Gominolas para plantar cara a Nestlé y Hero
La firma de alimentación infantil ecológica Smileat es la de mayor crecimiento del sector y vende por valor de cuatro millones
La semana que viene Smileat lanzará una línea de productos en la que lleva trabajando dos años: se trata de cereales a base de legumbres y unos aperitivos de frutas que pretenden competir con las gominolas por su textura gomosa y sus ingredientes naturales. Triboo es la marca que la empresa está a punto de estrenar con el objetivo de eliminar azúcares de los alimentos infantiles (sus cereales apenas tienen tres gramos por cada ...
La semana que viene Smileat lanzará una línea de productos en la que lleva trabajando dos años: se trata de cereales a base de legumbres y unos aperitivos de frutas que pretenden competir con las gominolas por su textura gomosa y sus ingredientes naturales. Triboo es la marca que la empresa está a punto de estrenar con el objetivo de eliminar azúcares de los alimentos infantiles (sus cereales apenas tienen tres gramos por cada 100, cuando lo habitual es que superen el 20% o 25%, y los snacks solo se componen de puré de manzana y fresa elaborados horneando las frutas y sin ningún otro ingrediente).
Esta es la innovadora apuesta de una empresa nacida en 2015 para revolucionar el mundo de la alimentación infantil potenciando la dieta saludable. “Nacimos con el compromiso de cambiar la categoría a través de productos naturales y simplicidad de ingredientes”, apunta Alberto Jiménez San Mateo, su fundador junto con Javier Quintana. Smileat ya está plantando cara a multinacionales como Nestlé y Hero, los líderes del negocio de la alimentación infantil. “Trabajamos en un mercado en el que hay pocas marcas que solo elaboren productos ecológicos, la mayoría alemanas y francesas, y ya facturamos más que ellas, somos líderes del segmento. Estamos compitiendo con Hero y Nestlé, que se han subido al carro de los productos ecológicos y sin azúcar”, asegura el responsable de Smileat, que este año prevé que su cifra de negocios alcance los 4,2 millones de euros, tras un crecimiento del 35% sobre el año anterior. También espera recoger beneficios por primera vez, tras finalizar 2020 en el punto de equilibrio o break even.
La idea de negocio surgió cuando Jiménez vivía en Dublín y trabajaba en Microsoft. En su familia había enfermedades y, después de indagar sobre sus orígenes, llegó a la conclusión de que eran consecuencia de la alimentación. En paralelo, nació su primer sobrino y vio que los alimentos de los bebés contenían almidones, sales y otros productos añadidos. Se puso a investigar para desarrollar unos alimentos infantiles que fueran tan naturales como los que se preparan en casa. Él y su socio cogieron sus ahorros de 40.000 euros e hicieron realidad Smileat. Después llegarían cuatro rondas de financiación, la primera de familiares y amigos por valor de 140.000 euros y la última de 1,8 millones de euros liderada por Creas el pasado junio y en la que han participado otros fondos de impacto: Quadia y Tech Transfer Agrifood de Clave Capital.
“Empezamos poco a poco. Con potitos de seis sabores y ahora tenemos más de 30 referencias: tarritos, papillas, snacks, infusiones, cereales...”, explica. El año pasado tuvieron una facturación de 3,2 millones de euros y un resultado de explotación positivo en un sector en declive debido a la caída de la natalidad. “En 2020 la alimentación infantil cayó un 15%, pero los productos ecológicos, que representan un 20% del total, crecieron el 1%”, dice. “Nosotros somos los que más crecemos del sector y ganamos cuota de mercado”, añade.
3.500 puntos de venta
El comercio electrónico a través de su web, que en 2020 aumentó un 180%, y la venta en grandes superficies como El Corte Inglés, Alcampo o Carrefour, está dando alas a esta joven empresa que está presente en 3.500 puntos de venta y pretende destinar los casi dos millones de euros recibidos de los inversores de impacto a la innovación, al lanzamiento de nuevos productos como la línea Triboo. Además, su horizonte es seguir arañando cuota de mercado a los grandes de la industria y desarrollarse internacionalmente. El foco lo tienen en el sur de Europa, especialmente en Portugal, explica Jiménez, “pero también estamos en mercados de Oriente Medio”.
El éxito de sus recetas no tiene secretos, solo productos de “máxima calidad elaborados con materias primas procedentes de la agricultura y ganadería ecológica española de proximidad. Sin espesantes ni colorantes ni sales o azúcares añadidos”, destaca. Cuentan con 26 empleados y subcontratan su producción en Navarra.