Abhijit Banerjee, Nobel de Economía: “Una parte importante del malestar se debe a que tu vida ha perdido sentido”

Experto en temas de pobreza, el economista indio recuerda que dentro de los colectivos con menos ingresos hay cuestiones que no se resuelven solo con la mera transferencia de dinero por parte del Estado

El Nobel de economía Abhijit Banerjee posa el pasado 11 de marzo en la sede del Ministerio de Inclusión en Madrid.INMA FLORES

El experimento se desarrolla en Kenia y en él participan dos grupos de personas pobres elegidas de manera aleatoria. Las del grupo A van a recibir un pago fijo cada mes durante 12 años. Las del B, el mismo salario mensual pero solo durante 2 años. ¿Cuál de los dos grupos será más propenso a invertir? Abhijit Banerjee (Bombay, India, 63 años),...

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El experimento se desarrolla en Kenia y en él participan dos grupos de personas pobres elegidas de manera aleatoria. Las del grupo A van a recibir un pago fijo cada mes durante 12 años. Las del B, el mismo salario mensual pero solo durante 2 años. ¿Cuál de los dos grupos será más propenso a invertir? Abhijit Banerjee (Bombay, India, 63 años), uno de los responsables del experimento, esperaba encontrar a más inversores entre los del grupo B. Su razonamiento seguía la siguiente lógica: en el grupo B, donde los pagos se terminan a los dos años, la urgencia por desarrollar un emprendimiento que permita mantener el nivel de bienestar debe ser mayor que en el A, donde los doce años de pagos otorgan cierta tranquilidad al receptor.

Como el lector tal vez haya imaginado ya, el resultado fue justo el contrario. “Nos sorprendió encontrar que las personas cuyas mensualidades duraban más años eran también las que más invertían”, dijo Banerjee en una entrevista con EL PAÍS durante una reciente visita a Madrid para hablar sobre la pobreza en la Fundación Ramón Areces. La tranquilidad era la variable clave, sí, pero no porque provocara inacción sino todo lo contrario: la garantía de que los pagos seguirían llegando durante doce años funcionaba como la red de seguridad que permitía la aventura empresarial.

Tras más de veinte años dedicado al tema, Banerjee no es ningún recién llegado. En 2019 recibió el Premio Nobel de Economía junto a su esposa, Esther Duflo, y al académico que inspiró a los dos, Michael Kremer, por sus investigaciones en torno a la pobreza siguiendo el método que la industria farmacéutica emplea para el desarrollo de medicamentos: pruebas controladas aleatorizadas (también llamadas RCT, por sus siglas en inglés) en las que hay un grupo de tratamiento y otro grupo de control (o sin tratamiento) para comparar las mediciones.

En el experimento de Kenia observaron el comportamiento de más de 22.000 personas en 195 aldeas que recibieron un sueldo (grupo de tratamiento) y el de otras 11.000 personas que no recibieron nada (grupo de control). De acuerdo con The Economist, “el resultado más impactante fue ver cómo los que recibían la mensualidad abandonaban sus trabajos como asalariados en granjas para abrir negocios”. En el grupo de doce años el número de empresas no relacionadas con la agricultura fue un 25% mayor y sus beneficios casi se multiplicaron por dos. “Los receptores comieron más proteínas y demostraron menores tasas de depresión; la tierra subió de precio pero no los bienes de consumo, aparentemente”, detalló el semanario británico.

En vez de volverse vagos o de lanzarse a consumir de forma disparatada, se comportaron de forma similar a la esperable en personas de clase media: invirtieron en salud y prefirieron tener una red de contención (la familia, en la clase media) antes de lanzarse a la aventura empresarial. “En muchos, muchos, muchos, estudios hemos encontrado lo mismo, que cuando estas personas pueden acceder al dinero destinan una gran parte a hacer las cosas que consideramos correctas, como invertir en educación o en nutrición”, explicó Banerjee. “Lo que hace que tengan conductas autodestructivas es precisamente no tener dinero, cuando sí lo tienen, se vuelven más optimistas y con mayor voluntad de hacer las cosas que son buenas en el largo plazo”.

Prejuicios

Tal vez lo más sorprendente no sea que las personas pobres se rigen por criterios similares a los del resto, sino que haya sido necesario demostrarlo con experimentos. Lo que el economista francés Michel Husson consideró una estigmatización de los pobres inherente al capitalismo es, según Banerjee, un prejuicio extendido y de larga tradición. “El cristianismo no es la única religión con la idea de que solo si trabajas cosecharás los frutos, en la que está implícito que si no tienes los frutos es porque eres vago o estás haciendo algo mal”.

Además de derrumbar prejuicios sobre los pobres de países en vías de desarrollo, los RCT también les han servido para encuadrar mejor el problema de muchos pobres en naciones ricas cuyo malestar viene de haber perdido el lugar que ocupaban en la clase media. Como dice Banerjee, “no es que en este grupo no sean importantes las transferencias de dinero, sino que las medidas no pueden limitarse a eso”. “Para una persona desesperadamente pobre, conseguir algo de comer es muy relevante, pero cuando no se es tan pobre, hay otras cosas importantes que no se resuelven solo con una transferencia de dinero porque una parte importante del malestar es que tu vida ha perdido sentido”.

En su opinión, diseñar medidas económicas específicas para esa población que ha perdido parte de su identidad es más urgente que nunca. “Uno de los desafíos que España va a tener que enfrentar con la inteligencia artificial es la pérdida de sentido para un montón de trabajadores que perderán su ocupación, es un desafío que todas las sociedades van a tener que enfrentar”.

Un ejemplo de solución más integral es la que Banerjee y Duflo proponen en su libro Good Economics for Hard Times (2019), donde hacen el segundo recuento de sus hallazgos con los RCT (el primero fue Poor Economics, mejor libro en economía del año 2011 para el periódico Financial Times). Ayudar a las comunidades de Estados Unidos perjudicadas por el comercio internacional con programas de asistencia y educación mucho más generosos. ¿Pero acaso eso no se ha sabido siempre? ¿Era un problema de desconocimiento económico o de falta de poder?

Según Banerjee, en este caso el desconocimiento sí ha sido un problema. “En Estados Unidos, por ejemplo, hay un programa llamado Trade Adjustment Assistance [ayuda por los efectos del comercio internacional] que simplemente no se usa demasiado, aunque el dinero está disponible”, dijo. “Los economistas dicen, en teoría, que la gente debería ser compensada, pero nadie hace demasiado ruido cuando no se lleva a la práctica”.

Los RCT llevan suficiente tiempo en marcha como para haber recibido críticas. El también Nobel de Economía Angus Deaton, por ejemplo, se ha preguntado si restringir la economía a medidas específicas en poblaciones acotadas no es una forma de limitar también la relevancia de una ciencia acostumbrada a lidiar con las grandes preguntas. “En economía se puede ir a las cosas grandes y decir que tal o cual factor provocó el crecimiento del país, o lo impidió, pero de alguna forma todo eso no deja de ser una fantasía; la verdad es que por lo general no tenemos muy buenas respuestas para esas preguntas, y yo prefiero encontrar respuestas antes que proponer soluciones ideológicas o falsas”.


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