El reto de descarbonizar la economía
EL PAÍS y Siemens España organizan un encuentro para debatir los pasos hacia un modelo productivo sostenible
Durante el transcurso de los últimos 10 milenios, el termómetro terrenal ha permanecido casi inalterado, abrazando constantemente una temperatura media de 14 grados centígrados. En este lapso, las especies han disfrutado de una existencia envidiable y sin igual. El ser humano, por ejemplo, ha sembrado cultivos con destreza, domesticado criaturas con maestría y erigido grandiosas urbes como monumentos a su grandeza. Solo tres modestas criaturas, las hormigas, las abejas y las termitas, han demostrado una capacidad de organización similar. Sin embargo, solo la mano humana ha sido capaz de llevar...
Durante el transcurso de los últimos 10 milenios, el termómetro terrenal ha permanecido casi inalterado, abrazando constantemente una temperatura media de 14 grados centígrados. En este lapso, las especies han disfrutado de una existencia envidiable y sin igual. El ser humano, por ejemplo, ha sembrado cultivos con destreza, domesticado criaturas con maestría y erigido grandiosas urbes como monumentos a su grandeza. Solo tres modestas criaturas, las hormigas, las abejas y las termitas, han demostrado una capacidad de organización similar. Sin embargo, solo la mano humana ha sido capaz de llevar al planeta al borde de la catástrofe, mediante un modelo de economía industrializada que ha dejado una nube negra en la atmósfera, afectando el termostato planetario y convirtiéndose en una verdadera lápida.
Ante este escenario, la descarbonización de la producción se impone como un reto necesario. El objetivo es claro: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Y la respuesta no es única. “Tenemos que transformar muchos de los procesos productivos… Hacer cambios en la forma en la que interactuamos con el medio ambiente, en las infraestructuras y en la manera en la que nos movemos”, afirmó Agustín Escobar, presidente y consejero delegado de Siemens España. “Tiene que haber un pacto y una coalición de todo el sector privado y público para poder empujar y conseguir los objetivos de descarbonización que son ambiciosos”, advirtió el directivo, el martes pasado, en un encuentro celebrado en Madrid y organizado por EL PAÍS y Siemens España.
El tiempo apremia. La Organización Meteorológica Mundial afirmó, esta misma semana, que existe un 66% de probabilidades de que la temperatura media mundial anual supere “transitoriamente” en más de 1,5 grados los niveles preindustriales en los próximos cinco años. Así que acelerar el paso hacia las metas de 2030 —con reducción de emisiones, aumento en las renovables e impulsar la economía circular— y 2050 —lograr la neutralidad de carbono y promover una economía sostenible— es un imperativo mundial. “[Lograr los objetivos] es factible, pero queda mucho trabajo por hacer. Todos somos parte fundamental de la solución. Y cuando digo todos es desde la sociedad, las industrias, los gobernantes… Tenemos que poner nuestro grano de arena y trabajar duramente”, destacó Carmen Díaz, consejera delegada de Holcim España, durante el evento titulado Descarbonizar la producción en España: El reto de la sostenibilidad y eficiencia en todos los sectores.
“Desde nuestra perspectiva, el sector de la construcción es clave, es una pieza fundamental en la descarbonización”, dijo la representante del gigante del cemento y hormigón. El sector (edificios y construcción) representa más del 34% de la demanda de energía y alrededor del 37% de las emisiones de CO₂ en el mundo, según las cifras de la ONU. “Allí influyen materiales, procesos…, todo. Hay una gran oportunidad de reducción y de ser netos ceros”, destacó Díaz. Arrimar el hombro entre los distintos participantes de la economía es una de las grandes tareas para evitar que la Tierra avance hacia su sexta extinción masiva. “Es cuestión de trabajar y remar todos juntos”, comentó Silvia Roldán Fernández, consejera delegada de Metro de Madrid. Las nuevas tecnologías, según la responsable del suburbano en la capital española, están contribuyendo a la lucha contra el desastre climático.
Por ejemplo, Metro de Madrid ha reducido su consumo energético entre un 25% y un 30%, en la última década, gracias a la adopción de luminosos led en todas las estaciones y el uso de celdas de recuperación energética, que permiten reutilizar la energía de frenado que producen los trenes y que se aprovecha para servicios auxiliares en las estaciones. “Seguimos trabajando, aplicando nuevas tecnologías”, detalló Roldán. La consejera delegada afirmó que la empresa ha adoptado un sistema de inteligencia artificial que se ha aplicado a la ventilación del medio de transporte. El algoritmo que se ha diseñado permite analizar grandes cantidades de datos (temperatura del aire, arquitectura de la estación, frecuencia de trenes, carga de pasajeros y precio de la electricidad a lo largo del día) para ofrecer una ventilación óptima en el servicio.
Apoyo tecnológico
“Hay mucha tecnología que ya está disponible para poder apoyar este tipo de transformaciones”, abundó Escobar. “En el caso de Siemens, tenemos tecnología que puede impactar en tres cuartas partes de las emisiones de CO₂ en las diferentes industrias. De hecho apoyamos al sector de la construcción y el cemento y al de la movilidad”, agregó. En el abanico de innovaciones disponibles en el mercado, hay algunas que harán mella en la batalla contra el calentamiento de la Tierra. “Si realmente queremos descarbonizar la economía y llegar a unas emisiones cero, tenemos que apostar por la captura y uso de las emisiones de CO₂”, dijo Díaz, de Holcim España. “Si en España, por ejemplo, no hay una apuesta por ello, las multinacionales puede ser que decidan invertir en otros países, con lo cual estamos hablando del riesgo de la deslocalización, de la fuga del talento, de la pérdida de competitividad industrial”, advirtió.
Hacerse de esta y otras tecnologías requiere de recursos y de una estrecha colaboración entre el sector público y privado. Los fondos europeos Next Generation, coincidieron los tres expertos, serán la palanca de cambio hacia una economía sostenible. “Es esencial que [los recursos] no solo se queden en las grandes empresas, en la parte de la Administración pública, sino que calen y que sean capaces de llegar a las pymes”, subrayó Escobar. Uno de los grandes obstáculos para hacerse con este maná de dinero está siendo el papeleo administrativo. “La burocracia nos frena en muchísimas cosas que tenemos que sacar adelante”, recalcó la responsable de Metro de Madrid. “Tenemos que acelerar y hacer las cosas un poco más sencillas. Es ingente la burocracia que hay, con lo cual para una pyme es tremendo, pero para una gran empresa también”, concluyó la directora general de Holcim España.
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