Trabajo abre la puerta a usar los ERTE de fuerza mayor en empresas que se vean afectadas por la peste porcina
El departamento de Yolanda Díaz recuerda esta posibilidad ante el escenario de que la crisis pare producciones ganaderas. De momento no se han notificado contagios de cerdos
Los productores de carne de cerdo están muy preocupados por el brote de peste porcina africana que las autoridades han detectado, de momento, en nueve jabalíes en el parque natural de Collserola, en Barcelona. La posibilidad de que el virus infecte a cerdos es un escenario que espanta a empresas y trabajadores, incertidumbre ante la que el Ministerio de Trabajo ha lanzado un recordatorio este miércoles. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha indicado en un post en la red social Bluesky que “los ERTE de fuerza mayor podrían activarse de inmediato para proteger a empresas y personas trabajadoras mientras dure la situación”. Este instrumento ya fue utilizado durante la pandemia o más recientemente tras la dana en Valencia para proteger los empleos de las personas que trabajen en empresas afectadas.
Desde el departamento de Díaz indican que siguen “con mucha atención” la evolución de la peste porcina. “De momento, no está afectando a las explotaciones ganaderas, como ha indicado el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, ya que los positivos han sido en jabalíes”, subraya el ministerio, antes de precisar que “Trabajo está preparado para eventuales afectaciones”.
Este instrumento serían los expedientes de regulación temporal de empleo, más conocidos por sus siglas, ERTE. Como detalla la web del ministerio, los ERTE pueden activarse por causas económicas, técnicas, organizativas y de producción o por fuerza mayor. Ese segundo escenario es el que entraría en juego si el virus afecta a producciones ganaderas.
Durante un ERTE, las empresas pueden optar por la suspensión temporal del contrato de trabajo o por la reducción de la jornada de los empleados, periodo durante el cual tienen derecho a la protección por desempleo. Además, la empresa tiene la obligación de reincorporar a los trabajadores en ERTE. En la práctica, protege a las empresas porque les evita abonar salarios durante el bache que haya motivado el expendiente y, a la vez, también a los trabajadores, que siguen recibiendo ingresos y no son despedidos.
Tanto productores como comercializadores tienen claro que la aparición del virus supone un antes y un después para un país que llevaba tres décadas libre de la enfermedad, que no se puede contagiar al ser humano pero que es altamente mortífera para los animales. Más allá de los miles de millones en exportaciones que están en juego —decenas de países ya han prohibido o limitado la entrada de productos españoles—, ya se está produciendo un revés en los precios que augura una reducción de las cabañas.