La sequía también se cronifica en la Bolsa

Las caras nuevas en el parqué brillan por su ausencia. En el primer trimestre no hubo estrenos y los que se esperaban para los próximos meses se han cancelado

Instalaciones en Almería del grupo Cosentino, que ha aplazado su salida a Bolsa.Carlos Barba (EFE)

El mercado bursátil también sufre sequía. La cifra de estrenos en todo el mundo durante el primer trimestre fue de 299, un 8% menos. Con estas colocaciones los oferentes captaron 21.500 millones de dólares, un 61% por debajo de un año antes, según datos de EY. Si hablamos de España —salvo las incorporaciones en BME Growth— no hay todavía caras nuevas en el parqué, mientras que en 2022 sólo la firma renovable Opdenergy Holding tocó la campana de salida a Bolsa. La escasez de ofe...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El mercado bursátil también sufre sequía. La cifra de estrenos en todo el mundo durante el primer trimestre fue de 299, un 8% menos. Con estas colocaciones los oferentes captaron 21.500 millones de dólares, un 61% por debajo de un año antes, según datos de EY. Si hablamos de España —salvo las incorporaciones en BME Growth— no hay todavía caras nuevas en el parqué, mientras que en 2022 sólo la firma renovable Opdenergy Holding tocó la campana de salida a Bolsa. La escasez de ofertas públicas de venta (OPV) es aún más grave si se tiene en cuenta que algunas compañías que habían iniciado los trámites como Cirsa y Cosentino han vuelto a meter el libro de venta de acciones en el cajón a la espera de tiempos mejores.

Pero ¿a qué obedece este miedo a cotizar? Andrés Herranz, responsable de banca de inversión de JP Morgan para España y Portugal, considera que el principal motivo de la sequía bursátil es “la volatilidad y la incertidumbre de los mercados, que han impactado directamente en las valoraciones de las compañías, junto a una postura más prudente de los inversores de largo plazo”. Y añade: “Las subidas de los tipos, la elevada inflación y, con ello, la contracción en la economía global han afectado directamente al apetito inversor”. En su opinión, el impacto de la inflación sector por sector, medido en la capacidad de repercutir en el consumidor el incremento en costes sin impactar a su vez en la demanda, “genera un entorno donde los inversores favorecen la prudencia y la espera”.

La subida de los tipos de interés tiene mucho que ver con el menor número de colocaciones. André Pereira-Ambrosio, experto de Alantra, cree que, a medida que haya más visibilidad sobre la política de intereses de los bancos centrales y el respectivo impacto sobre la actividad económica es de esperar que “el mercado abra y volvamos a tener actividad. España no se escapa de esta dinámica global. Además, será más fácil volver a valorar activos”. Este experto cree incluso que, un contexto de tipos altos durante un periodo prolongado de tiempo, “debería ser un catalizador para las salidas a Bolsa por la mayor necesidad que las compañías van a tener de equity [acciones] frente a la deuda y por la pérdida de competitividad de las firmas de private equity [capital riesgo] como alternativa al mercado de capitales”.

“Para contar con un entorno favorable a las OPV”, indica Jerome Renard, de Bank of America, “los mercados deben mostrar un nivel de volatilidad bajo o moderado, y eso no ha ocurrido en el último año”. Esto, combinado con la dinámica bursátil de las últimas OPV —especialmente las de 2021, cuando muchas empresas tecnológicas que salieron a Bolsa se vieron gravemente afectadas por el cambio de tendencia de los tipos de interés—, “ha llevado a muchos inversores a mantenerse al margen”. Renard apunta además a un cambio importante en el perfil de nuevas compañías que ahora demanda el inversor. En su opinión, los inversores se están centrando en otros parámetros, como los márgenes sostenibles y la generación de flujos de caja estables, y no tanto en el puro crecimiento futuro como lo hacían anteriormente. Y concluye: “Tanto los inversores como los analistas van a tener que fijarse de nuevo en modelizar la previsión de endeudamiento, así como los costes de financiación, e integrarlos en sus previsiones a futuro en aquellas compañías que consideren una OPV”.

Otra de las claves del auge y caída de las salidas a los mercados son los fondos de capital riesgo, que tras tomar posiciones en compañías no cotizadas, luego las sacan a Bolsa buscando una notable plusvalía. Sin duda, los tipos de interés altos les dificultan ahora la adquisición de paquetes empresariales y, además, estos fondos de private equity se enfrentan a un mercado de valoraciones más bajas y volátiles. En los dos últimos años, estos fondos han sido los mayores proveedores de OPV del mercado. También son inversores activos a la hora de vender participaciones, incluso de excluir compañías de la Bolsa cuando consideran que pueden obtener un precio favorable. Pereira-Ambrosio considera que la situación actual del mercado “ha frenado de un modo significativo la actividad de las firmas de private equity, que tienen más dificultades para financiar sus compras y obtener los retornos deseados en sus procesos de venta”. Este experto cree que, a medida que tengamos más visibilidad sobre los nuevos costes de financiación, “la actividad del capital riesgo volverá a ganar fuerza y llegaremos a un nuevo equilibrio de mercado”.

Valoraciones

En una OPV la valoración es clave. “Las compañías cotizan con un descuento respecto a los múltiplos de los últimos años, y eso está haciendo que los fondos de capital riesgo opten por retrasar sus procesos de desinversión a la espera de un marco económico más estable que les permita obtener unas valoraciones más atractivas”, argumenta Herranz. Mientras los inversores sigan pidiendo nuevos descuentos en las valoraciones de las OPV, habrá pocos movimientos. Y es que esta presión a la baja en los precios lo que hace, según Renard, es que la salida a Bolsa sea una vía a veces menos atractiva para los fondos de capital riesgo, que también exploran otros caminos (fusiones y adquisiciones, optimización de la cartera propia, consolidación).

“Creemos que no será hasta la primera mitad de 2024 cuando veamos una actividad más parecida a años previos”, augura Herranz. Por su parte, Renard apunta: “Ya estamos viendo brotes de actividad, con una serie de posibles candidatos a OPV, que están iniciando procesos de preparación con vistas a ejecutarlos a finales de 2023, principios de 2024″. Por su parte, Pereira-Ambrosio ve inconvenientes en los retrasos en las salidas a Bolsa en el caso de las compañías que amplían capital para crecer y financiar sus planes de negocio. “Aplazar el estreno puede implicar un retraso relevante frente a otros competidores”. Las quinielas en España, además de los citados casos de Cirsa y Cosentino, barajan nombres como los de Mecalux, Tendam, Europastry o Ibercaja para protagonizar los siguientes aterrizajes en el parqué.


Sigue toda la información de Economía y Negocios en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal

Más información

Archivado En