Escrivá alerta por la elevada deuda y lamenta la falta de concreción del plan de ajuste
El gobernador del Banco de España señala que la OPA del BBVA sobre el Sabadell se está “prolongando mucho”
La economía española va viento en popa y los peores escenarios de la guerra arancelaria se han alejado, pero el horizonte no acaba de despejarse. Hay retos, tanto internos como externos, que no permiten dormirse en los laureles. Entre ellos, la abultada deuda pública, que ronda el 100% del PIB y que supone “un elemento de vulnerabilidad”. Además, el plan de ajuste fiscal enviado a Bruselas no detalla medidas concretas para corregirla, según ha lamentado este martes el gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, en una ponencia celebrada en el Consejo General de Economistas en Madrid. “Se necesita una mayor concreción en los planes de ajuste fiscal de medio plazo”, ha instado. “Es algo que ya demandamos”.
El exministro ha lanzado la recomendación durante la presentación de la ponencia El entorno económico de la Economía española y los retos a futuro, en el cual ha desentrañado las fortalezas y desafíos a los que se enfrenta la actividad. A la vez, ha tocado uno de los temas candentes de la actualidad empresarial, como es la OPA del BBVA sobre el Sabadell. Sobre este punto, ha comentado que la operación se está “prolongando mucho”, algo que “no es deseable”, y ha sugerido la introducción de procedimientos que acorten los plazos de cara al futuro.
Escrivá ha presentado su ponencia tan solo una semana después que el organismo que lidera hiciera públicas sus proyecciones macroeconómicas para el año, y la mejorara la previsión de crecimiento del PIB hasta el 2,6%, aunque alertando de que existen riesgos a la baja.
Además del desafío que supone la elevada tasa de deuda pública, Escrivá ha recomendado mantener el foco puesto en el mercado del trabajo. El empleo muestra dinamismo, pero la tasa de paro continúa elevada, debido a que buena parte de la actual fortaleza del mercado se explica por la fuerte llegada de trabajadores inmigrantes. Según Escrivá, estos datos pueden indicar “cierto fracaso en las políticas activas de empleo”, puesto que no parece haberse producido ese reciclaje de los trabajadores necesario para absorber la mayor demanda.
El acceso a la vivienda es otro talón de Aquiles, un cuello de botella con el potencial de cortocircuitar el crecimiento de la economía. Para el Banco de España el origen del problema es evidente: la falta de oferta, con un déficit que estima entre 400.000 y 450.000 viviendas entre 2022 y 2024. “Requiere una movilización de todas las Administraciones Públicas involucradas”, ha reclamado Escrivá.
Como último desafío, el gobernador ha señalado el rompecabezas de la productividad. España ha reducido la brecha con el resto de Europa en los últimos años, sobre todo por el empuje del sector servicios y de la rama tecnológica, pero la distancia sigue cercana a los 10 puntos.
A todo ello se suman los nubarrones que vienen desde fuera. La deriva proteccionista de Estados Unidos ha cortocircuitado las relaciones comerciales y está reconfigurando el orden mundial; las tensiones geopolíticas se expanden y siguen enquistados múltiples conflictos armados, uno de ellos a las puertas de Europa. Escrivá ha reconocido que la firma del acuerdo comercial entre Bruselas y Washington ha rebajado los elevados niveles de incertidumbre, pero ha dicho que esta “persiste”, entre otras cosas porque aún se desconocen los detalles de las cláusulas no arancelarias que contiene el pacto.
La exuberancia de los mercados de capitales, sobre todo valores tecnológicos en Estados Unidos, generan cierta preocupación por el riesgo de una corrección abrupta. Los tipos de interés también suponen un elemento de incertidumbre. El Banco Central Europeo ha puesto freno a las bajadas, mientras que su homólogo estadounidense, la Reserva Federal, está recortando tipos ante las presiones de la Casa Blanca. Otro punto que puede generar desequilibrios es la fluctuación del tipo de cambio, con un euro ahora muy fuerte respecto al dólar.
Crecimiento diferencial
Con todo ello, la economía española es hoy en día más resiliente que hace dos décadas. A inicios de siglo, antes de que la burbuja inmobiliaria pinchara, el déficit por cuenta corriente era insostenible y el endeudamiento de familias y empresas era masivo, elementos que ahora no se producen. “Eso no quiere decir que no tenemos que vigilar problemas estructurales y desequilibrios”, ha señalado Escrivá.
Además, después de la covid se han consolidado elementos que mejoran la competitividad de España en términos relativos. Según el análisis del gobernador del Banco de España, un primer elemento es la mayor demanda de ocio por parte de los consumidores europeos, algo que beneficia a los países más especializados en turismo como España. En segundo lugar, la facilidad de proveer servicios en forma remota. El tercer factor está vinculado a los costes energéticos y el shock causado por la guerra en Ucrania: la fuerte penetración de las renovables en España ha permitido rebajar costes, al contrario de lo ocurrido en otras grandes economías como Alemania, muy dependientes del suministro ruso. Además, las políticas migratorias de España no han generado cuellos de botella, dando un empujón al mercado del trabajo.
De cara al futuro, el Banco de España, al igual que la mayoría de los analistas y el propio Gobierno, observa una cierta desaceleración en la actividad, acompañada de cambios en la composición del crecimiento. La demanda interna —consumo privado e inversión— ha tomado el relevo, espoleada por la bajada de tipos de interés, la recuperación de los salarios y la fortaleza del empleo. Un crecimiento que, sin embargo, no logra traducirse en mejoras significativas de la renta per cápita. “España tiene estructuralmente un problema de desigualdad de renta”, ha reconocido Escrivá, quien ha puesto el foco en que esta aumenta tras aplicar políticas públicas redistributivas y ha instado a mejorarlas.