerio de Manuel Castells recuerda que los campus deben mejorar sus equipaciones técnicas, que se ponen ahora a prueba cuando coinciden a la misma hora centenas de alumnos que se examinan. “Se necesita una inversión económica en tecnologías, tras la experiencia de sopetón ya sabemos que necesitamos nuevas plataformas, tecnologías de información actualizadas, equipos para profesores, alumnos y personal de administración...”, reclama Ramón Caballero Klink, secretario de Universidades de CSIF.
Las universidades, como denunció el presidente de los rectores José Carlos Gómez Villamandos la semana pasada en el Congreso, están al borde de la ruina por lo que difícilmente pueden hacer frente a las mejoras técnicas y de higiene sin ingresos extra. Castells lo reconoce en el texto y pide a las “Administraciones competentes” (los Ejecutivos autonómicos) que inviertan en Universidad parte de la partida presupuestaria extra de 16.000 millones de euros para atender a las necesidades sobrevenidas por la pandemia. El Gobierno ha exigido a las autonomías que el 70% de los fondos se destinen a educación y sanidad.
La Universidad de Navarra, privada, ha elaborado un informe basado en una encuesta a 2.113 profesores y estudiantes para “conocer la experiencia de estos meses de pandemia, escuchar las opiniones de los principales afectados e identificar áreas de mejora”. Y sus resultados son determinantes, pese a ser un campus pequeño y con medios económicos, los profesores mostraron su necesidad de recibir formación didáctica para enseñanza online y técnica para sacar mayor rendimiento a las plataformas tecnológicas. Por ese motivo recibirán un curso de tres semanas.
El sindicato CSIF pidió pruebas PCR para todas las plantillas, pero esta medida no la contempla el ministerio ni las universidades por su coste y complejidad. En IE University, privada y con apenas 7.000 alumnos, sí pueden permitírselo. El IE, que fue la primera universidad española que informó de un contagio en su centro, someterá a tests serológicos o PCR a todos los alumnos y profesionales que regresen al campus a principios de julio. Además, proporcionará mascarillas, gel y termómetros. En las instrucciones de Castells, por contra, solo se alude a equipos de protección individual (EPI) para las plantillas. En los accesos al campus de este centro privado habrá cámaras térmicas para medir la temperatura y ha desarrollado una app para monitorizar el estado de salud a diario de alumnos y profesores.
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