Los institutos económicos alemanes alertan sobre la debilidad del crecimiento de la mayor economía europea
Esperan una evolución del PIB del 0,2% en 2025, y de un 1,3 % y un 1,4%, respectivamente, en los dos ejercicios siguientes, pero los expertos critican la excesiva dependencia del crecimiento de la inversión pública
La economía alemana parece estar dejando finalmente atrás la recesión y es probable que recupere algo de dinamismo en los próximos dos años, según han señalado este miércoles los grandes institutos de investigación económica del país en su pronóstico de otoño. Tras el estancamiento de la primera mitad del año, los expertos esperan un aumento del PIB del 0,2 % al acabar el ejercicio. “En los dos próximos años”, escriben en el informe, “debería acelerar notablemente el crecimiento económico hasta el 1,3 % y el 1,4 %, respectivamente”. Esas previsiones confirman en líneas generales las que ya hicieron en primavera, pero lejos de celebrar que la economía alemana se dispone a salir del bache tras más de dos años de contracción, los economistas han alertado de que el crecimiento no será sostenible. La política financiera expansiva oculta la debilidad del crecimiento, se titula el documento, en alusión a los planes de Berlín de inyectar en los próximos años una inversión pública de cientos de miles de millones, sobre todo en defensa e infraestructuras.
“La economía alemana sigue estando en una situación inestable”, ha afirmado Geraldine Dany-Knedlik, directora del departamento de Previsiones y Política Económica del DIW, uno de los cinco institutos que elaboran las previsiones de otoño (junto con Ifo, IfW, IWH y RWI). “Es cierto que en los dos próximos años se recuperará notablemente. No obstante, dada la persistencia de las debilidades estructurales, esta dinámica no será duradera”, ha añadido la experta.
La economista señaló que los motores habituales de la economía alemana, como el fuerte crecimiento de las exportaciones y el fuerte crecimiento de la industria manufacturera, no se dan esta vez. “En los próximos años, la recuperación se concentrará en la economía interna, respaldada por los impulsos de la política fiscal. Pero esta política fiscal expansiva solo oculta los problemas estructurales. La economía alemana no se rejuvenece”, ha alertado.
Los expertos de los principales institutos económicos del país han aprovechado la publicación del informe para criticar duramente la forma en que el Gobierno está gestionando el margen financiero que se ha creado. Este proviene fundamentalmente del fondo especial de 500.000 millones de euros y de la flexibilización del freno de deuda para el elevado gasto en defensa. En concreto, los impulsos expansivos de la política fiscal deberían aumentar notablemente el PIB en un 0,8 % y un 0,4 % en los dos próximos años, según los expertos. “Ese sería el efecto total de los impulsos de la política fiscal”, indican. Pese a ello, el pronóstico para 2026 se mantiene invariable respecto al informe de primavera, mientras que sí sube una décima la expectativa de PIB en este ejercicio.
En opinión de los autores del documento, la economía alemana sigue sobre “una base inestable”. “Los tiempos de crecimiento estable, combinados con la fortaleza de las exportaciones, el empleo sólido y las finanzas públicas orientadas a la estabilidad, han terminado”, escriben en el documento. Por eso piden, para mejorar las perspectivas de crecimiento, “reformas fundamentales que fortalezcan la economía nacional”. Es algo que esperan que se haga en el anunciado “otoño de las reformas” del canciller alemán, Friedrich Merz.
12 medidas
Alemania se encuentra en un punto de inflexión en materia de política económica. Para orientar al Gobierno, los institutos económicos han formulado una “brújula” con doce exigencias concretas destinadas a reforzar el potencial de crecimiento como, por ejemplo, la rápida entrada en vigor del acuerdo comercial con Mercosur. También demandan restablecer el factor de sostenibilidad en las pensiones o reducir la burocracia en cuanto a la aplicación de regulaciones para evitar que las empresas alemanas pierdan competitividad. “Si estas reformas se aplicaran a corto plazo, no solo se reforzaría el potencial de crecimiento a largo plazo de la economía alemana, sino que también se estimularía a corto plazo”, sostienen.
En cuanto al comercio exterior, en el que se sustenta principalmente la economía alemana, la economista Hannah Seidl, del DIW, ha señalado que la política arancelaria de Estados Unidos sigue proyectando “una larga sombra sobre la economía mundial para este otoño”. En su análisis, ha explicado que en el primer semestre la guerra comercial no tuvo mucho efecto porque se adelantaron las importaciones en previsión de un aumento de los aranceles. Y también se desviaron intercambios a través de terceros países para eludir las tarifas. “Sin embargo, en los próximos meses esto desaparecerá, de modo que los aranceles estadounidenses afectarán cada vez más al comercio y la producción”, ha apuntado en la comparecencia ante los medios para en que se ha presentado el informe en Berlín.
Asimismo, Seidl ha alertado de que “los riesgos para la economía mundial siguen siendo elevados” debido a los conflictos geopolíticos y las incertidumbres en materia de política comercial. La disputa comercial entre los Estados Unidos y la Unión Europea, ha dicho, encierra “un gran potencial de escalada, especialmente si no se pueden cumplir los compromisos de la UE”. A lo que se suma el hecho de no saber cómo se adaptará la industria manufacturera comunitaria a una menor demanda de China y Estados Unidos y a la mayor competencia en el mercado mundial. Mientras, Alemania ha perdido competitividad en comparación con China.
Freno exportador
Debido a esta debilidad de las exportaciones alemanas, estas han dejado de ser “el motor típico de la recuperación alemana”, señalan los economistas. La recuperación se ve respaldada por el notable aumento del consumo desde el año pasado. “La ralentización de la inflación, el fuerte aumento de los salarios y la evolución positiva del salario disponible han estimulado el consumo privado”, agregan.
De esta manera, como ha indicado Dany-Knedlik, “hay dos factores que influirán de manera decisiva en la economía alemana en la actualidad y en los próximos años: las barreras comerciales, por un lado, y la política financiera, por otro”.