Las oportunidades empresariales de ser menos contaminantes

La inversión en activos físicos necesaria para alcanzar un nivel de cero emisiones supera los tres billones de euros anuales

Empleados de Volkswagen en una sala de fabricación de baterías para coches eléctricos en Alemania.

Las estimaciones sugieren que, si no se limitan las emisiones de gases de efecto invernadero, entre el 2% y el 20% del PIB mundial podría verse afectado negativamente en 2050. La transformación económica necesaria para alcanzar un nivel de cero emisiones netas en 2050 requeriría un incremento de la inversión anual global en activos físicos de más de tres billones de euros que, a su vez, se podría tradu...

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Las estimaciones sugieren que, si no se limitan las emisiones de gases de efecto invernadero, entre el 2% y el 20% del PIB mundial podría verse afectado negativamente en 2050. La transformación económica necesaria para alcanzar un nivel de cero emisiones netas en 2050 requeriría un incremento de la inversión anual global en activos físicos de más de tres billones de euros que, a su vez, se podría traducir en un escenario de oportunidades de crecimiento, tanto para países como empresas.

En concreto, hay tres áreas principales de oportunidades de crecimiento. En primer lugar, la rentabilidad de las empresas podría mejorar gracias a operaciones más eficientes a partir de la descarbonización. Por un lado, por el ahorro energético (por ejemplo, electrificación de la maquinaria agrícola, que reducen tanto las emisiones como los costes de funcionamiento). Por otro lado, por aumento de beneficios, si los consumidores están dispuestos a pagar más por productos con menos emisiones o por el ahorro de impuestos ligados a la emisión de CO2.

En segundo lugar, se abren nuevos mercados para bienes de bajas emisiones que sustituyen a los de altas emisiones. Por ejemplo, es evidente que los fabricantes de automóviles están evolucionando apresuradamente a producir vehículos eléctricos (se estima que pasen de un 5% de ventas al 100% en 2050) o las empresas energéticas están apostando claramente por las energías renovables. Se calcula que la producción de biocombustible se multiplicará por 10 entre 2021 y 2050, lo que generaría ocho millones de nuevos puestos de trabajo para 2050.

En tercer lugar, todo ello, además, provocaría la creación de nuevos bienes y servicios para atender a estos mercados y cadenas de valor. Estos productos pueden variar desde extracción de materias primas como el litio, el cobalto y los elementos de tierras raras hasta servicios como infraestructuras de carga de vehículos eléctricos y la gestión forestal. En este último caso, los proyectos de reforestación de bosques podrían ayudar a generar ingresos de la venta de créditos de carbono. De hecho, se estima que el mercado de créditos de carbono podría tener un valor de más de 45.000 millones de euros al año en 2030.

Pero, sin duda, lo más importante de transitar a un modelo energético y económico de emisiones netas cero es conseguir limitar el calentamiento a 1,5 grados, frenando los riesgos físicos y las probabilidades de tener eventos catastróficos provocados por el cambio climático. Con los niveles de emisiones actuales, la cantidad de carbono acumulado para un calentamiento superior a 1,5 grados se superaría en la próxima década, por lo que las decisiones que se tomen en los próximos 10 años serán cruciales. El momento para actuar de forma decisiva y conjunta es ahora.

Joseba Eceiza, socio de McKinsey y responsable de sostenibilidad en España y Portugal.

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