Luis Fernández (Minsait): “Mi gran vicio es la NBA, me encanta el baloncesto”
El responsable de la consultora tecnológica de Indra es un enamorado de Burgos, la ciudad en la que creció
Luis Fernández (Madrid, 1973) es el director general de Minsait, la unidad de negocio de consultoría para transformación digital de Indra. Aunque este licenciado en Económicas y Empresariales acumula más de dos décadas de experiencia en proyectos relacionados con la modernización y la digitalización, su tiempo libre es de lo más analógico: familia, amigos, senderismo y cocinar en horno de leña.
Pregunta. ¿De dónde se considera usted?
Respuesta. Nací en Madrid en 1973, aunque desde muy pequeño me mudé a Burgos, donde pasé toda mi infancia y juventud. Más tarde regresé a Madrid para cursar la carrera universitaria. Me siento muy vinculado a Burgos y, en cuanto puedo, me escapo allí. Casi todos los meses paso al menos un fin de semana en Burgos.
P. ¿Y qué hace cuando está allí?
R. Siempre realizo actividades muy parecidas: suelo ir a la sierra de la Demanda, donde tenemos una casa; visito la catedral, el Monasterio de las Huelgas y la Cartuja de Miraflores. Son planes que me gustan mucho y que no me importa repetir todas las veces que puedo.
P. ¿Es posible desconectar fuera del trabajo?
R. Sí, vivo en la sierra de Madrid, en Soto del Real, y ya solo con llegar allí el viernes por la tarde ya me cambia el ambiente. Me encanta hacer senderismo y montañismo (no profesional, claro), y también juego al pádel. Para mí, más que la actividad, lo importante es la compañía: mi familia, mis amigos y mis hijos.
P. ¿Cómo sería un fin de semana típico para usted?
R. Los viernes juego al pádel por la tarde con amigos y después viene lo mejor, que es compartir un rato con ellos, tomar unas cervezas, esas cosas. Los sábados suelo viajar por España, especialmente al norte, no solo a Burgos. También dedico gran parte del día a los partidos de baloncesto de mis hijos. Yo jugué a baloncesto muchos años y mis hijos de pequeños jugaron. Mi hija Marta, que vive en Owensboro (Kentucky )en Estados Unidos y juega al baloncesto allí, mi hijo Luis está jugando aquí en tercera y mi hijo Javier también, en preferente, o sea que voy a verles a esos partidos los fines de semana. Y los domingos hacemos planes en casa. Me gusta mucho cocinar, ¡aunque hago cuatro cosas! Especialmente cordero asado en un horno zamorano que tengo. A veces preparo cocido, sobre todo cuando llega el frío, a partir de noviembre.
P. ¿Algún vicio culpable, del que no se suela comentar en las entrevistas?
R. Sí, la NBA, como ya te he dicho, me apasiona el baloncesto. Me encanta ver partidos, tanto en diferido como en directo, aunque a veces tenga que levantarme de madrugada para ver una final y apurar horas de sueño.
P. ¿Cines, series?
R. En cine, no tengo un género específico y realmente lo que más me gusta es ir a ver lo que quieran mis hijos.
P. ¿Y en cuanto a la lectura?
R. No tengo mucho tiempo para leer, pero me apasiona la historia, especialmente la Edad Media y la historia económica de Burgos en los siglos XV y XVI. Leo sobre todo en vacaciones, porque entre familia y ocio activo, apenas queda tiempo. Aunque el último libro que me leí fue Libro de Pecados, de Esteban González Pons (Espasa, 2025) y he decir que me gustó mucho.
P. ¿Tiene alguna ciudad favorita en España, aparte de Burgos?
R. Santander y su bahía. Me encanta, desde Somo hasta Pedreña. Allí tienes montaña, playa y buena gastronomía. También disfruto mucho de San Sebastián y Pamplona.
P. ¿Hay alguna actividad de ocio que esté sobrevalorada?
R. No creo que haya actividades sobrevaloradas. Para mí lo fundamental es pasar tiempo con las personas con las que quiero estar; me da igual si es comiendo un cordero, viendo baloncesto o caminando por la montaña.
P. ¿Aficionado al gimnasio?
R. Sí, bueno, voy dos veces por semana por salud, no porque lo considere un hobby. Lo que realmente me llena es compartir tiempo con gente, no estar una hora yo solo empujando pesas. Sí que me gusta mucho hacer rutas en bicicleta, especialmente si es en pareja. Ya que te tiras el día fuera, pues mejor hacerlo con la persona con la que quiero estar.
P. ¿El éxito profesional ha cambiado sus aficiones?
R. No mucho. Me gusta la vida sencilla: familia, baloncesto, montaña, viajes cortos por España o Europa y cocinar en casa. A mí me gusta la sencillez, ¿que tú quieres ser mi amigo? Pues te vienes a tomar un cordero a mi casa, pero no me voy a ir contigo a las Seychelles. El ascenso no me ha supuesto, digamos, adquirir vicios de ricos, sino tranquilidad en los que ya tenías de siempre. Mi padre me dijo que la mochila hay que llevarla ligera para ser libre. Y si eres libre… esa es una de las herramientas fundamentales para ser feliz: la libertad.
P. ¿Cómo compagina la vida laboral con la familiar?
R. Cuando los niños eran más pequeños había que organizarse más y contar con apoyo externo, aunque también es verdad que he tenido la suerte de tener mucha autonomía en la agenda en el pasado porque llevaba un negocio con un alto nivel de conocimiento. Ahora, que tengo más “responsabilidad social”, por llamarlo de alguna manera, mis hijos con 21, 18 y 14 años, son muy autónomos. Además, durante la pandemia estuve muy presente en su crecimiento y pude implicarme a gusto.
P. ¿Alguna ruta de montaña para recomendar?
R. Por el puerto de Canencia, entre pinos y setas. Antes, en cuanto llegaba el viernes, me iba directamente del trabajo a caminar. También la de la Barranca en Navacerrada, más empinada pero preciosa, la subida a la Fuente del Rey en Miraflores o Peñalara, para rutas de entre tres y cuatro horas, lo que duren, pero siempre necesito subir a la montaña.
P. ¿Y escapadas largas?
R. Sí, unas tres o cuatro escapadas al año a ciudades europeas y varias a ciudades españolas, a quedarnos en Paradores... pero durante el año, prefiero fines de semana tranquilos en familia.
P. ¿Seguro que ser director general no le ha cambiado?
R. No, porque para mí lo más importante de mi tiempo libre es la compañía. Mi ocio gira en torno a mi familia, amigos y actividades que puedo disfrutar con ellos. ¿Qué ahora me reconocen más en el trabajo? pues tengo mejor coche, fenomenal. Cuando deje de ganar dinero, pues cambiaré de coche, ningún problema. Pero vamos, el horno zamorano ya lo tengo hecho y el horno no se va a estropear.
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